¿Perder peso antes de Navidad? Esto es lo que NO debes hacer

Si hay dos épocas del año en las que nos entran prisas por perder centímetros de más esas son el pre y el post verano, y la pre y la post Navidad.

ALIMENTACIÓN Y SALUD Carola LEVI
images?q=tbn:ANd9GcSb9gu93xEOFFm3AcnmKB0b8ghmaGzI-rgn8w&usqp=CAU

Aquello de “como sé que en las fiestas voy a pasarme, voy a intentar al menos llegar con algo menos de peso para compensar”…  De entrada, como concepto, esto ya es un error. Sabemos de sobra que, si seguimos una alimentación saludable durante todo el año, no pasa nada por cometer algún exceso en las fechas señaladas y luego volver a los buenos hábitos de alimentación. El problema llega cuando esas ‘fechas señadas’ (Navidad, Finde Año y Reyes) se traducen en realidad en más de dos semanas comiendo cosas insanas sin ningún tipo de control de forma continuada. Y es precisamente esto lo que debemos intentar evitar

No obstante, si crees que hacerlo no va a resultar fácil (seamos honestos: no lo es) y aún así has tomado la decisión de, estas semanas previas a la Navidad, prestar mucha atención a lo que comes pensando en esos atracones venideros, hay una cosa que resulta imprescindible descartar: caer en la tención de ‘entregarnos’ a alguna dieta milagro. Hacerlo es difícil porque siempre prometen exactamente lo que estamos buscando, esto es, perder mucho peso en poco tiempo. Pero (esto también lo sabemos de sobra), al final nunca sale bien.

El problema a veces es que estas dietas no siempre son tan fáciles de reconocer. Algunas sí que son muy obvias (“pásate el día comiendo únicamente alcachofas” y barbaridades similiares), pero otras cuentan detrás con campañas de publicidad y marketing tan bien diseñadas que pueden ‘atraparte’ sin que casi te des cuenta. Estas son algunas pistas a tener en cuenta para identificarlas y, en cuanto lo hagas… ¡salir corriendo!
 
-Hay una norma infalible para detectar una dieta milagro en cuestión de segundos. “Si lo que promete suena demasiado bonito, es muy probable que sea mentira”. Tenemos ganas de creer. Y precisamente de esos se sirven no pocos ‘gurús’ y estafadores. Pero bajar kilos de forma rápida y sin esfuerzo es prácticamente imposible, y absolutamente desaconsejable para la salud. En el mejor de los casos, recuperarás el peso con la misma rapidez que lo has perdido, sino más, debido al efecto rebote.

-Otra pista eficaz para detectar una dieta milagro es aquellas que demonizan un grupo concreto de nutrientes ("las grasas son el demonio"; u "olvídate por completo de los hidratos de carbono") y que conceden proceden ‘proezas mágicas’ a otro ("las proteínas son el único camino para perder peso"…).

-Tampoco será una dieta saludable si te obliga a contar permanentemente calorías y da o quita valor a los alimentos únicamente por este parámetro. Y es que existen productos que, siendo prácticamente acalóricos (caso de los refrescos ‘light’), no tienen ningún interés nutricional, mientras que alimentos como los frutos secos o el aceite de oliva tienen un alto poder calórico y aún así son perfectamente válidos para su inclusión en una dieta enfocada a la pérdida de peso.

-¿Y si la dieta suena demasiado creativa u original? Dietas en función de tu grupo sanguíneo, en función del color de los alimentos… ahí también deben sonarte las ‘alarmas’.
 
 -También es muy probable que estemos frente a una dieta milagro cuando, quien la promueve, basa su método en el consumo de ‘preparados’ (sean batidos, cremas, zumos detox…) que, además innecesarios, resultan carísimos.

-Lo mismo ocurre cuando esas dietas deben ir ‘complementadas’ con pastillas, infusiones diuréticas… Resulta importantísimo huir de este tipo de productos si no están prescritos por un médico, dado que pueden aparecer efectos segundarios que no deseamos (deshidratación, cansancio, taquicardias...). Y es que, otra de las pistas para detectar una dieta milagro es que permiten la posibilidad de ser ‘autoadministradas’ por nosotros mismos sin el menor control sanitario.

-Tampoco el hecho de que la influencer de turno cuente lo maravillosa que es tal o cual dieta debe ser servir de guía. Primero porque es probable que esté (muy bien) pagada por decirlo. Y segundo, y más importante, porque los únicos que deberían estar autorizados para prescribir tal o cual dieta son los profesionales médicos, más en concreto, los dietistas-nutricionistas. Son sus consejos los que debemos tratar de seguir. Y, cuando hablamos de Navidad y kilos de más, ellos siempre hacen la misma recomendación. Continúa comiendo sano hasta que lleguen las fechas señadas, sin obsesionarte con dietas rápidas, disfruta de las grandes comidas propias de Navidad tratando de que esas 3 o 4 comidas no se conviertan en 15 días de descontrol, y después de vuelve de nuevo a tus hábitos saludables. Ni más ni menos.


  
  
  
  
  
  
  
  
 
 

 

Últimas publicaciones
Te puede interesar
Lo más visto