La condición sexual que es más común de lo que se cree entre las mujeres, pero tiene fácil solución

SEXUALIDAD Pilar PARDO
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La anorgasmia es la ausencia o la poca frecuencia de orgasmos después de un período de excitación y una estimulación adecuada y se trata de una condición bastante común entre las mujeres. Un estudio de la Universidad de Regensburg, en Alemania, señala que entre el 30% y el 40% de las mujeres padeció alguna vez algún tipo de disfunción de este tipo.

Si bien se trata de un problema que sí existe, es poco lo que se consulta, según indicó Bárbara Fernández del Bas, ginecóloga española especialista en Ginecología Integrativa, Regenerativa y Medicina Antiaging, que añadió: “Muchas pacientes no consultan cuando tienen problemas para alcanzar el orgasmo y cuando lo hacen, el problema está establecido y es más complejo de abordar, aunque tiene solución”.

Por su lado, Dora Alb Lucano, especialista en Obstetricia y Ginecología y responsable de la Unidad de Terapia Sexual de los hospitales Sagrado Corazón e Infanta Luisa de Sevilla dijo que “todas las mujeres pueden llegar al orgasmo y deberían hacerlo”, por eso es importante acudir pronto al especialista, quien será el responsable de dar las pautas necesarias para revertir el problema.

Esto es importante porque, aunque hay un porcentaje de anorgasmia relacionado con factores físicos “como la esclerosis múltiple o el consumo de ciertos medicamentos o sustancias o problemas ginecológicos”, explicó Orosan, la realidad es que “la mayor parte de los casos está relacionada con patologías de origen psicológico”. Según la experta: “Cuando hablamos del origen psicológico, nos referimos a experiencias traumáticas que la mujer ha vivido, problemas de autoestima e inseguridad o una escasa e incorrecta educación sexual, por ejemplo”.

La importancia de la educación sexual
Alb Lucano explicó que “si no se produce el orgasmo es por pérdida de alguna o de todas las fases previas de la respuesta sexual, como el deseo y la excitación y su origen, en la mayoría de los casos, está en un mal aprendizaje de la sexología, en un poco conocimiento del cuerpo o en personalidades muy controladoras, entre otros”.

Por lo tanto, es la falta de educación la razón más habitual de esa falta de orgasmos. “Las creencias erróneas provenientes de una escasa educación sexual colocan una presión añadida en la mujer a la hora de tener orgasmos, ya que está muy extendida aún a día de hoy la falsa creencia de que una mujer debe alcanzar sus orgasmos a través de la penetración y nada más lejos de la realidad, ya que el principal foco de placer femenino se sitúa en el clítoris, precursor del glande del pene en los varones”, explicó Orosan.

Asimismo, también es frecuente que el problema proceda de problemas de comunicación y dificultades dentro de la pareja. Al margen de las causas, existen tres tipos de anorgasmia:

Primaria: se da en mujeres que nunca experimentaron un orgasmo.
Secundaria: la mujer tuvo orgasmos anteriormente.
Situacional: la mujer solamente puede tener orgasmos en determinadas circunstancias.
Consecuencias de no llegar al orgasmo
Entre las consecuencias de no llegar al orgasmo en la mujer, Orosan destaca sobre todo las psicológicas. “

Frustración, inseguridad y problemas de autoestima por considerar erróneamente que hay algo malo en su cuerpo y que no funciona. Lo que en un principio suele ser simplemente desconocimiento del propio cuerpo en la mujer se avala por mensajes que la mujer va recibiendo desde fuera y que ella se autoimpone, exigiéndose tener un orgasmo de determinada manera para ser válida”, dijo.

Desde un punto de vista físico, Alb Lucano dijo que no ocasiona ningún problema, como tampoco lo ocasiona si alguien no mantiene relaciones sexuales y señaló que es cierto que la mujer que no llega al orgasmo no se beneficia de sus efectos (libera oxitocina, dopamina y endorfinas, hormonas beneficiosas a nivel físico y psicológico, que actúan disminuyendo el estrés, favoreciendo el sueño y mejorando el flujo sanguíneo).

Las soluciones al problema
El primer paso para tratar este problema es ver si la mujer tiene enfermedades o problemas de base. “Hay que estar libre de enfermedad (dolores crónicos, daño neuronal en los nervios de la zona, atrofia marcada vulvar, etc.), no tomar ciertos fármacos y tener una actitud positiva hacia el sexo”, dijo Orona.

En cuanto a las soluciones al problema, señaló a la terapia sexual como la clave. “Este es el tratamiento de primera línea, siempre y cuando se hayan descartado causas fisiológicas. Aunque, si hubiera una adecuada educación sexual no habría que intervenir en tan numerosas ocasiones como está ocurriendo actualmente”.

“El tratamiento consiste en pautas y técnicas basadas en bibliografía científica, que encaminan a la paciente hacia el control sobre su sexualidad y la ayudan a quitarse presión y, cuando el especialista consigue quitar esa presión y la mujer permite relajarse y adquirir los conocimientos necesarios sobre su cuerpo y sobre sí misma, se la dota de pautas a trabajar de manera individual e incluso para aplicar con su pareja. La importancia reside en que la mujer sienta que tiene herramientas, que se conoce y que es libre para vivir su sexualidad”, dijo.

Fuente: TN

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