La vitamina D, reconocida principalmente por su influencia en la salud ósea, también desempeña un papel fundamental en la fertilidad. Diversos estudios han establecido una relación directa entre niveles adecuados de este micronutriente y mejores resultados en tratamientos de reproducción asistida.
Según la doctora Carolina Tomatis, especialista en medicina reproductiva del Halitus Instituto Médico: “La asociación de la vitamina D con la fertilidad surge de la observación de las tasas de embarazo, que son menores durante invierno y otoño, motivando el estudio del rol de la vitamina y la exposición solar en la reproducción”.
Los efectos de la vitamina D en la fertilidad
Una de las principales dianas de la vitamina D en este contexto es el endometrio, el tejido que reviste la cavidad uterina donde se implantan los embriones. En declaraciones al diario ABC, el doctor Jan Tesarik, director de la Clínica MARGen en Granada, explicó: “La vitamina D favorece el proceso de implantación, promoviendo un estado de tolerancia inmunitaria local, necesaria para que el organismo femenino acepte al embrión cuya herencia genética es mitad maternal y mitad paternal”. Además, este nutriente estimula la producción de progesterona, hormona clave para el mantenimiento del embarazo.
Sin embargo, su deficiencia tiene consecuencias negativas. Entre el 20% y el 50% de las mujeres en edad reproductiva presentan insuficiencia de vitamina D, según el Halitus Instituto Médico. Esto incrementa el riesgo de infertilidad, fallos en la reproducción asistida y abortos espontáneos. Por ello, expertos como Tesarik destacan la importancia de mantener niveles óptimos antes de la concepción: “Es importante que la mujer que quiere procrear alcance un nivel correcto de vitamina D antes de la concepción, ya que recuperarla después de la fecundación tiene poco efecto”.
Cómo afecta la vitamina D a la menstruación
La vitamina D también influye de manera notable en el ciclo menstrual. Esta relación está vinculada a su efecto en el síndrome de ovarios poliquísticos (SOP), una de las causas principales de irregularidades menstruales y problemas de ovulación. La doctora Tomatis resaltó que la vitamina D tiene un “efecto insulinosensibilizante, lo que presenta importancia en pacientes con SOP”. Esto significa que mejora la sensibilidad del cuerpo a la insulina, ayudando a regular los niveles hormonales y, en consecuencia, el ciclo menstrual.
Adicionalmente, estudios han sugerido que este micronutriente podría ser útil en el tratamiento de otras afecciones que afectan la menstruación, como la endometriosis y los miomas uterinos. Según el doctor Tesarik: “La insuficiencia de vitamina D contribuye a la patogénesis de diferentes enfermedades del aparato reproductor femenino".
Qué vitaminas ayudan a la fertilidad
Además de la vitamina D, otras vitaminas juegan un papel crucial en la fertilidad masculina y femenina. Una dieta rica en micronutrientes es esencial para mejorar la calidad de los óvulos y espermatozoides, así como para regular procesos hormonales importantes en la concepción.
La vitamina E, conocida por sus propiedades antioxidantes, es una de ellas. Este nutriente protege las células reproductivas del daño oxidativo y mejora la calidad del esperma en los hombres. Según un estudio publicado por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos: “Los antioxidantes como la vitamina E podrían desempeñar un papel clave en la protección de las células germinales contra el estrés oxidativo”.
Por otro lado, el complejo de vitaminas B, especialmente el ácido fólico (B9), es esencial para prevenir defectos congénitos en los embriones y apoyar el desarrollo temprano del embarazo. El consumo adecuado de ácido fólico es especialmente recomendado para mujeres que planean concebir, ya que también mejora la ovulación.
Finalmente, la vitamina C también es relevante, ya que potencia la absorción de hierro y favorece la calidad del esperma. Su acción antioxidante protege el ADN del daño que podrían causar los radicales libres, un aspecto fundamental para una concepción saludable.
La vitamina D, junto con otras vitaminas como la E, C y B9, son pilares fundamentales para una fertilidad óptima. Un enfoque integral, que incluya una dieta equilibrada, exposición controlada al sol y seguimiento médico, es crucial para garantizar el éxito en la búsqueda de un embarazo.
Fuente: Infobae