¿Imitarías a Kim Kardashian si empezase a comer mierda?

NOTICIAS DE INTERÉS Carola LEVI
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Cualquiera en su sano juicio estará pensando cómo se puede dar cabida a semejante ordinariez en un medio como ABC, pero resulta que el temita en cuestión apareció en una entrevista del New York Times -cabecera con suficiente entidad para hacer lo que le plazca- a la influencer (creo lo es) Kim Kardashian, quien reúne ni más ni menos que a 318 millones de seguidores en su perfil de Instagram, los cuales son solo una parte de su ejército de fans. Resulta que la buena de Kim, muy comprometida con su aspecto físico, afirmo que sería capaz de comer mierda cada día si eso le asegurara parecer más joven. Posiblemente la traducción sería más un ‘comer caquita’ ya que utilizó el término “poo” que tampoco es que lo haga mucho más apetecible. Igual te preguntas qué demonios tiene esto que ver con un blog dedicado al ejercicio físico y más concretamente al entrenamiento de fuerza. Bueno, cuando leí estas declaraciones me acordé de un grande de la fuerza, ni más ni menos que Júlíus Björnsson. Quienes no le conozcan, es la persona que encarnaba a ‘La Montaña’ de Juego de Tronos, una auténtica mole que fue campeón del mundo de Strongman. Pues bien, en el documental ‘Born Strong’ varios atletas de esta disciplina explicaban que lo más duro por lo que tenían que pasar era la cantidad de comida que debían ingerir para poder competir entre los hombres más fuertes del mundo. El bueno de Júlíus, confesaba que para él comer era una herramienta más de su preparación, que si tuviese que comer mierda para ser campeón, lo haría. Al fin y al cabo es una analogía fácilmente entendible para explicar nuestra determinación, pero aquí veo dos cuestiones muy diferentes.

¿Comerías mierda en el sentido más literal?

 Parafilias sexuales al margen, creo que nadie comería mierda estrictamente hablando. Desconozco si hay un análisis de macros de semejante delicatesen y supongo que tendrá mucho que ver con la alimentación del proveedor. De cualquier manera, si tuviese que apostar por alguien, creo mucho más en la determinación de un atleta de élite que en las modas de Kim quien, supongo, a la semana de comer mierda haría otra entrevista diciendo que en breve probará con las babosas a ver si le va mejor. No la veo haciendo cien fondos con un recorrido completo en un parque sucio de verdad, llegando a tocar el suelo con su quirúrgicamente afilada barbilla. Las fibras rápidas se degradan con la edad y si no se trabajan son las que primero se pierden, si quieres ser más joven Kim, tus estrategias nutricionales por bizarras que sean no te van a solucionar esa cuestión. Pero lo importante es que en sentido figurado, el consumo de mierda es masivo. Permíteme explicarme.

En un sentido figurado, millones de personas consumen mierda con forma de ‘método milagroso’

Cuando una persona famosa comparte un producto gracias al cual ha conseguido un abdomen definido, una cara más tersa o eliminar las manchas del sol, siempre habrá un grupo de población dispuesto a creer que es verdad. Es más cómodo pensar que una pastilla, aunque sea cara, solucionará nuestros problemas. Si esta señora nos dice que está dispuesta a comer mierda para ser más joven nos suena a risa, y a la mayoría de sus adeptos también, seguro que habrá perdido unos cuantos miles con la bobada. Me atrevo a decir que solo un 1% de sus fans seguiría a pies juntillas lo que ella diga, pero un uno por ciento de varios cientos de millones de seguidores es mucha gente descerebrada. Hablamos de un alcance que ni este artículo ni ningún otro de este o cualquier otro periódico de España puede llegar a tener, así que estas personas son las que en muchos casos dictan las modas y tendencias de la mierda que se vende en el mundo del fitness, mierda para la que siempre habrá un mercado de miles de imbéciles (e imbécilas). Aunque la gran mayoría de los seres humanos tengan capacidad para distinguir entre la cordura y la estupidez, cuando hablamos de cifras a escala global siempre hay margen para pescar muchos cientos de miles de consumidores de mentiras, de basura absoluta. Porquería, eso sí, a precio de oro. En una sentadilla o un peso muerto existe muy poco margen comercial, y por eso quienes se ganan honradamente su sueldo haciendo que otras personas consigan mantenerse más jóvenes, no son excéntricos millonarios a quienes el New York Times les da un espacio para decir chorradas. A veces es muy fácil distinguir la mierda, pero cada vez la empaquetan y la disfrazan mejor. No te dejes engañar y que la fuerza te acompañe.

Fuente: abc

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