Esta es la mejor dieta que puedes seguir

Por su calidad nutricional, por sus beneficios para la salud y por su sostenibilidad a largo plazo. Estas son algunas de las razones por las que la dieta mediterránea, por quinto año consecutivo, encabeza el ranking de las mejores dietas para el 2022 que elabora anualmente la revista US News & World Report. 

Un panel de 27 expertos en dieta, nutrición, obesidad, psicología alimentaria, diabetes y enfermedades cardíacas revisaron 40 patrones alimentarios a nivel mundial. Añadiendo su propia investigación, clasificaron cada dieta en siete categorías: si es fácil de seguir, su capacidad de producir resultados a corto y largo plazo en la pérdida de peso, su integridad nutricional, su seguridad y su potencial para prevenir y controlar la diabetes y las enfermedades cardíacas. 

Es poco probable que las personas experimenten riesgo alguno por este plan de alimentación, según el panel de expertos
Según ha remarcado esta publicación, con una puntuación de 4,2 sobre 5, los factores que permitieron a la dieta mediterránea escalar de nuevo a lo más alto de la tabla fueron su flexibilidad y potencia altamente nutritiva. Asimismo, destacaron el estilo de vida activo que incentiva, con control de peso y una alimentación baja en carnes rojas, azúcar y grasas saturadas. 

Los investigadores también recalcaron que esta dieta no elimina ningún alimento ni tampoco restringe las calorías. Como resultado, es poco probable que las personas experimenten riesgo alguno por este plan de alimentación, según el análisis de los expertos.

Además de llevarse el primer puesto como la mejor dieta en general, la alimentación mediterránea también lideró otras categorías. Entre ellas, las dietas más fáciles de seguir, las mejores dietas para una alimentación saludable, las mejores dietas para la diabetes y las mejores dietas vegetarianas. 

Dado que la dieta mediterránea incorpora una amplia gama de tradiciones e ingredientes, no se centra en recetas específicas. En cambio, los expertos destacan sus principios básicos basados en comer muchos productos como frutas y verduras, cereales integrales, frijoles y semillas, algunos frutos secos y un gran énfasis en el aceite de oliva extra virgen.

El moderado consumo de carnes rojas, huevos, productos lácteos y aves de corral -en comparación con otras dietas occidentales tradicionales- también ha sido un factor condicionante para que la alimentación mediterránea alcance el primer puesto. 

En segundo lugar se encuentra la famosa Dieta DASH empatada con la dieta flexitariana
Para la publicación estadounidense, este patrón alimentario supone una valiosa herencia cultural, que a partir de la simplicidad y la variedad ha dado lugar a una combinación equilibrada y completa de los alimentos, basada en productos frescos, locales y de temporada en la medida de lo posible. 

En segundo lugar, empatadas, encontramos a la famosa dieta DASH así como la flexitariana. La primera conlleva un enfoque dietético para detener la hipertensión y se concentra en la reducción de la ingesta de sal. El flexitarianismo, por su parte, fomenta el vegetarianismo la mayor parte del tiempo, pero es lo suficientemente flexible como para permitir, por ejemplo, una hamburguesa de vez en cuando. 

Por el contrario, entre las dietas con más baja calificación se encuentran la Dukan, en el último lugar del ránking, la Whole30 y la cetogénica. 

Factor clave en la dieta mediterránea 
Aceite de oliva virgen extra
Entre los alimentos más destacados de la dieta mediterránea, según los expertos, se encuentra el empleo de aceite de oliva virgen extra como fuente principal de grasa. Y es que son muchos los beneficios de este producto y sus componentes. Así, los AOVEs reducen la presión arterial, poseen efectos antiescleróticos y antiinflamatorios, y ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares. 

Su consumo habitual también puede reducir el riesgo de desarrollar algunos tipos de cánceres y, en el plano ambiental, ayuda a cuidar el planeta en su proceso de obtención, según un nuevo estudio publicado por Harvard en el que participaron más de 60 mil mujeres y casi 32 mil hombres y en el que, durante 28 años de seguimiento, se evaluó la dieta mediante un cuestionario que debía ser completado cada cuatro años.