Coronavirus: A casi 80 días de cuarentena, alertan que la situación de la salud mental es caótica

Los profesionales reclaman que se los reconozca como trabajadores esenciales. Buscan no sufrir el impacto económico. Los pacientes tienen tratamientos interrumpidos y patologías que se agudizan.

SALUD Redacción Redacción
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Frente a las muertes por coronavirus, que ya son más de 500 en el país, el debate público sobre la angustia durante la cuarentena apenas rozó la superficie de un problema real. El tema preocupa, y mucho, a los profesionales de la salud mental. Grupos de psicólogos se preguntan cuánto van a esperar las autoridades para que se los declare trabajadores esenciales.

No hacen falta exageraciones. La realidad, en estos casi 80 días de cuarentena, es que la terapia en modo online está funcionando de manera irregular y solo para algunos. El reclamo está presente: los psicólogos quieren ser incluidos entre los trabajadores esenciales y que se les permita reabrir la consulta, atenta a todos los protocolos de bioseguridad y recomendaciones de distancia.

"Estamos trabajando un tercio o menos de lo habitual", dice la licenciada en psicopedagogía Florencia Gujis (M.P. 1528). "No todos los pacientes tienen posibilidad de conectarse. O no tienen dispositivos, o lo está usando otra persona, o no tienen privacidad. Con los pacientes con discapacidad, por ejemplo, lo virtual es muy complicado. Se cortan los tratamientos porque no los podemos ver. Trabajo con una obra social con pacientes menores que no tiene posibilidad de conectarse a Internet, y recontra necesitan el tratamiento. Es muy angustiante", expresa.

 
El secretario general del sindicato de psicólogos, Patricio Leone (M.N. 29516), es taxativo. "No hay ninguna estrategia, pero cero, en salud mental, ni recursos destinados a eso", dice, y habla de todas las gestiones, nacional, provinciales, de la Ciudad. "La ayuda en esa área consiste en darle a la gente tips, que cante canciones divertidas mientras pasa el trapo o baile para ser feliz. Pero una depresión, una psicosis, una fobia, son patologías graves. Cuando el Presidente respondió sobre la angustia quedé perplejo. Porque suena a sentido común decir que más angustiante es la muerte que la falta de dinero, o de trabajo, o la de no poder salir. Pero esta situación atraviesa el sentido común profundamente. No hay DNU que pueda legislar sobre la angustia".

Según Leone, han subido todos los indicadores de salud mental en la población durante la cuarentena. Habla de una curva de consultas disparada en instituciones públicas por angustia, precisamente. Pero también por estrés, fobias, problemas vinculares, ataques de ansiedad. "No estamos diseñados para convivir las 24 horas siete días a la semana, ni con la paraje ni con los hijos. Es una olla a presión. Sumale cuestiones económicas y ya está: aumentó el consumo de sustancias, de alcohol, recrudecieron las adicciones, los trastornos de sueño están a la orden del día. Es una situación caótica, y millones de artículos que correlacionan el sistema inmunológico con el emocional. Si este último está en crisis, es menos eficaz para combatir el virus".

"La angustia crece", coincide la licenciada Claudia Lijtinstens, de Córdoba, miembro de la Escuela de la Orientación Lacaniana (EOL) y de la Asociación Mundial de Psicoanálisis (AMP). "La extensión del tiempo ha tenido una incidencia, porque parecía que ese encierro iba a ser acotado, posible de manipular por cada sujeto. Ahora, en vistas de la extensión, los diferentes efectos que ha tenido en cada actividad son muy visibles. Para los niños, la pérdida de sus espacios conquistados, de lazos sociales, determinó la aparición de muchos fenómenos, del cuerpo, pesadillas, angustias, hay que estar atentos. A la vez, hay niños que están muy contentos de reencontrarse con sus padres, con los tiempos de la casa y más tiempo para ellos".

Lijtinstens, que dirige una institución para chicos con autismo, da cuenta también de la importancia de la recomendación de la asistencia virtual, la terapia online, por parte de la Superintendencia de Servicios de Salud de la Nación. "Una normativa del Estado es muy importante", dice. "Esta recomendación asegura la intervención inmediata en un contexto de crisis sanitaria, y es importante que prestadores y asistencias sean amparadas por el Estado. Pero no se puede implementar para todos, no de la misma forma. Y no todos los actores que participan tiene los mismos instrumentos para abordar la teleasistencia".

Los profesionales de la Salud, con problemas económicos
Luego, está la realidad del otro lado, la de los psicólogos como trabajadores. En la encuesta que realizó Leone en su grupo, Psicólogos Argentinos, de 147.000 profesionales apenas el 30 por ciento de los pacientes pasó de presencial a virtual. "Hay colegas que hace más de 70 días no tienen ningún ingreso -dice-. "Porque las prepagas que no autorizan la atención virtual, o los pacientes no pueden o saben usar las herramientas para el tratamiento a distancia. Veo cosas que vi en 2001: colegas que están comiendo en comedores sociales, porque llevan tres meses sin ingresos y están en una situación desesperante. Apenas el 5 por ciento de nuestro colectivo pudo cobrar el IFE, estamos muy afectados".

Si no se considera a la salud mental como actividad esencial, en un momento como este, ¿cuándo? Es la pregunta que se hacen muchos profesionales a la vista de pacientes que cursan depresiones en un contexto así de estresante. "¿Van a esperar a que se desate una ola de suicidios para considerarnos actividad esencial? se preguntan muchos en los grupos. Parece exagerado, pero no lo es", analiza Gujis.

"Hay personas, por ejemplo, que están en una terapia haciendo un trabajo para salir de una relación violenta. Y de golpe eso se corta, y quedan encerradas en la casa con esa persona violenta, sin forma de continuar el tratamiento ni buscar ayuda", dice la profesional. Esperan que se habilite el trabajo en los consultorios, para que la gente tenga ese espacio de privacidad tan necesario que no ofrece lo virtual. Para concluir, da un ejemplo más que elocuente: "Una colega tiene una paciente que se encierra en el armario para hablarle, es una locura".

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