¿Sabes cuáles son las diez verduras con menos calorías?

Si alguna vez ha intentado conocer el valor calórico de determinados alimentos, habrás comprobado lo difícil que resulta encontrar unanimidad absoluta. Según las fuentes consultadas, las cifras pueden bailar tanto por arriba como por abajo.

ALIMENTACIÓN Y SALUD Carola LEVI
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Pero no tanto como para no poder hacer una estimación aproximada de los productos más o menos calóricos. Hoy hemos querido fijarnos en el terreno vegetal para comprobar qué verduras cuentan con un aporte calórico menor. Y las cantidades con las que hemos elaborado este listado son las que se arrojan, de forma mayoritaria, numerosas tablas de composición de alimentos. Lo hemos hecho, eso sí, a modo de ‘divertimento curioso’. Nos explicamos: en realidad, los dietistas-nutricionistas suelen insistir en que contar calorías no es la mejor manera de adelgazar. Además de ser un ‘suplicio’ para quien desea perder peso, no es eficaz porque, a la hora de establecer un plan nutricional, se deben tener en cuenta otros muchos factores. De modo que este ejercicio anecdótico a modo de ranking solo es una excusa para promover el consumo de verduras, en general. Da igual si tienen más calorías o si, como en el caso de estas diez, su aporte calórico no llega a 25 (por 100 gramos de producto).

LECHUGA: 15 KCAL.
Si decimos ‘Lactuca sativa’, quizá no te suene demasiado… Pero si en lugar de su nombre de científico hablamos de lechuga ya no hay duda posible. Ese producto de la huerta del que podemos disfrutar todo el año, uno de los más consumidos en el mundo –en cualquiera de sus muchas variedades- y también menos calórico (su aporte es de solo 15 calorías). En la cocina solemos emplearla como ingrediente para infinidad de ensaladas. Pero no debemos olvidar que sus posibilidades culinarias son muchísimo más amplias.

APIO: 16 KCAL.
Cultivado desde hace siglos por las civilizaciones egipcia, griega y romana, el apio (Apium graveolens) no tenía en un principio un valor culinario sino más bien medicinal o aromático. Fue posteriormente cuando su característico sabor amargo comenzó a formar parte de diversas recetas. Así por ejemplo, mientras que sus hojas se suelen utilizar como condimento, los tallos pueden consumirse tanto crudos (en ensaladas, para crudités, para la elaboración de batidos vegetales) como cocidos (asados, gratinados, en salsa, caldos...). En lo nutricional destaca el alto nivel de agua en su compasión –por lo que resulta diurético- y su escasísimo aporte calórico.

PEPINO: 16 KCAL.
Otro de esos tesoros de la huerta que apenas aporta calorías -16 por cada 100 gramos- es el pepino. A cambio proporciona a las recetas un pronunciado y característico sabor (incluso hay quienes no lo toman porque repite, pero para esto también hay solución). Esta fruta –sí, fruta- está más asociada a los meses de verano, por su porder refrescante y porque es ingrediente básico para la elaboración del popular gazpacho. Pero, afortunadamente, gracias a su cultivo podemos disponer del pepino todo el año y preparar con él platos que van más allá de la famosa sopa fría.

ACELGA: 19 KCAL.
La acelga representa otro ejemplo claro de cómo la (mala) fama de un alimento muchas veces no se corresponde con la realidad: aburrida, sosa, poco interesante… Son algunos de los adjetivos que despierta en muchos su nombre. Sin embargo, la acelga puede convertirse en ingrediente principal de recetas realmente sabrosas y diferentes (tal y como demostramos aquí) y, además, resulta ser una gran amiga de la salud: sin apenas calorías, es buena fuente de vitaminas, minerales y fibra.

CALABACÍN: 20 KCAL.
Conocido ya por egipcios, romanos y griegos, el calabacín lleva siglos formando parte de la dieta de la humanidad. Bondades, desde luego, ¡le sobran! Solamente echando un ojo a su perfil nutricional podemos concluir que introducirlo en nuestros menús resulta más que recomedable: aporta vitaminas, fibra y minerales como el potasio; es diurético debido a los altos niveles de agua en su composición, su aporte calórico es realmente bajo (unas 20 calorías por cada 100 gramos de producto).

TOMATE: 18 KCAL.
Tomatl. Así es como se denominaba el tomate en el legunaje náhuatl (idioma hablado por los aztecas de América Central, principalmente México). Y es que es en tierras latinoamericanas donde encontramos el origen del tomate, alimento absolutamente cotidiano hoy día prácticamente todo el planeta. Su versatilidad y delicioso sabor hace que podamos disfrutar de él crudo, guisado, deshidratado, en salsas, rellenos, en sopas frías y calientes, sofritos, ensaladas… ¿Otra ventaja más? Su escaso aporta calórico que no llega ni a las 20 calorías.

ESPINACAS: 23 KCAL.
Al igual de resto de verduras de las que hoy os estamos hablando, las espinacas son también buena fuente de vitaminas, fibra y antioxidantes. Asimismo son ricas en minerales como el calcio, hierro, magnesio o potasio, y su contenido de hidratos de carbono y grasas es muy bajo (tan solo aportan 23 alorías por cada 100 gramos de producto). Es por ello que, según cómo las cocinemos, pueden convertirse en grandes aliadas de la báscula.

BERRO: 20 KCAL.
Aunque no siempre gozó de buena ‘reputación’ entre fogones (durante mucho tiempo fue considerado como una mala hierba), el berro es hoy un ingrediente muy apreciado para la preparación de infinidad de recetas. Más allá de las ensaladas, se puede usar para cremas, tortillas, caldos, potajes, como condimento para aliños… Perteneciente a la familia de las crucíferas (bajo la que se enmarcan también coliflores, brócolis, nabos…) el berro aporta vitaminas, minerales –en especial, potasio- y su grasa apenas supone un 0.1%.

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