Para tirar menos comida solo tienes que interiorizar esta palabra

ALIMENTACIÓN Y SALUD Raquel CAPE
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Planificación, la palabra a la que hace referencia el titular de este artículo es planificación. ¿Cuánta comida tiras al día por no haber planificado ni tu lista de la compra, ni tus menús diarios, ni lo que vas a necesitar en tu día a día? Según los datos del informe sobre el 'Índice de desperdicio de alimentos 2021', publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), durante el año 2019 (últimos datos conocidos a nivel global) «se desperdiciaron 931 millones de toneladas de alimentos vendidos a hogares, minoristas, restaurantes y otros servicios alimentarios». Esto se traduce en que:

El desperdicio de alimentos no es solo un problema a nivel individual, sino que supone un gran impacto a nivel ambiental, que repercute en los recursos naturales básicos de los que disponemos para la vida: agua, tierras (cultivables), biodiversidad, ético (personas que podrían alimentarse con esos desperdicios), etc.

 La cadena alimentaria es compleja y se compone de diversos agentes. La reducción del desperdicio alimentario será posible solamente aplicando medidas reales de cambio en las actitudes, procedimientos de trabajo y sistemas de gestión actuales. Todo ello, además, contribuirá a reducir la presión medioambiental.

Para el consumidor final de la cadena alimentaria, la clave básica para reducir el desperdicio de alimentos reside en recurrir más a alimentos (valga la redundancia), en un ejercicio de responsabilidad. Esto quiere decir que cuanto menos procesado y más fresco es un producto alimenticio, mayor será la probabilidad de reducir el desperdicio a lo largo de todos los agentes que componen la cadena alimenticia.

Como consumidores finales, podremos aplicar estas doce sencillas medidas a nuestro alcance para frenar el impacto ambiental global derivado del desperdicio alimentario:

1. Planifica tu menú semanal. Teniendo claro tu menú, no dejarás nada a la improvisación. Además, la planificación te ayudará a comer sano, equilibrado y variado.

2. Elabora una lista de la compra que refleje los productos que necesitas, sin adquirir alimentos que no vas a consumir. Recuerda que, si compras de más, también gastarás de más.

3. Cuenta con un presupuesto realista, en base a los puntos anteriores, de tus necesidades alimenticias reales.

4. Realiza un ejercicio de compra responsable. Para ello, deberemos elegir alimentos de forma adecuada e inteligente, teniendo en cuenta tanto su valor nutricional como el social y ecológico. Atender al etiquetado nos ayudará a elegir las mejores opciones. Evitar en la media de lo posible los envasados y, en caso de no poder evitarlos, elegir los mínimamente envasados.

5. Conserva adecuadamente los alimentos. Además, en primer lugar, consume aquellos más perecederos o que mayor tiempo lleven en tu despensa o nevera.

6. Consume productos de cercanía (proximidad) y de temporada. Existen diversos recursos para consultar cuáles son las frutas, verduras y pescados disponibles en cada temporada.

7. A través de la educación alimentaría, conocerás las raciones que te corresponden, pudiendo planificar el cocinado de forma eficiente.

8. Planifica tu menú con aprovechamiento de alimentos. Por ejemplo: los fines de semana podrás hacer comidas con las sobras de días anteriores. ¡Pon a prueba tu creatividad! El  Recetario para la reducción de desperdicios en el que ha participado la FEN, el MAPAMA nos sugiere un enorme abanico de recetas para sacar el máximo partido a los alimentos que se quedan en el plato.

9. Desecha solamente la parte de los alimentos que no sea posible aprovechar.

10. Si se te ha pasado la fecha indicada en algún alimento, ten presente que es seguro consumirlos si se trata de la «fecha de consumo preferente». Esta fecha nos indica la fecha hasta la cual el alimento mantiene la calidad prevista. Sin embargo, no será seguro consumirlos si la fecha sobrepasada es la de “caducidad”.

11. Utiliza recipientes reutilizables siempre que comas fuera de casa.

12. Un aspecto muy novedoso, cuya práctica está cada vez más normalizada, es llevarte a casa la comida que te sobre si sales a comer a un restaurante.

Funente: ABC

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