Por qué piensas tanto en tu ex: el amor no es esfuerzo

NOTICIAS DE INTERÉS Julián TORRES
pensar-ex-k6ZB--620x349@abc

Dicen que el tiempo lo cura todo, que conforme pasen los meses irás olvidando a la que era tu pareja y harás tu vida hasta que llegue un momento en que ni pienses en esa persona. Pero, ¿qué ocurre si pasan las semanas y cada vez te acuerdas más de tu ex? ¿Y si cada día le echas más de menos? Hay una cosa que no te han contado y es que el tiempo, además de no sanarlo todo, en ocasiones, lo que hace es empeorar la circunstancia en la que te encuentras.

Así lo manifiesta Sandra Ferrer, psicóloga y cofundadora de @programamia: «Al final sigues con tu vida haciendo lo mismo, esperando que aquello que te está molestando desaparezca, pero no te estás haciendo cargo de tus emociones». No es suficiente con pasar página u 'olvidar' esa relación si estás obviando el duelo. Tienes que poder hablar de ello para gestionar tu emociones y no enterrarlas porque, como apunta Ferrer, es igual que meter la porquería debajo de la alfombra, pues en el momento en que la levantes se va a ver todo. Esto puede provocar que ese duelo se alargue más en el tiempo y se enquiste. Incluso, hay quien se mete en otra relación y vuelca en ella todo lo que no ha resuelto de la anterior. Por ello, esta psicóloga recomienda que elabores tu historia: hablar y expresar lo que sientes para darle un significado a lo que ha ocurrido y entender qué ha pasado. Si no le encuentras una razón al porqué de tu ruptura, seguirás sintiendo que el amor es azar, casualidad y que eres una mera espectadora de tu propia vida.

Y es que cuando tiene lugar una ruptura, comienza una montaña rusa de emociones. Silvia Sanz, psicóloga clínica, explica que cuando dejamos a una pareja se suelen olvidar aquellos aspectos negativos, lo que no nos gustaba de ella. En situaciones de dependencia emocional, sobre todo, la distancia hace que le idealices. «A consulta acuden personas que quedan ancladas en un vínculo tóxico con relaciones que finalizaron y que parece que se vuelven obsesivas. Mantienen recuerdos constantes, pensamientos diarios sobre la pareja, búsqueda en redes sobre su actividad… recordando momentos felices que vivieron, culpándose por lo sucedido, rememorando lo que podrían haber hecho como si pudieran dar marcha atrás en el tiempo», describe Sanz. También hay quien se siente víctima de la situación, con un vacío y tristeza que no se ven capaces de superar; o aquellos que no logran avanzar porque encuentran cualquier excusa par mantener contacto con su ex.

 

El amor no es esfuerzo
¿Eres de las que lo da todo cuando tienen una pareja? ¿Sientes que ese esfuerzo ha sido en vano? Quizás –apunta Ferrer– tengas que hacer un trabajo personal y entender que nadie te ha pedido que dieras tanto; no tienes que tener ese rol en las relaciones. «Igual te das cuenta de que estás ofreciendo demasiado a otras personas y te estás descuidando a ti misma. Y precisamente hablar de eso y gestionarlo, te permitirá actuar de otra forma la próxima vez, y seguramente vas a atraer y te vas a fijar en otro tipo de personas. Es por eso que el tiempo sin más no lo cura todo, sino que tienes que aprender por el camino. Eso es lo que realmente hace que sanes», expone la psicóloga. Esto puede derivar en que delegues tu valor en tu pareja y así es muy difícil que le olvides porque estás buscando que ella corrobore que eres válida y suficiente al volver a escogerte a ti.

El gran error está en relacionar amor con esfuerzo. «Muchas veces, cuando nos enamoramos, no lo hacemos de la persona, sino de aquello en lo que creemos que puede llegar a convertirse; esa historia ideal que podemos tener. Pero no la estamos escogiendo por lo que nos está ofreciendo ahora, y hacemos el duelo de aquello que hemos imaginado que podía haber sido», manifiesta Ferrer. Aquí, el problema radica en que lo das todo por intentar cambiar al otro, conseguir que te quiera y que esa relación sea como tú la has soñado y, cuando todo acaba, sientes que ese esfuerzo ha sido en vano. «Pero es que no tienes que hacer nada para ser amada, ni cambiar a tu pareja, ni convencer a nadie: el amor no es esfuerzo y la persona que tienes delante es lo que es, no lo que tú quieres que sea», señala.

Piensas que no vas a querer a nadie igual: falso
Muchos creen que no van a volver a sentir lo mismo que han experimentado con su última pareja, pero Ferrer asegura que esto es algo completamente falso. Ocurre porque idealizas el sentimiento que has tenido por otra persona y piensas que tiene la llave de tu felicidad porque ha sido 'capaz' de despertar en ti el enamoramiento. Pero debes saber que la capacidad de enamorarte es tuya y que si esa persona te la ha despertado, habrá otra que lo haga.

«El tema es que cuando tú sientes que nadie más en este mundo va a poder hacerte sentir así, es que no estás abierta al amor y para querer, tienes que querer querer. Y para enamorarte, tienes que estar abierto y predispuesto a que ocurra. Además, esto hace que estés cerrada a que otras personas puedan ofrecerte cosas muy bonitas como experimentaste con la anterior», comparte.
 

Al final, como hemos tratado a lo largo de este artículo, superar una ruptura no es cuestión de tiempo, sino que tienes que dar un paso adelante, aceptar lo vivido y superarlo. «Buscar en cada uno de nosotros la parte de responsabilidad sobre lo que no nos gustó y aprender de ello para crecer como personas. Esto nos ayudará a pensar en todo lo bueno que hemos experimentado durante la relación, agradecer y abrir la puerta a nuevas experiencias», opina Sanz.

Para cerrar esta etapa de la vida y poder avanzar, esta psicóloga recomienda elaborar una carta de despedida que tiene que incluir tres premisas: perdón, agradecimiento por la relación y buenos deseos futuros. Con su permiso, comparte una carta que escribió una persona para cerrar su duelo y dejar que el tiempo también le ayudara a superarlo:

«Es dolor en el pecho es pena, rabia, frustración, echar de menos… son infinitas emociones mezcladas, tengo miedo y amor. Me cuesta pensar y centrarme. Y tiendo a huir en no sentir, pero el dolor me persigue. Siento en mi cuerpo todas las sensaciones de lo que estoy viviendo de un modo muy potente. Y creo que ahora es el momento de verdad, aunque me cueste, de despedirme dentro de mí, de ti.

Has sido el amor de mi vida por un tiempo, la persona que me ha acompañado en un largo periodo, con la que me he reído y he descubierto la vida desde otra perspectiva. También me he conocido más a mí y he sentido como te he amado con todas tus aristas. Te he querido de verdad, como pocas veces se ama en la vida. Aceptando todas tus caras, las que admiraba y las que menos me gustaban. Pero ha llegado el momento con toda la angustia que tengo en mi pecho de decirte ADIÓS. Una despedida con todas las letras.

Con la A de amor, como todas las veces que ha resonado entre nosotros.

Con la D de desesperación por hacer lo que debo y no lo que me dice mi corazón, que es querer estar a tu lado, al lado de la persona que amaba, la que quería y la creía que era.

Con la I de imbécil de mí, por querer creer tantas veces en ti, en nosotros, a pesar, de ver mil y una señales de que no era tu prioridad, de saber que no entendíamos el respeto de la misma forma y, a pesar de ello, continuar.

Con la O de olvidarme de mí mientras te quería, ese ha sido mi error, no ponerme en mi lugar tantas veces, de consentir. Y de eso aprendo. Y quiero olvidar y dejar atrás esta decepción, este dolor y me quedo con lo bueno y lo bonito que hemos vivido, que hemos sentido.

Con la S de soltar y aceptar todas mis emociones, sentirlas y mirarlas a la cara para avanzar y ser feliz.

Podría escribir infinitos acrónimos con todas las palabras que siento y que están en mi cabeza. Pero ahora es el momento de reconstruir mi bienestar y mi equilibrio. Me levanto y sigo adelante. Te agradezco todo lo que me has dado de ti y de todo el tiempo que hemos estado juntos, me quedo con todo lo bueno y los recuerdos que hemos construido entre ambos.

Te deseo con todo mi corazón que seas feliz».

Últimas publicaciones
Te puede interesar
Lo más visto