Es casi imposible de evitar la ingesta de alimentos con azúcar, y más teniendo en cuenta que el consumo del mismo puede crear un subidón a corto plazo y una chispa de energía en el cuerpo. Sin embargo, es solo un falso reflejo; debido a la naturaleza adictiva del azúcar, los efectos a largo plazo en la salud, como la obesidad y la diabetes, nos hacen ver que es dañino en exceso. Al igual que otras compulsiones o adicciones conductuales, la adicción al azúcar supone un riesgo especial para las personas con mal humor, ansiedad y estrés.
Impacto negativo en nuestra salud
Vivimos en un mundo donde el azúcar está presente en prácticamente todos los alimentos procesados, por lo que es bastante fácil caer en la trampa de la adicción al azúcar sin ni siquiera darse cuenta. Lo podemos encontrar en productos como los refrescos, la bollería o los cereales de desayuno, pero también en productos que no nos imaginamos, como en el jamón york, el tomate frito o el pan de molde. Lo que está claro es que el azúcar se encuentra omnipresente en nuestra dieta diaria. Sin embargo, ¿cuáles son los efectos reales de esta adicción en nuestra salud?
Tal como indica la dietista-nutricionista Laura Jorge, del Centro de Nutrición y Psicología Laura Jorge, tiene un impacto en la salud física, mental y dental: «Es importante tener en cuenta que la adicción al azúcar no solo afecta a nuestra salud física, sino también a nuestra salud mental y emocional. El consumo excesivo de azúcar puede conducir a problemas de salud como la obesidad, la diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares. El azúcar en exceso se almacena en forma de grasa en nuestro cuerpo, lo que puede ser un factor de riesgo para algunas patologías».
Ana Colomer, dietista-nutricionista, señala también los productos 0% y light no entran en su cesta de la compra desde que terminó sus estudios de nutrición. «La calidad de estos productos es muy inferior y contienen ingredientes que pueden llegar a ser perjudiciales para la salud, como por ejemplo las altas cantidades de aspartamo o sacarina», cuenta. Estos edulcorantes alteran mucho la flora intestinal e incluso hay artículos científicos que apuntan a que tienen un carácter potencialmente cancerígeno.
Fuente: abc