Kale o col rizada, la verdura con más calcio que la leche que puedes incluir en cualquier plato

NUTRICIÓN Camila MARTINEZ
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Nos lo repiten hasta la saciedad pero en algunas personas sigue sin calar el mensaje, así que no está de más recordar que hay que comer alimentos de temporada. ¿Los motivos? Además de minimizar el impacto ambiental y ahorrar unos cuantos eurillos, comer frutas y verduras de temporada nos asegura estar comiendo estos alimentos en su momento óptimo de consumo, es decir, con su mejor sabor.

Y en este momento hay una verdura que debería estar en tu cocina: el kale. Tal como indica Almudena Peña, co-fundadora de Supernormal, tienda ecológica de frutas y verduras, esta verdura se planta desde julio hasta septiembre y se comienza a cosechar en noviembre más o menos.

Cultivamos la variedad verde y la variedad morada que, aunque de sabor son similares, las hojas de la variedad verde son un poco mas toscas, más duras y rizadas que las de la variedad roja, que es ligeramente más lisa. Pero ambas están deliciosas», cuenta. La variedad roja, que es menos común, tiene un color rojizo/morado en el tallo que deja un color en el plato precioso, sobre todo si se utiliza en ensaladas. Almudena Peña señala que estarán cosechando kale «hasta marzo aproximadamente, siempre sujeto a cómo evolucionen las temperaturas». El kale es una verdura de frío que soporta bien las lluvias.

Por qué hay que comer kale
El kale, además de ser una excelente fuente de fibra, es rico en vitaminas y minerales, esenciales para una dieta equilibrada. Entre sus vitaminas destacan la vitamina K, el betacaroteno, el ácido fólico y la vitamina B6. Sin embargo, lo que realmente distingue al kale como un gran alimento es su extraordinario aporte mineral, especialmente en calcio y hierro.

Contiene más calcio que la leche de vaca y más hierro que la carne de vacuno, lo que lo convierte en una opción ideal para complementar la alimentación de quienes buscan alternativas vegetales altamente nutritivas. Estas cualidades hacen del kale un ingrediente indispensable en la mesa de quienes priorizan una alimentación saludable y equilibrada. Por lo tanto el kale es una muy buena opción para las personas en dieta vegana

Qué tener en cuenta
La col rizada no tiene riesgos si se incluye en una dieta equilibrada y se consume con moderación. Sin embargo, como todo lo que se pone de moda como superalimento, puede ser objeto no solo de uso sino de abuso, lo que puede acarrear algunos problemas de salud como su interferencia en la función tiroidea. Por su contenido en vitamina K, también deben tomar precauciones de consumo aquellas personas que se mediquen con Sintrom.

Además, por su alto contenido en vitamina K, no se recomienda su consumo a las personas que está en tratamientos con anticoagulantes orales.

Receta 1. Sopa de kale y brócoli

- 300 gramos de kale

- 3 dientes de ajo

- 1 árbol de brócoli no muy grande

- Aceite de oliva

- Sal

Lo primero en esta receta es preparar los ingredientes. Separar las hojas de los tallos del kale. Con el brócoli, separar las cabezas de los tallos; si las cabezas son muy grandes partirlas hasta que queden de un tamaño adecuado para comer de un bocado; cortar los tallos en trozos de 3/4cm. Pelar los 3 dientes de ajo y cortar en rodajas finas uno de ellos.

Poner en una olla 1L de agua a hervir. Cuando empiece la ebullición, salar y añadir los tallos del kale y del brócoli (¡no las cabezas!) y los dos dientes de ajo enteros (no el laminado). Hervir a fuego fuerte durante 10 minutos.

A los 10 minutos, añadir las hojas del kale y hervirlas durante 3/4 minutos, no más. Hay que supervisar con atención la cocción del kale porque, si se pasa, pierde color y sabor. Es importante sacarlo del fuego cuando haya adquirido un color verde intenso y antes de que empiece a «apagarse». En general, cocerlo durante 3 minutos asegura el punto correcto pero, ante la duda, conviene sacarlo más pronto que tarde.

Verter todo el contenido de la olla (tallos de kale y brócoli, hoja de kale, ajos y agua de cocción) en un batidora y triturar hasta que quede lo más fino posible. Ajustar el punto de sal, colar y reservar.

En una sartén a fuego medio/alto, añadir un chorro de aceite de oliva y los ajo laminados. Sofreírlos hasta que empiecen a dorarse y añadir las cabezas de brócoli. Saltear a fuego medio/alto durante 5 minutos. No pasa nada si se doran un poco. Retirar del fuego y reservar.

En una fuente, o en los platos en que se vaya a comer, servir la sopa del kale y condimentar con las cabeza de brócoli y el ajo laminado.

Receta 2. Pasta con kale

 200 gramos de pasta (espirales o farfalle, que se 'enredan' en el kale)

- 8 o 10 ramas de kale

- 4 dientes de ajo

-Pan rallado

- Aceite de oliva virgen extra

-Sal

Lo primero es preparar el pan rallado. Ponemos una sartén pequeña o cazo a fuego medio/alto. Añadimos un chorrito de aceite, el justo para impregnar todo el fondo. Esperamos 1 minuto a que se caliente y añadimos 2 cucharadas soperas de pan rallado. Removiendo con frecuencia para evitar que se queme, lo tostamos hasta que haya adquirido un color marrón intenso, similar al de la piel de una almendra. Lo retiramos del fuego y reservamos.

Ponemos una olla con agua a hervir, y otra olla (si no tenéis, una sartén grande, lo más profunda posible) a calentar a fuego medio.

Mientas el agua y la olla se calientan, lavamos el kale y separamos las hojas de los tallos. Las hojas las cortamos burdamente en trozos de ¾ cm; los tallos los cortamos en rodajas de 0,5cm. Pelamos los ajos y los cortamos en rodajas relativamente gruesas, de 2mm.

Cuando el agua rompa a hervir, la salamos e introducimos la pasta. Damos un par de vueltas para que no se pegue. Cuando vuelva el hervor, añadimos un buen chorro de aceite de oliva en la otra olla (que ya estará bien caliente), debe cubrir generosamente el fondo. Acto seguido subimos el fuego a medio/alto y añadimos los ajos. Los doramos removiendo con una cuchara o espátula, y cuando estén marrones por fuera, añadimos el kale. Removemos, salamos, y añadimos un cazo del agua de cocción de la pasta.

En este punto están cociendo a la vez la pasta y el kale. El kale debe hacerlo con poca agua, la justa para evitar que se queme. Si vemos que se evapora, añadimos más agua de cocción de la pasta.

Cuando la pasta lleve, más o menos, 5 minutos cociendo, añadimos (a la olla con la pasta) los tallos del kale. Cuando la pasta esté cocida, reservamos en un vaso un poco del agua de cocción, la escurrimos junto con los tallos, y los añadimos (pasta y tallos) a la olla con el kale. Siempre a fuego medio/ alto, removemos bien, con energía, durante 1 o 2 minutos. Si vemos que el conjunto está muy seco, añadimos un poco más de agua de cocción.

Servimos añadiendo sobre cada porción un chorro de un buen aceite de oliva virgen extra y espolvoreando un poco de pan rallado.

Fuente: abc.es

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