¿Cama solar para llegar más tostados a las vacaciones? Definitivamente no

Hay que borrar el pensamiento que relaciona el estar bronceado con la belleza. Los efectos negativos que causa la radiación solar y artificial en nuestro organismo pueden ser fatales.

SALUD Julia VOSCO
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La Sociedad Argentina de Dermatología (SAD), llegó a un consenso a nivel nacional con el fin de pedir a las autoridades que se cumpla la ley y que deje de promoverse su uso.

Con el objetivo de verse bronceados todo el año y con un color “saludable”, algo que muchos toman –erróneamente– como signo de belleza, estas prácticas se pusieron de moda en la década del ’90 y poca gente es consciente del daño que puede generar.

Lo que no se tenía en cuenta en aquel momento, y tampoco ahora, son las radiaciones emitidas. Los rayos ultravioletas UVA son los que más llegan a la Tierra y por su parte, los UVB también lo hacen, en menor medida, pero aun así son nocivos.

“Hay que tener presente que el bronceado saludable no existe. Al exponerse a rayos UV naturales o artificiales, la piel reacciona bronceándose, aumentando inicialmente la fotooxidación de la melanina y, de forma más tardía, el aumento de melanocitos, células que dan el color a la piel. Es decir, el bronceado es un signo de que la piel intentó protegerse y fue dañada”, explica a Con Bienestar la doctora Vanina Gegdyszman, médica dermatóloga (M.N. 144999).

Es equivocado pensar que esta tecnología de bronceado es menos perjudicial que hacerlo al aire libre, diversos estudios coinciden en que emiten rayos UV con intensidad muy superior a la radiación solar, ya que emulan la exposición al sol en zonas tropicales en horas del mediodía, llegando hasta a triplicar estos niveles.

Cáncer de piel
Las camas solares son agentes causantes de cáncer, aumentando 59% el riesgo de melanoma en aquellas personas que estuvieron expuestas a éstas antes de los 35 años y 20% en las que las utilizaron al menos una vez en cualquier etapa de su vida, según indica la Organización Mundial de la Salud (OMS).

“A corto plazo se observan quemaduras en piel, cataratas en ojos y alteración del sistema inmunológico. A mediano y largo plazo, la principal preocupación es el aumento del riesgo de cáncer de piel, desde los no melanoma -como el carcinoma basocelular y el de células escamosas-, y también del melanoma, el de mayor riesgo de mortalidad”, explica la dermatóloga.

Y continúa: “Estos cánceres de piel llegan a estar latentes entre 20 y 30 años, razón por la cual hay que realizar seguimientos prolongados en el tiempo”. Por otra parte, la exposición a los rayos UV naturales o artificiales hace que la piel envejezca más rápido y provoque un aumento en la aparición de manchas y arrugas.

El ADN de las células, según explica la doctora, también se daña, se acumula en el tiempo y lleva a un aumento del riesgo de cáncer de piel. “Hay que desterrar el equivalente de verse bronceado con estar saludable, definitivamente es todo lo opuesto”, remarca.

Es incomprensible que se tenga que llegar a niveles extremos para que las personas tomen conciencia de lo perjudicial de estas prácticas, no hay motivo alguno por el cual haya que jugar con la salud y esperar a que aparezcan en la piel lesiones cancerígenas.

Otro rasgo preocupante es que el bronceado puede convertirse en adictivo, un alto porcentaje de personas expuestas experimentan una necesidad de hacerlo de manera reiterada, esta necesidad se denomina tanorexia.

Prohibición
La OMS intenta prohibir o restringir su uso, a la par de informar sobre sus riesgos para la salud. Al ser elementos peligrosos y muy usados por la población, educar a la población es esencial para generar concientización sobre sus efectos perjudiciales.

“Hay que desterrar el equivalente de verse bronceado con estar saludable, definitivamente es todo lo opuesto”, remarca.
En Argentina está prohibido su uso a menores de edad y los establecimientos que presten este servicio están obligados a proveer información sobre los posibles daños generados en la piel por el efecto acumulativo de los rayos UV. Deben, además, contar con personal que posea los conocimientos básicos de primeros auxilios.

Medidas saludables
La fotoeducación es la encargada de englobar las medidas adecuadas para proteger la piel de los rayos UV, la intención es enseñar a poner en práctica una relación saludable con el sol, con la intención de protegernos de sus efectos dañinos, pero así también disfrutar de sus beneficios.

Dentro de ella encontramos la fotoprotección (conjunto de medidas que permiten limitar el daño cutáneo inducido por la radiación solar), y ciertos consejos fundamentales:

Aplicar filtros solares con factores de protección mayor a 30 –tanto para UVA y UVB–, evitar camas de bronceado, usar anteojos de sol adecuados, sombreros de ala ancha y ropa con protección UV, concientizar sobre pautas para modificar hábitos asociados con el sol y las camas solares, y conocer los horarios en los que no es aconsejable la exposición, además del control anual de lunares y la consulta con el dermatólogo ante la aparición de una mancha o modificación de un lunar preexistente.

“Hoy en día, si se presenta la necesidad de verse con un tono bronceado, lo ideal es elegir autobronceantes en crema o spray, que no son perjudiciales para la salud y evitar la exposición a radiaciones que atenten contra la vida”, indica la doctora Gegdyszman.

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