Anticuerpos modo ahorro: cómo saber cuántos tengo y qué test son los que sirven

SALUD Ivana ALFARO
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El escenario epidemiológico está cambiando. A pesar de que en algunos países como Israel y Estados Unidos la inoculación fue a paso acelerado, la realidad es que el plan de vacunación avanza en todo el mundo, aunque más lento. En tanto, los científicos ponen ahora la atención en los raros efectos adversos de algunas de las vacunas -como posibles trombosis cerebrales- y también en el tiempo que tarda el organismo en generar anticuerpos frente al SARS-CoV-2.

Pero, ¿cuánto dura la inmunidad por la vacuna? Dos estudios científicos, publicados en la revista Nature y en BioRxiv, corroboraron lo que hasta el momento era una incógnita. Los especialistas concluyeron que las células inmunes importantes sobreviven en la médula ósea de los pacientes que alguna vez se infectaron con el SARS-CoV-2 o que fueron vacunados. La inmunidad, en tanto, duraría al menos un año y hasta podría proteger a las personas durante toda su vida ya que esta mejora con el paso del tiempo, sobre todo después de la inoculación

Los científicos aclararon que no es igual la inmunidad generada por la infección del virus que la producida por la inoculación. “Las personas que no han tenido covid y han sido inmunizadas pueden eventualmente necesitar una vacuna de refuerzo. Eso lo sabremos muy pronto”, aseveró Michel Nussenzweig, inmunólogo de la Universidad Rockefeller en Nueva York. Los especialistas concluyeron que las células B proliferan rápidamente y producen una gran cantidad de anticuerpos. Luego, esas células se instalan en la médula ósea, otorgando distintos niveles de anticuerpos frente al SARS-CoV-2.

¿Cómo saber cuántos anticuerpos tengo?
Hace unos meses, las personas se preocupaban más por testearse y saber si tenían o no coronavirus que por conocer sus defensas frente al virus. Hoy, a más de un año de la pandemia que cambió al mundo, las vacunas demostraron ser la herramienta más eficaz para darle batalla al COVID-19, pero es necesario conocer cuánta protección ofrecen.

En algunos países con altos porcentajes de población vacunada, la realización de pruebas PCR y de antígenos -que identifican una infección activa- disminuyeron, pero crecieron las que evalúan la respuesta del organismo a las vacunas.

Existen distintos tipos de pruebas. Científicos explican que “los linfocitos B son células del sistema inmunológico que se activan ante una infección y generan unas proteínas que van a ayudar a nuestras defensas a luchar contra el virus. Esas proteínas son los anticuerpos y, en el caso del SARS-CoV-2, pueden detectarse en la sangre 14 días después de producida la infección”.

Existen diferentes anticuerpos, pero en el caso del coronavirus, hay dos sumamente importantes: las inmunoglobulinas M (IgM) y las inmunoglobulinas G (IgG). “Las IgM suelen ser un marcador de que hay una infección activa. Son las que se elevan cuando el virus está replicándose. Luego, teóricamente, desaparecen”, le explicó al diario El País Roberto Alonso, virólogo del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid. Por tanto, dijo, “una prueba serológica que detecte niveles elevados de IgM nos estará indicando que, en ese momento, estamos infectados”. “En los laboratorios más especializados, si queremos caracterizar una infección activa, utilizamos PCR o antígenos”.

En ese sentido, el especialista explicó que a medida que la infección remite y se reducen los anticuerpos IgM, van apareciendo poco a poco los IgG, que se mantendrán en el tiempo. “De alguna manera, son la señal que guarda nuestro organismo de haber estado en contacto con el virus y de haber desarrollado estrategias para defenderse de él. Y esta señal, esta respuesta inmunitaria, puede ser natural (producida por la infección) o inducida por una vacuna”, aclaró.

En esa misma línea, sostuvo: “Tanto las personas que han pasado la infección como las que se han vacunado generan anticuerpos. Si se da el caso de que el virus vuelve a entrar en el organismo, estos anticuerpos lo reconocerán y lo bloquearán para ayudar al sistema inmune a combatirlo”.

¿Cuánto duran en el organismo?
Un grupo de científicos sostuvo que las personas que se infectaron con covid y que luego fueron vacunadas no necesitarían refuerzos, ya que la inmunidad duraría al menos un año.

Por su parte, Alonso aclaró: “Esta es una enfermedad nueva de la que cada día aprendemos algo más. No sabemos con exactitud cuál es su duración, pero la experiencia nos va demostrando que el número de anticuerpos IgG, tanto vacunales como naturales, se va reduciendo con el paso de los meses”.

En ese sentido, el especialista dijo que aún no se sabe por qué algunas personas desarrollan más anticuerpos que otras o los tienen por más tiempo. “Lo que pensamos es que, aun cuando tus niveles sean bajos, no va a significar que hayas perdido la protección. Aunque se haya reducido el número de anticuerpos circulantes, los linfocitos B van a guardar una memoria y, ante una nueva infección, los volverán a producir”, precisó.

Las pruebas serológicas de anticuerpos son las que ayudan a los médicos y científicos a conocer cuánta protección tiene un paciente frente al coronavirus. Debido a que estas son útiles para determinar la inmunidad de una persona, varios países europeos las están solicitando junto a la prueba de antígenos, PCR o documento que acredite la vacunación. En tanto, las pruebas cuantitativas permiten conocer la cantidad de IgG, que ayuda a evaluar la respuesta de una persona frente a la vacunación o tras haberse infectado por covid.

“Las vacunas aplicadas no pierden efecto, sí bajan los anticuerpos con el tiempo”
Lo aseguró la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti. La funcionaria aclaró que las vacunas administradas no pierden efecto, pero sí bajan los anticuerpos con el paso del tiempo, por lo que es necesario completar el plan de vacunación con todas las dosis correspondientes. “El principal mensaje a las personas que escuchan con mucha angustia algunos conceptos es que las vacunas aplicadas no pierden el efecto. No digamos vencimiento porque puede generar confusión respecto a su vida útil”, afirmó en referencia a las 12 semanas de intervalo recomendadas por los especialistas entre la primera y segunda dosis de la vacuna.

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