La innovadora técnica quirúrgica que hace posible el embarazo después de una ligadura de trompas

SALUD Sara BLANC
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Alrededor de un 20% de las mujeres que se someten a una ligadura de trompas de Falopio se arrepiente y desea volver a tener la oportunidad de un embarazo. En estos casos, la anastomosis tubárica microquirúrgica se consolida como una técnica reproductiva con una tasa de embarazo de más del 65%.

Este índice de eficacia, resultado de un trabajo de investigación llevado a cabo entre la Facultad de Medicina y la Clínica Universidad de Navarra, España, acaba de publicarse en la revista científica European Journal of Obstetrics & Gynecology and Reproductive Biology y se ha presentado públicamente en el congreso de la Sociedad Española de Ginecología.

Con detalladas cifras, el trabajo de fin de grado de Juan Sastre, graduado en Medicina por la Universidad de Navarra, actualiza la información divulgada hasta el momento sobre el éxito de la recanalización tubárica abarcando la historia clínica de más de 14.000 mujeres intervenidas en diferentes países durante la pasada década. Como destaca su autor principal, “es la primera vez que se realiza un metaanálisis tan amplio de pacientes sometidas a esta técnica y los resultados son muy prometedores”.

Cirugía vs. fertilización asistida
La anastomosis tubárica es ya una alternativa consolidada y con evidencia científica frente a la fecundación in vitro con resultados de eficacia y de salud incluso mejores, sobre todo entre mujeres de más de 35 años.

Como destaca Sastre, esta técnica quirúrgica reduce los riesgos posteriores asociados a las técnicas de reproducción in vitro, como los embarazos múltiples, los partos prematuros y la diabetes gestacional. “El incremento del riesgo que se da en la fecundación in vitro para desarrollar este tipo de complicaciones no se da en mujeres que optan por la reanastomosis microquirúrgica”, señaló.

Un paso atrás para un paso adelante
La reversión de ligadura de trompas precisa de un equipo altamente especializado y de un análisis personalizado de cada paciente, ya que hay factores como la edad o la técnica empleada en la esterilización previa que pueden influir en la viabilidad del proceso.

“En primer lugar se realiza una laparoscopia para revisar el estado de las trompas y valorar su recanalización. Si las condiciones lo permiten, se lleva a cabo la anastomosis mediante una pequeña incisión en el abdomen utilizando un microscopio de microcirugía”, apunta el Dr. Luis Chiva, responsable de la Unidad de Fertilidad y director del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra.

Como subraya Chiva, “es importante que quienes se han sometido a una ligadura de trompas sepan que pueden revertir ese proceso y que cuenten con toda la información disponible sobre las opciones terapéuticas para tomar la decisión más adecuada según las circunstancias personales”.

“Todavía muchas pacientes desconocen esta opción terapéutica. Por eso, entre los objetivos de este estudio destaca la necesidad de colaborar a impulsar la presencia de esta cirugía dentro de los hospitales y estimular la investigación en torno a esta eficaz opción de restauración de la fertilidad”, añade Sastre.

El Programa de Ayuda a la Fertilidad de la Universidad de Navarra busca ayudar a las parejas a quedarse embarazadas con una perspectiva centrada en la persona y respetuosa con el embrión. Para ello, cuenta con un grupo multidisciplinar de especialistas compuesto por ginecólogos, enfermeras, endocrinólogos, biólogos, radiólogos y urólogos.

Fuente: TN

    

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