La resaca nos hace comer peor y te contamos por qué

ALIMENTACIÓN Y SALUD Sandra PALACIOS
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Sabemos que el consumo de alcohol nada tiene de saludable y que atrás quedan esos consejos de que una copa de vino al día es lo mejor para nuestro sistema cardiovascular. Por lo tanto, si una copa de vino no es buena para nuestra salud, ya podrás imaginar cómo puede repercutir un exceso del mismo en nuestro organismo y llegados a este punto habrás pensado en la temida resaca.

Como todos sabemos, aunque esté totalmente normalizado en nuestra sociedad, el alcohol es una sustancia tóxica (y adictiva) que, al ingerirla, nuestro organismo la trata como tal, generando una inflamación generalizada por parte del sistema inmunitario que va a generar un malestar general. Además, produce irritación en el estómago, disminuye los niveles de glucosa, provoca un aumento de la dilatación de los vasos sanguíneos e inhibe la hormona antidiurética (la vasopresina), desencadenando en síntomas como dolor de cabeza, debilidad, confusión, náuseas, vómitos, disminución de la capacidad de reacción, mareo…

Generalmente, la sintomatología no suele durar más de 24 horas, aunque depende siempre de la persona y de la cantidad de alcohol que haya ingerido, si tenía o no el estómago lleno, si toma medicación… También es verdad que pueden parecernos eternas y muchas veces desencadenan un deseo incontrolable de ingerir la denominada fast food.

A causa de la deshidratación y la hipoglucemia que nos genera el alcohol, el cuerpo nos pide desesperadamente reponer todos los nutrientes que hemos perdido, además, por haber dormido poco o mal, se produce una alteración de las hormonas relacionadas con el apetito: La grelina, que es la responsable del hambre, se produce en exceso y la leptina que es la responsable de la saciedad se produce en niveles muy bajos.

Si a esto le sumamos las pocas ganas de cocinar a causa del cansancio y malestar y la amplia oferta de aplicaciones que nos traen la comida a casa, la probabilidad de que ese día caigamos en la tentación de fast food aumenta.

Está claro que no pasa nada por consumir este tipo de comida ocasionalmente, sin embargo, después de haber bebido alcohol, es lo menos recomendable ya que nuestro cuerpo necesita reponer nutrientes de calidad. Además, al ser comida difícil de digerir por sus altos contenidos en grasas y azúcares puede generar más acidez y dolor de estómago.

Para combatir la deshidratación, las frutas y verduras de temporada, caldos o infusiones van a ser los mejores aliados. También, hidratos de carbono (a poder ser integrales) para recuperar los niveles de glucosa en sangre y proteínas de calidad, teniendo en cuenta que sean poco grasas en el caso de que se trate de carnes y pescados para que sean más fáciles de digerir.

Sin embargo, estos consejos no son milagrosos con respecto a la resaca, pueden ayudarnos a recuperarnos antes o sobrellevarlo mejor. El único remedio que hay efectivo e infalible contra la resaca es no beber alcohol o hacerlo de forma moderada para no sufrir sus fatídicos efectos al día siguiente.

Fuente: abc

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