Los primeros días en el gimnasio suelen ser una verdadera odisea para los más principiantes. Las dudas que surgen son infinitas. ¿Para que sirve esta máquina y cómo se utiliza?, ¿qué actividades son mejores para lograr más rápido mi objetivo?, ¿hago bici o corro en la cinta?...
Para que un entrenamiento sea lo más completo posible se deben incluir tanto ejercicios de fuerza como cardiovasculares. Ninguno es mejor que el otro. Son complementarios porque cada uno nos va a aportar unos beneficios y unos resultados.
Sin embargo, hay una pregunta que hasta los más veteranos se la plantean: ¿cuándo hay que hacer el cardio, antes o después de las pesas? Y es que el momento en el que se realiza cada parte de la rutina de ejercicio influye e importa.
¿Qué son los entrenamientos cardiovasculares?
En los entrenamientos cardiovasculares se incluyen los llamados ejercicios aeróbicos. Estos son aquellos que se desarrollan a intensidad media o baja durante periodos de tiempo largos con el objeto de conseguir una mayor resistencia. Los más típicos son andar, correr, montar en bicicleta, nadar, entre otros.
Durante la actividad, la energía se obtiene quemando hidratos y grasas y el corazón bombea la sangre más rápidamente.
¿Qué son los entrenamiento de fuerza?
Los entrenamientos de fuerza son los orientados a tonificar y fortalecer los músculos del cuerpo mediante la realización de ejercicios con peso. En este caso, lo que se pretende es mejorar el rendimiento y conseguir un mayor nivel de fuerza.
Esta actividad es fundamental para la salud musculoesquelética y metabólica de cualquier ser humano. Es la cualidad física a partir de la cual se van a poder mejorar todas las demás. Si tenemos músculos fuertes, serán más rápidos y resistentes.
Pero es aquí cuando surge el gran interrogante: ¿qué hago primero, el cardio o las pesas?
¿Cuándo hay que hacer el cardio, antes o después de las pesas?
El Instituto Internacional de Ciencias Deportivas señala que «uno de los principales errores a la hora de combinar el entrenamiento de fuerza y de cardio es seguir una planificación inadecuada de los ejercicios».
Desde el centro resuelven esta duda tan repetida: «Debemos saber que la mejor opción siempre es combinar ambas modalidades y su orden dependerá de los objetivos y necesidades de cada persona».
No obstante, indican que para evitar los llamados «efectos de la interferencia» lo mejor es «hacer fuerza antes de cardio». «Al combinarlos, se produce una interferencia que será mayor o menor en función de los tipos de ejercicios practicados, su duración y nivel de intensidad», explican.
Por lo tanto, detallan que si lo que se quiere es ganar masa muscular, practicar el cardio después «es mejor» porque «la energía se concentrará por completo en potenciar el entrenamiento de pesas y el rendimiento será más óptimo».
¿Y si el objetivo es adelgazar? El Instituto Internacional de Ciencias Deportivas lo aclara: «La respuesta es después de las sesiones de pesas, ya que así se estimula la pérdida de grasas. Al hacer un entrenamiento de fuerza agotamos la mayor parte de las reservas de glucógeno (carbohidratos que se almacenan en los músculos), lo que implica tener que usar la grasa como fuente de energía».
No obstante, los expertos coinciden en que si la meta es mejorar la resistencia, el cardio se llevará a cabo antes porque «permitirá maximizar la energía».
Fuente: abc