Las personas con asma tienen más riesgo de desarrollar obesidad

SALUD Ana Cohen
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El asma afecta a casi 340 millones de personas en todo el mundo y a 4 millones de argentinos, aunque la mitad no lo sabe. Es la enfermedad respiratoria no transmisible más frecuente en niños y adultos. Ahora, científicos creen que las personas que lo padecen tienen un 21% más de riesgo de desarrollar obesidad.

La nueva investigación científica, publicada en la revista científica Thorax, analizó a 8.700 personas de once países durante unos 25 años. Los expertos concluyeron que, entre las personas sin asma, un 14,6% tenía obesidad. Dentro del grupo de los que tenían asma, este aumento era prácticamente del 17%. Si al asma se sumaba que la persona era fumadora, ese porcentaje crecía a 21%.

Según revelaron, otro factor de riesgo era la duración de la patología, es decir, quienes sufrían asma desde hacía más tiempo, tenían un mayor riesgo de desarrollar obesidad: un 32%.

El asma y los corticoides
Otra cosa que descubrieron los especialistas es que las personas con asma que trataban su enfermedad con corticoides tenían hasta un 99% más de riesgo de padecer obesidad en comparación con quienes no ingerían ese fármaco.

“Una posible explicación del aumento de peso asociado al asma podría ser la reducción de la actividad física en los pacientes asmáticos. Sin embargo, nuestros resultados no apoyan esta hipótesis, ya que los niveles de actividad física en nuestro estudio no afectaron a la asociación observada”, precisó Judith Garcia-Aymerich, autora del estudio.

Qué es el asma y qué la ocasiona
Se trata de una enfermedad crónica que provoca inflamación y estrechamiento de las vías que conducen el aire a los pulmones (los bronquios). Los síntomas pueden manifestarse varias veces al día o a la semana, y en algunos casos empeoran durante la actividad física o por la noche.

Adrián Cruciani, especialista en medicina interna y secretario técnico de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la Universidad Abierta Interamericana (UAI), explicó que el asma es una enfermedad crónica, muy frecuente en pediatría.

“Tiene síntomas clínicos que son sibilancias, una manifestación de broncoespasmo. Es una enfermedad que inflama los bronquios, que puede producir tos, falta de aire (conocida como disnea) y opresión en el pecho. Es muy frecuente en niños y lo que hay que evitar son las exacerbaciones. Las infecciones pueden provocar infusiones virales y empeoramiento del asma que puede llevar al paciente a una internación”, sostuvo.

En ese sentido, el especialista explicó: “Hay básicamente cuatro tipos de asma: asma intermitente, persistente moderado, leve y grave. Se medican habitualmente con broncodilatadores inhalados, que pueden ser corticoides o medicaciones más complejas en los casos más graves”.

La causa del asma no se conoce, pero los mecanismos de esta inflamación están bastante claros. Existen factores predisponentes como por ejemplo la combinación de una predisposición genética con la exposición ambiental a sustancias y partículas inhaladas, como alergenos dentro de las viviendas, el humo del tabaco, irritantes químicos o la contaminación atmosférica. También juega un rol no menor el antecedente de otras manifestaciones de alergia como rinitis, eczema y urticaria.

Fuente: TN

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