Por qué estamos hartos del estilo de vida saludable

ALIMENTACIÓN Y SALUD Cristina MERCADO
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En medio de una nueva ola de Covid, la luz por las nubes, la gasolina más de lo mismo, una cesta de la compra que no le va a la zaga, el panorama político a un nivel vergonzante y un largo etcétera que deprime enumerar incluso al más optimista; no es raro que nos apetezca soltar un estiloso bofetón cruzado a esa persona que nos amarga nuestra palmerita de chocolate advirtiéndonos de que eso no es muy “realfooder”. Que quede claro, hasta la persona más en forma y sana tiene un día en el que se levanta y no le apetece entrenar, o en el que su única motivación es la de añadir un bote entero de miel a unas tortitas bien cargadas de mantequilla. Como en tantas cosas en la vida, preguntarse si merece la pena lo que estás haciendo forma parte del proceso de maduración de nuestra personalidad. Me atrevería a decir que si te sientes invencible y nunca has tenido momentos de flaqueza prepárate porque van a venir. La exposición prolongada en el tiempo a cualquier estímulo consigue que deje de importarnos o que acabemos aborreciéndolo. Convendría recordar que el primer fallecimiento por Covid-19 en España fue una noticia que ocupó portadas de todos los periódicos. Hoy no deja de haber decenas de muertos al día y ya parece parte del paisaje informativo. Durante unos días asistíamos atónitos al recorrido de cada centímetro de los ríos de lava del volcán de la Palma, hoy todo indica que la erupción se ha interrumpido pero casi ni nos acordamos de algo que anteayer parecía que tenía a media España paralizada.

El mundo del fitness, entendiendo ese anglicismo como una palabra que engloba un equilibrio entre nutrición, ejercicio físico y salud mental, tiene algo que atrapa porque hay pocas cosas más poderosas en esta vida que el sentirse bien, activo y saludable. Pero la satisfacción en este área no es infinita, hay ‘periodos valle’ donde las cosas no son tan bonitas y se nos puede atravesar eso del estilo de vida saludable. Es lógico teniendo en cuenta que si te dejas llevar sin freno, estos son los motivos que pueden hacerte aborrecer todo este mundo ‘fit’:

Leer un estudio tras otro con el último descubrimiento sobre lo que adelgaza o engorda es agotador, más todavía cuando en ocasiones son contradictorios. Y es todavía peor observar los comentarios en redes sociales y los bandos de opinión que no dudan en desacreditarse los unos a los otros hasta un nivel enfermizo.

La obsesión con el ejercicio y la nutrición agota. Lo bonito es decir que te cuidas por salud, pero el selfie enseñando tableta no tiene una relación directa con la salud y cuando llevas cinco colgados en Instagram, aburres a las cabras salvando a quienes comparten esa preocupación. Conversar día tras días sobre cuántos kilómetros has corrido y compartir el gráfico de tu reloj inteligente de última generación, no es lo que más interesa a la sociedad.

No tener tiempo para casi nada más es insostenible. Si vas al gimnasio a echar la tarde, después te entretienes subiendo las fotos a Instagram con la mejor pose que has conseguido, te dedicas a curiosear las de los demás, luego lees la última teoría disparatada sobre la coliflor, te vas a hacer la compra en cuatro sitios diferentes para poder hacer un menú que cumpla unos macros concretos y te vas a la cama pronto porque al día siguiente quieres entrenar duro… acabarás indudablemente muy fit pero muy aislado y sin tiempo para nada más

Acabar no disfrutando de la comida. Convertirte en una calculadora andante de calorías, o tener unos hábitos alimenticios muy concretos hará que cualquier comida familiar o social sea una situación potencial de estrés o incomodidad. En los casos más graves puede acarrear la aparición de desórdenes alimenticios serios. Poder tomarte un dónuts sin remordimientos si llegado el caso te da la gana, también es salud.

Ya ni te acuerdas de la última vez en la que no tenías agujetas o algún tipo de molestia física derivada de haber entrenado muy duro. Entrenar seis o siete días a la semana sin ningún tipo de descanso durante mucho tiempo pronto te hará sentir muy cansado y a largo plazo tampoco vas a encontrar una motivación extra para entrenar con intensidad. Regula la cantidad de entrenamiento para que cada día que vuelvas, lo hagas con ganas.

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