Cinco claves prácticas y realizables para sumar hábitos saludables en el día a día
ALIMENTACIÓN Y SALUD Carola LEVILa buena alimentación es un pilar fundamental para el funcionamiento del organismo. Es el combustible nutricional necesario para poder recorrer de la mejor manera el día. Pero muy pocos le dedican la atención que se merece.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hacer ejercicio y alimentarse de manera balanceada, ayuda en la prevención de enfermedades cardiovasculares, cáncer y diabetes, además de que reduce los síntomas de depresión y ansiedad y mejora las habilidades de razonamiento, juicio y aprendizaje.
Generalmente cuando se habla de un cambio de hábitos tendemos a relacionarlo inmediatamente con algo alimenticio. Sin embargo, es importante considerar que deben ir acompañados de cambios a nivel general que llevarán a una vida más saludable, es decir, actividad física, dormir mejor, etc
Para los que llevan una vida agitada, compartimos cinco hábitos mínimos y saludables, que no llevan más de 10 minutos, y que pueden, poco a poco y llevados a cabo de forma regular, hacer una diferencia. Son los siguientes:
Sentarse a comer. Muchos comen a las apuradas, parados o en el auto, y eso genera la sensación de haber comido poco. Tomarse aunque sea 10 minutos en la mesa es considerablemente beneficioso. ”Comer sentados hace que nuestro cerebro registre el acto de comer. Esto logra no solo mayor saciedad, sino también nos ordena para evitar picoteos posteriores”, explica la licenciada en nutrición Analia Moreiro (M.N. 1.663).
Hacer una lista de compras. Anotar previamente lo que se necesita antes de ir a comprar para evitar cargar el changuito de productos innecesarios y perjudiciales para la salud es clave. Los supermercados tienen estrategias de marketing bien estudiadas para que los clientes compren mucho más de lo que tenían pensado. ”Pasear entre las góndolas nos hace comprar de más ya sea por aprovechar una oferta o por tentarnos con la imagen de algún producto”, explica la licenciada y agrega: “Al tener una lista programada, nos limitamos a ir directamente al producto en cuestión y hacer una compra más consciente”
Preparar colaciones. Hay momentos en el día, entre las principales comidas, que el hambre se hace presente. Para evitar picotear galletitas o cualquier alimento rápido y malo para la salud, es preferible invertir 10 minutos y separar bolsitas con frutos secos, maní tostado sin sal, snack de garbanzos, tomates cherry, yogur natural, fruta seca o pasas de arándanos. ”Prevenir situaciones de picoteo con alimentos saludables es la clave para no caer en el consumo excesivo de alimentos cargados de azúcar y grasa o ultraprocesados”, asegura la especialista.
Colocar frutas a la vista. Así como los supermercados ponen a la altura de los ojos chocolates que pueden volverse irresistibles, hay que copiar la idea pero adentro de casa y con otras opciones. Puede ser una canasta de frutas en la mesada u otras comidas sanas en la heladera, a la vista y en envases transparentes. ”Directamente hay que evitar tener en casa alimentos ultraprocesados, galletitas, golosinas, gaseosas y todo aquello que, además de tentarnos, hace que no paremos de comer”, señala Moreiro.
Preparar el desayuno. Es la primera comida y es muy necesaria para el cuerpo humano. Pero la realidad es que la mañana no es buena aliada para todos. Algunas personas simplemente prefieren descansar unos minutos más antes que levantarse y prepararse un buen desayuno. En ese caso, prepararlo parcialmente la noche previa es una buena opción. Por otro lado -indica la licenciada-, la otra forma es hacerlo en el trabajo tratando de tener los ingredientes necesarios para que sea un desayuno saludable. En caso de no tolerar comidas recién despiertos, recomienda empezar el día con café o té sin azúcar ni edulcorante y agregar una cucharadita de aceite de coco, “es una bomba de energía”, concluye la experta.
Fuente: TN