El ejercicio que mejora la digestión, reduce la grasa abdominal y ayuda a conciliar el sueño

ALIMENTACIÓN Y SALUD Ana COHEN
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Una investigación realizada por el departamento de Salud de la Universidad de Harvard asegura que caminar a buen ritmo después de cenar acelera la quema de grasa. Y es que, si se sale a caminar justo después de haber cenado, se quema el doble de calorías y, por tanto, se adelgaza el doble.

Cuando se camina después de comer, el organismo utiliza los nutrientes que se consumen de manera más eficiente. De este modo, se ayuda al cuerpo a prevenir problemas estomacales, como la indigestión y la acidez. Además, ayuda a seguir quemando calorías incluso cuando se está durmiendo.

Además, caminar después de comer tiene otros beneficios:

Ayuda a equilibrar los niveles de azúcar en sangre: tal como afirma la Asociación Americana de la Diabetes, caminar puede reducir la glucosa en sangre durante 24 horas horas o más después de la actividad.
Se aligera la digestión: al dar un pequeño paseo, activaremos nuestro metabolismo y digestión, algo que ayuda a prevenir los gases o la acidez, deshinchando el estómago.
Activa la circulación y controla el colesterol: según un estudio del Journal of Family Medicine and Primary Care, un paseo de 10 minutos tres veces al día ayuda a reducir la presión arterial diastólica en personas con hipertensión.
Ayuda a conciliar el sueño: dar un paseo con el atardecer cayendo ayuda a tu ritmo circadiano de sueño y vigilia, de modo que empezarás a producir melatonina, con lo que te dormirás antes y mejor.
Mejora el estado de ánimo: el movimiento ayuda a que nos encontremos más calmados y relajados, pues con el paseo producimos endorfinas, que compensan los altos niveles de adrenalina y cortisol.

Se aconseja hacer 150 minutos de ejercicio a la semana
La Asociación Estadounidense de Diabetes y la OMS, recomiendan hacer 150 minutos de ejercicio de intensidad moderada cada semana para tener una salud cardiometabólica óptima y una buena calidad de vida. Ahora bien, ¿por qué este número tan preciso?

Desde la entidad, explican que cualquier actividad física es mejor que nada, pero que existe una convención entre entidades de salud que dicen que se necesita un mínimo de 150 minutos de actividad por semana para obtener resultados significativos. Sin embargo, es clave tener en cuenta que una caminata lenta no es suficiente ni cuenta como ejercicio, sino que debe tener al menos una intensidad moderada.

Los beneficios de caminar con una intensidad moderada:

Pensar, sentirse y dormir mejor.
Reducir el riesgo de padecer enfermedades graves, como cardiopatías, derrames cerebrales, diabetes y varios tipos de cáncer.
Mejorar la presión arterial, la glucemia y los niveles de colesterol en sangre.
Aumentar su energía y resistencia.
Mejorar el bienestar mental y emocional y reducir el riesgo de padecer depresión.
Mejorar la memoria y reducir el riesgo de sufrir demencia.
Aumentar la resistencia ósea y reducir el riesgo de padecer osteoporosis.
Evitar el aumento de peso.

Fuente: Infobae

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