Que no te engañen: no todo lo que es vegano es saludable

NUTRICIÓN Julia VOSCO
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Aunque solo sea una pequeña parte de quienes lo practican, hay una corriente de consumidores que se toma el veganismo como una moda. También entre los que no son veganos 'a tiempo completo' se tiene la percepción de que cualquier producto que presuma de ser solo vegetal es mejor y por tanto una alternativa saludable frente a otro similar con componentes animales y muchas veces se elige, por ejemplo, una hamburguesa vegetal frente a una de ternera pensando que nos sentará mejor. Pero seamos claros, no solo por ser vegano debe ser bueno, en todas las familias (en este caso de alimentos) hay garbanzos negros: ultraprocesados, aditivos, alérgenos y componentes no saludables o que pueden no ser lo que nuestro cuerpo realmente necesita.

Puede que esta premisa de 'vegano=saludable' fuera cierta hace unos años, en que los vegetarianos y veganos no tenían a su alcance la sobreoferta actual de productos con que las marcas están alimentando este nicho de mercado casi recién descubierto. Si antes solo podían comprar en la frutería o en el mercado, hoy hay estanterías enteras en los hipermercados con productos específicos que, en teoría, evitan cualquier componente de procedencia animal, y son por tanto aptos para su elección alimentaria, desde ‘falsas’ carnes a chucherías. Como botón de muestra, pensemos en que la mayoría de los refrescos comerciales y los típicos snacks como las patatas fritas, ¡son veganos!, y que también en la mayoría de los restaurantes (sí, también en los de comida rápida, que por definición ofrecen platos de baja calidad nutricional) hay opciones para ellos.

Veamos cuáles son algunos de estos productos que habría que evitar o que, al menos, deberíamos evaluar con cuidado (siempre hay opciones que sí se fabrican con cuidado y respeto para el usuario y para el medio ambiente):

Carnes que no son carnes
Perritos, hamburguesas o ‘filetes’ veganos están, efectivamente, libres de componentes animales, pero eso no quiere decir que sean mejores. En una buena parte de los casos para conseguir ese sabor y textura similar al de la carne se utilizan decenas de componentes poco saludables, y eso sin contar que el proceso de fabricación de estos alimentos (siempre ultraprocesados por su propia naturaleza) suele ser costoso y largo, y por tanto mucho más contaminante para el medio ambiente.

Leches vegetales
Dependiendo de las marcas, algunas de ellas están cargadas de azúcar, un componente que resta, ¡y mucho!, a los beneficios del ingrediente principal, ya sea soja, arroz, frutos secos, etc.

Helados y batidos
Precisamente porque la leche es uno de los alimentos prohibidos para los veganos, los productos específicos que no la utilizan están al alza. Sin embargo, de nuevo, hay que tener en cuenta sus niveles de azúcar, edulcorantes u otro tipo de aditivos que, como la mayoría de estos productos, están presentes también aquí.

Chips vegetales
Suenan sanos, pero pueden ser tan malos como las patatas fritas tradicionales. Las razones: muchos han sido fabricados con pulpa de verdura mediante un proceso industrial, es decir, son ultraprocesados y con poca verdura real. Además, la mayoría están fritos con aceites de mala calidad.

Pasta de legumbres
De lentejas, guisantes, garbanzos… Para ser considerada vegana una pasta debe estar libre de huevo y leche, ya que su componente principal habitual es el trigo (un vegetal). En cuanto al aporte nutricional de este tipo de nuevos productos que nos parecen más ‘verdes’, la mayor diferencia estaría en su aporte de fibra: mientras la pasta tradicional (siempre mejor la integral y en ocasiones) contiene una mayor cantidad de fibra y proteínas, la realizada con legumbres (siempre verificar qué cantidad real de ese producto contiene) suele carecer de éstas al realizarse con pulpa o con las legumbres peladas.

Parece obvio, pero no está de más repetir aquí que los veganos (por elección, intolerancia o conciencia, el motivo no importa), igual que el resto de la población, deben tener en cuenta que la mejor dieta es aquella que es rica en alimentos naturales y, a ser posible, frescos. En su caso, vegetales sin procesar, como fruta y verdura, legumbres, frutos secos, semillas... Y que deben evitar al máximo los alimentos procesados y ultraprocesados. La etiqueta es siempre la clave. En cualquier producto que encontramos en el supermercado debemos, siempre, hacer poco caso de la etiqueta frontal (que suele presumir de menos sal, o azúcar, solo ingredientes vegetales, cocina de la abuela…) y mucho de la trasera, donde sí veremos, por normativa, cada uno de los ingredientes en orden de cantidad (siempre de mayor a menor presencia en el producto) y su aporte energético.

Y recuerda: tanto si eres vegano o no, los productos ultraprocesados no son recomendables. Si quieres seguir una dieta sana lo importante es que dejes de tomar alimentos cargados de azúcar, edulcorantes, sal, conservantes, estabilizantes, saborizantes… No importa de qué decidas alimentarte siempre que lo hagas de manera natural, saludable y con productos de calidad.

Fuente: abc

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