Cómo reducir el consumo de snacks y cuáles son los alimentos saludables que pueden reemplazarlos

POR UNA VIDA MÁS SALUDABLE Olivia BIANCHI
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Es fácil acudir a los snacks, esos alimentos ultraprocesados que nos acompañan en los momentos de ocio o estrés. Sin embargo, el desafío actual es encontrar un equilibrio en la dieta diaria, especialmente cuando se trata de evitar el exceso de azúcares, sodio y grasas trans.

La clave no está en eliminar por completo los snacks, sino en moderar su consumo y aprender a reemplazarlos por alternativas que ofrezcan un valor nutricional real. Aunque el mercado está lleno de productos diseñados para satisfacer el gusto inmediato, nuestro cuerpo puede beneficiarse enormemente al optar por alimentos naturales que además de calmar el hambre, nos brindan energía de manera sostenida.

Los snacks y su impacto en la salud
Los snacks son atractivos porque suelen estar diseñados para ser sabrosos, crujientes y fáciles de comer. Sin embargo, muchas veces contienen grandes cantidades de sodio, grasas saturadas y azúcares refinadas, lo que puede contribuir al aumento de peso, la hipertensión y otras enfermedades crónicas.

Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que el consumo excesivo de estos alimentos ultraprocesados está vinculado a problemas de salud como la obesidad y las enfermedades cardiovasculares. Es por eso que moderar su consumo y optar por opciones más naturales se vuelve una necesidad urgente.

Para aquellos que buscan mejorar su alimentación, el primer paso es entender qué tipo de snacks es mejor evitar. Aquí algunos ejemplos:

Papas fritas en bolsas y otros productos similares altos en grasas trans.
Galletas y productos horneados con alto contenido de azúcares refinados.
Barras de cereales y productos energéticos que, aunque parezcan saludables, contienen grandes cantidades de azúcar.
Gaseosas y bebidas con alto contenido de azúcares añadidos.
Incorporar alimentos saludables en lugar de snacks procesados no solo beneficia la salud a corto plazo, sino que también reduce el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión y los problemas cardíacos. Las decisiones que tomamos cada día en cuanto a nuestra alimentación pueden tener un impacto profundo en cómo nos sentimos y en nuestra longevidad.

Qué alimentos pueden reemplazar los snacks
Afortunadamente, existen muchas opciones saludables que pueden reemplazar los snacks tradicionales sin comprometer el sabor o la conveniencia. Estas alternativas no solo satisfacen el hambre, sino que también ofrecen nutrientes esenciales que el cuerpo necesita para funcionar correctamente. Entre las mejores opciones se encuentran:

Frutas frescas. Son una fuente excelente de fibra, vitaminas y antioxidantes. Manzanas, peras, plátanos o frutas del bosque pueden saciar el hambre sin añadir azúcares artificiales.
Nueces y semillas. Proporcionan grasas saludables y proteínas que son ideales para calmar el apetito.
Yogur natural. Rico en probióticos y calcio, el yogur sin azúcar añadido es una opción excelente. Combinarlo con frutas frescas o un poco de miel lo convierte en un snack completo.
Palitos de zanahoria o pepino. Verduras frescas y crujientes, acompañadas de hummus o guacamole, son alternativas que además de ser sabrosas, aportan fibra y vitaminas.
Batidos caseros. Preparar un batido con frutas frescas, leche o bebidas vegetales y un puñado de frutos secos puede ser una forma deliciosa de calmar el hambre y obtener energía.

La moderación, clave para una dieta balanceada
Aunque cambiar los hábitos alimentarios puede ser un desafío, es importante recordar que el objetivo no es eliminar por completo los snacks de la dieta, sino reducir su consumo y aprender a moderar la cantidad que comemos. Estudios realizados por el Instituto de Nutrición de la Universidad de Harvard indican que el equilibrio es fundamental para mantener una buena salud. Esto significa que si bien podemos darnos un gusto de vez en cuando, es esencial compensarlo con opciones más saludables y una mayor actividad física.

La clave está en planificar las comidas y los snacks de manera inteligente. Llevar con nosotros alternativas saludables, como una pequeña porción de nueces o una pieza de fruta, puede ayudarnos a evitar la tentación de recurrir a los productos ultraprocesados.

Cómo lograr una rutina saludable de snacks:

Prepará tus snacks con antelación. Tener a mano opciones saludables como frutas cortadas, verduras o yogur en porciones individuales ayuda a evitar caer en los snacks ultraprocesados.
Controlá las porciones. Si decidís comer snacks como nueces o frutos secos, es importante que no sobrepases la cantidad recomendada. Un pequeño puñado es suficiente.
Evitá comer frente a pantallas. Comer mientras se ve televisión o se trabaja en la computadora puede hacer que comas más de lo necesario sin darte cuenta.
Tomá agua regularmente. A veces, el hambre que sentís es en realidad sed. Beber agua puede ayudarte a reducir la ingesta de snacks innecesarios

   

Fuente: TN

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