Nada más innovador que dejar atrás la indiferencia de las personas con obesidad

ALIMENTACIÓN Y SALUD Camila MARTINEZ
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La obesidad es una enfermedad crónica e inflamatoria y en Argentina 4 de cada 10 chicos tiene sobrepeso, mientras que además la padecen 5 de cada 10 adolescentes y 6 de cada 10 adultos. Este número es considerado alarmante, va en aumento cada año que pasa y es una conjunción de causas, la cultura, el marketing, la industria, los medios, las costumbres, la familia, los amigos y la escuela.

“Cuando hablamos de crónica, hacemos referencia a que no tiene cura, que siempre esta tendencia va a acompañar a la persona con sobrepeso u obesidad, que se trabaja en el control de la enfermedad y esto es lo difícil, que la persona acepte que su condición va a estar siempre presente aunque baje de peso, pero a la vez tiene en sus manos la decisión de hacer algo para su recuperación y empoderarse de su tratamiento. Esto nos hace entender que la ‘recaída’ es parte fundamental de la enfermedad y el paciente debe saberlo para evitar que se sienta culpable”, explicó Daiana Rojas, licenciada en Nutrición (M.N. 4.798 / M.P. 1.849).

La especialista añadió: “Cuando decimos que es una enfermedad inflamatoria, lo primero que se me viene a la cabeza es la típica frase ‘sólo tengo kilos de más, no tengo ninguna enfermedad’, haciendo referencia, por ejemplo, a que la persona no tiene hígado graso, ni diabetes, ni hipertensión, ni enfermedad cardíaca, entre otras enfermedades asociadas a la obesidad, como si tener sobrepeso/obesidad no sería estar enfermo”.

¿Sirven las terapias inyectables?
Rojas, quien es directora del departamento de Nutrición del Hospital Dr. Cormillot de Malvinas Argentinas, dijo: “Las terapias inyectables forman parte del abanico del tratamiento que podemos brindarle a un paciente con sobrepeso/obesidad. Este tipo de medicación vino a brindarle a nuestros pacientes y a los profesionales que trabajamos en obesidad otra opción posible para lograr resultados, actúan en el control del apetito y lo positivo es que no tienen efecto rebote y pocos efectos secundarios”.

Tras reiterar que “no son mágicas”, la experta indicó que se necesita de un seguimiento médico y nutricional, cambios en el estilo de vida, tanto en la alimentación como en el movimiento, a la vez que dijo que toda medicación debe estar acompañada de educación terapéutica para que sea exitosa.

La doctora explicó: “Los pacientes con obesidad siempre esperan algo innovador y que eso innovador sea de carácter ‘mágico’, resultados a corto plazo, lo más rápido posible y con nulo esfuerzo. Es muy difícil aceptar que, para lograr resultados y que se sostengan en el tiempo, los cambios deben ser progresivos, comenzando por lo posible, así el esfuerzo no es tan grande y se puede mantener en el tiempo”.

Las experiencias del paciente con obesidad
La médica explicó que los pacientes con obesidad vienen de malas experiencias, con gran carga emocional, con enfermedades asociadas y con mucha necesidad de ser “escuchados y entendidos”. “Creo que acá está la innovación, primero la persona y luego la enfermedad. No hablemos más de ‘Obesos’ comencemos a hablar de ‘Personas con Obesidad’ porque, si seguimos hablando de obesos o gordos, seguimos estigmatizando a la persona y la rotulamos, haciendo que esto afecte su estado emocional. Tenemos que separar el problema de la persona, de manera de cooperar con su tratamiento”, aseveró.

Además, dijo que no hay nada más innovador que dejar atrás la indiferencia de las personas con obesidad, hablar sobre lo que les pasa, que se sientan seguros, aceptados y generar confianza en el equipo de salud y nunca olvidarse de la cuarta ley de la nutrición: “La adecuación”.

“Cada paciente es único y su plan alimentario también debe serlo, cada paciente tiene sus gustos, sus costumbres, una vida social, su trabajo, su economía, horarios a tener en cuenta, lugares donde comer, comidas ‘fuertes’, alimentos que son su debilidad y todo esto debe valorarse a la hora de armar el plan de alimentación, el cual no es estático, sino dinámico y que debe reverse todo el tiempo para adaptarlo a cada situación del paciente. Esto es lo que nosotros priorizamos en el Centro de Obesidad”, añadió.

La base del tratamiento
La especialista dijo que la base del tratamiento es la educación terapéutica, trabajar en equipo “Profesional-Paciente”, darle al paciente una función activa en el control de su enfermedad, que maneje las herramientas más convenientes para él y acompañarlo en el desarrollo de habilidades para enfrentar diferentes situaciones que se presenten en el proceso de descenso.

“Nosotros en el Centro de Obesidad lo hacemos de manera mixta, tanto grupal como individual. El grupo es la columna vertebral del tratamiento, nuestra experiencia es que en grupo los pacientes se sienten más acompañados por pares, acompañados por un profesional quien coordina el grupo, comparten experiencias, soluciones, situaciones problemáticas y de riesgo y sobre todo se genera un saber en conjunto”, señaló.

¿Qué sería exitoso en obesidad?
Rojas manifestó: “Es bastante frustrante trabajar en obesidad si tomamos éxito como el logro de ese peso posible, el máximo peso al que podría llegar un paciente una vez que se activó el sobrepeso. Si bajamos un poco la vara y hablamos de éxito cuando el paciente llega a su peso aconsejable, aumentamos ese número de personas con sobrepeso que logran el éxito, el peso aconsejable es aquél que bajó el 50% de su exceso de peso”.

Asimismo, agregó: “Y si seguimos bajando la vara y tomamos como éxito llegar al peso saludable, bajar aproximadamente el 10% del exceso de peso, el número de exitosos aumenta. Me quedo con aquel que llegó al peso saludable y lo mantiene por más de 5 años, que aquel que llegó a su peso posible y lo mantiene durante 1 año. Cuanto más años con menos peso permanezca la persona con obesidad mejor para la salud del cuerpo y más años de vida”.

En tanto, expresó: “Las enfermedades que trae aparejadas la obesidad se asocian a más de 250 complicaciones, por eso decimos que la obesidad ataca a todo el cuerpo. Bajando la cantidad de kilos de exceso de peso de una persona, logramos prevenir la diabetes tipo 2, el hígado graso, la hipertensión, la enfermedad cardiovascular, el A.C.V, la dislipemia, enfermedades respiratorias, neurodegenerativas, cáncer, infecciones, apnea del sueño, artritis, várices, depresión, entre otras”.

Fuente: TN

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