Los tres beneficios de caminar a un ritmo más rápido del habitual

SALUD Ivana ALFARO
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Salir a caminar todos los días es fundamental para contrarrestar los efectos negativos que tiene para nuestro organismo el pasar tantas horas sentados. Caminatas y paseos que no sólo nos permiten disfrutar del aire libre, sino que ayudan a completar los 2.200 pasos diarios necesarios para, según acaba de revelar la Universidad de Sidney, disfrutar de una vida larga y llena de salud.

Sin embargo, parece que la cifra de pasos no es, en realidad, tan relevante. Más que de cantidad, se trata de una cuestión de calidad y es que el beneficio de caminar se encuentra en la velocidad y exigencia de la marcha. Lo verdaderamente importante es despegarse de la silla o del sofá, porque el sedentarismo, como advierte la Organización Mundial de la Salud, es responsable cada año de más de 32 millones de decesos, lo que la convierte en la cuarta causa de mortalidad en todo el mundo.

Así que, el entrenador personal español Adrián Rodríguez asegura que no importa la edad o la condición física, hay que levantarse y moverse. Y es que con independencia de la distancia o la velocidad, caminar es siempre positivo para la salud.

Los beneficios de aumentar la velocidad de los pasos
Según los investigadores australianos, no hace falta tampoco hace falta llegar a los 9.000 pasos al día y, frente los ya referidos 2.200, dicen que permiten reducir al mínimo el riesgo de desarrollo de enfermedades tan letales como las cardiovasculares o la diabetes.

Todo paso cuenta, pero una vez que el salir a caminar se convierte en un hábito, llega el momento de dejar de contar y centrarse en el ritmo. Los beneficios son:

Quema más calorías y fortalece el corazón. Caminar, como tantos otros ejercicios, fortalece el corazón. Y una vez se acostumbra a una distancia, la manera de que se haga aún más fuerte es aumentando la velocidad de la marcha. De hecho, el verdadero objetivo de caminar a mayor celeridad no es quemar un mayor número de calorías, sino fortalecer el sistema cardiovascular. Lo que, como muestra la Universidad Vanderbilt, no sólo reduce el riesgo de patologías cardiovasculares como la hipertensión arterial, sino también de otras como la diabetes, la apnea del sueño y el reflujo gastroesofágico.
Disfrutar de un paseo en la naturaleza. No hay que intentar batir un récord mundial desde el primer día, hay que ir aumentando el ritmo gradualmente, por ejemplo, caminar más rápido durante 30 o 60 segundos cada día. También es mejor hacerlo sobre superficies blandas que sobre duras: como observó la Universidad de la Columbia Británica, ir por un camino de tierra requiere un mayor gasto energético que hacerlo sobre el pavimento. Nuestro corazón se fortalecerá aún más.
Subir una colina y caminando de espaldas. Para aumentar la exigencia de nuestra marcha, la Universidad Técnica de Múnich constató que nada mejor que dejar las llanuras y subir por una colina, lo que hará que nuestro corazón sea capaz de latir aún más rápido. Mejor aún si lo hacemos marcha atrás, caminando de espaldas, con lo que el beneficio, según la Universidad Texas Tech, será incluso mayor.

Fuente: TN

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