“Bud Sex”: sexo entre hombres heterosexuales como descarga de placer

Una de las características que definen la flexibilidad sexual es la curiosidad, esa necesidad de aventurarse a otros terrenos con la finalidad de obtener satisfacción. ¿De qué trata esta práctica?

SEXUALIDAD Julia VOSCO
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Vivimos tiempos de constantes cambios, tiempos en que la vergüenza o el temor por realizar ciertas acciones se reducen. Tiempos en los que las personas se animan a probar nuevas formas de vivir y de mantener relaciones sexuales, y el "Bud Sex" es una prueba de esa tendencia.

“El concepto de heteroflexibilidad se impone en este momento del siglo como una de las orientaciones más comunes entre los jóvenes, además de que hay adultos heterosexuales que hace tiempo se animan y sin embargo sus escarceos sexuales aún no tenían nombre”, explica a Con Bienestar el doctor Walter Ghedin (M.N. 74.794), psiquiatra y sexólogo.

El término heteroflexibles hace referencia a la orientación que permite que las personas tengan contactos eróticos con otras del mismo sexo sin modificar ni cuestionar su orientación de base, igual concepto se aplica para las personas homosexuales en contacto con heterosexuales, en ese caso su nombre es: homoflexibles.

La investigadora Tony Silva, junto a la Universidad de Oregon, de Estados Unidos, investigó el tema y entrevistó a un número de hombres heterosexuales que realizan este tipo de prácticas para entender bien y descartar ciertos pensamientos, como, por ejemplo, el que afirma que la persona que mantiene relaciones sexuales homosexuales es gay o bisexual.

“Mi investigación muestra que no son gays ni bisexuales encerrados. Son hombres heterosexuales que ocasionalmente disfrutan del sexo con otros hombres. Sostengo que sus narrativas resaltan la diferencia entre orientación sexual, identidad sexual y cultura sexual. La forma en que los participantes tenían relaciones sexuales con otros hombres, lo que yo llamo “Bud Sex”, reforzó y reflejó su alineación con la cultura heterosexual”, resalta Silva en el estudio.

Una de las características que definen la flexibilidad sexual, recuerda el doctor Ghedin, es la “curiosidad”, esa necesidad de aventurarse a otros terrenos con la finalidad de obtener placer. Este contacto, a veces, puede surgir de forma inesperada para terminar en un momento erótico. Otras veces, la fantasía va ganando terreno hasta que aparece el momento y la persona adecuada para dar rienda suelta al deseo.

Esta forma de mantener relaciones sexuales no es nueva. Lo que puede llegar a ser nuevo es el término, “heteroflexibles”, que se está haciendo cada vez más popular y ya forma parte del vocabulario de muchos jóvenes y de adultos.

“En estos momentos las prácticas heterosexuales están siendo más cuestionadas y necesitan imperiosamente cambios para estar a la altura de las circunstancias del siglo 21. La sexualidad hétero deja su closet estanco y se abre a la curiosidad, la prueba, la aventura, la osadía, la duda, las infinitas formas de acceder a un placer abarcan sensaciones y al mismo tiempo son un constructor subjetivo”, describe el psiquiatra y sexólogo.

Y continúa: “La idea de un 'yo estable', rígido, limitado, no encuentra cabida en un mundo que cambia y se transforma. Si hasta hace poco tiempo las conductas heteroflexibles eran secretas o limitadas a la marginalidad, hoy esos contactos se transforman en acciones genuinas y pasibles de ser mostradas y compartidas”.

Bud sex
Una de las formas de esta flexibilidad es la llamada “Bud Sex” (sexo entre colegas), es decir, la relación sexual ocasional, entre hombres que se definen heterosexuales, sólo como una descarga de placer sexual.

Es diferente a los encuentros en donde ronda el romanticismo, los besos, el juego erótico, “la previa”, se puede prescindir de todo eso. Es una expresión de deseo sexual común en cárceles o en trabajadores sexuales masculinos con una vida heterosexual que tienen contacto con hombres.

Hoy en día, según nos explica el sexólogo, es una práctica que está siendo frecuente. No se considera una orientación sexual como la bisexualidad porque son prácticas puramente sexuales, a diferencia de la bisexualidad que es una orientación que puede tener relaciones eróticas y afectivas con personas de ambos sexos, incluso formar y proyectar una vida en pareja.

“Es posible también, que, dado el contexto social y cultural, el hombre no pueda expresar libremente su sexualidad (homo o bisexual) y solo se anime a tener contactos carnales esporádicos”, sostiene Ghedin

La homosexualidad y la bisexualidad, en varios casos son orientaciones ocultas, justamente porque autoafirmarse supone afrontar temores y críticas, y más allá de que estamos viviendo tiempos de cambios en donde los pensamientos están más abiertos, lamentablemente, existen personas que todavía no entienden que es una elección propia, y que cada uno vive su vida como quiere y siente.

“La persona bisexual tiene preferencia por un sexo y menos preferencia por el otro, quiere decir que la orientación bisexual no es pareja para ambos sexos. Hay que diferenciar entonces aquellas prácticas puramente sexuales de aquellas que son parte de una identidad (homo, hétero, bisexual) y además comprenden afectos románticos hacia el otro y la proyección de una vida en pareja. No solo de sexo vive el hombre, ni la mujer”, finaliza.

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