La ingesta necesaria de agua sigue siendo motivo de investigación en la ciencia moderna, generalmente se recomienda beber dos litros por día, pero para quienes no puedan lograrlo deben saber que tomar suficiente agua es una necesidad vital y no hacerlo puede acarrear consecuencias. Desde la pérdida de peso hasta el manejo de condiciones médicas como la migraña y las infecciones urinarias, la relación entre la ingesta de agua y la salud es compleja y multifacética. Un enfoque clave en esta área fue comprender los impactos del aumento de la ingesta de agua en diversos contextos.
Un reciente estudio publicado en JAMA Network Open proporciona nueva perspectiva sobre los efectos de la hidratación en la salud. Este análisis revisó ensayos clínicos aleatorizados para evaluar cómo influye un cambio en la ingesta diaria de agua en distintos resultados médicos. Los hallazgos destacan beneficios significativos en áreas como la pérdida de peso y la prevención de cálculos renales, aunque también señalan limitaciones en la evidencia disponible y la necesidad de investigaciones más exhaustivas.
Este trabajo, liderado por un equipo de especialistas, realizó una revisión sistemática de 18 ensayos clínicos aleatorios seleccionados entre 1.464 estudios evaluados. Los ensayos abordan el impacto del cambio en la ingesta diaria de agua sobre diversos resultados médicos, incluyendo la pérdida de peso, la prevención de cálculos renales, las infecciones urinarias y las migrañas.
Beneficios en la pérdida de peso
Beber agua antes de las comidas podría ser una herramienta sencilla y eficaz para controlar el peso. Tres estudios incluidos en el análisis del presente paper indicaron que consumir 500 ml de agua antes de las comidas se asocia con una mayor pérdida de peso en personas con sobrepeso u obesidad, en comparación con quienes no lo hacían. En uno de los estudios, los participantes lograron un 87 % más de pérdida de peso en promedio.
Este efecto parece estar relacionado con el aumento de la sensación de saciedad, lo que lleva a consumir menos calorías durante las comidas. Además, sustituir bebidas calóricas por agua puede reducir significativamente la ingesta total de energía. Estos hallazgos subrayan el potencial del agua como una estrategia de bajo costo y fácil implementación para abordar problemas de obesidad, que afectan a más del 40% de la población adulta en países como Estados Unidos. No obstante, cabe destacar que este estudio no establece una relación causal directa entre el consumo de agua y la pérdida de peso, sino una asociación observada en el contexto de las investigaciones revisadas.
Aunque los hallazgos subrayan el potencial del agua como una estrategia de bajo costo y fácil implementación para abordar problemas de obesidad, no deben tomarse como un consejo dietético universal. Cada persona tiene necesidades específicas, y es esencial consultar a un profesional de la salud antes de realizar cambios significativos en la dieta o los hábitos alimenticios. Esto es especialmente relevante, considerando que la obesidad afecta a más del 40 % de la población adulta en países como Estados Unidos.
Agua y migrañas
La hidratación adecuada podría jugar un papel en la prevención y manejo de las migrañas. Según el análisis, un aumento en el consumo de agua (1,5 litros diarios adicionales, según el estudio) ha mostrado mejoras en la calidad de vida relacionada con la migraña en un pequeño grupo de participantes. Aunque no todos los estudios reportaron resultados consistentes, se observaron tendencias positivas en la reducción de la frecuencia e intensidad de los dolores de cabeza.
Pero cuidado, los expertos señalan que las limitaciones en el tamaño de las muestras y las tasas de abandono podrían haber afectado los resultados. Aun así, estos datos iniciales abren la puerta a futuras investigaciones sobre cómo la hidratación puede influir en condiciones neurológicas debilitantes como las migrañas.
Prevención de infecciones urinarias
Beber más agua podría ser clave para prevenir infecciones urinarias recurrentes en mujeres. Un ensayo realizado con 140 mujeres premenopáusicas demostró que aumentar el consumo diario en 1,5 litros redujo significativamente el número de episodios de infección y el uso de antibióticos. Lo curioso de este enfoque no es solo su efectividad, sino que es seguro y sostenible. Lo convierte en una alternativa atractiva frente al uso excesivo de medicamentos.
Por otra parte, los investigadores plantean que un mayor volumen de agua ayuda a diluir y eliminar bacterias en la vejiga, un factor importante para reducir el riesgo de infecciones. Este hallazgo es especialmente importante en un contexto donde la resistencia a los antibióticos es una preocupación creciente a nivel global. Aunque, lo cierto es que muchos facultativos tenían evidencias anteriores a este estudio y suelen recomendar la hidratación para estos casos.
En tanto, la prevención de cálculos renales es otro beneficio asociado a una mayor ingesta de agua. Algo que ya se intuía. Los datos revisados indican que un consumo que permita alcanzar un volumen de orina diario de 2 litros o más puede reducir a la mitad el riesgo de recurrencia de cálculos renales en personas con antecedentes de esta afección. En un estudio, los participantes que aumentaron su ingesta de agua experimentaron un tiempo significativamente mayor entre episodios de formación de piedras.
Este mecanismo se explica por la dilución de las sales en la orina, lo que previene su cristalización. Para quienes tienen predisposición a los cálculos renales, los médicos suelen recomendar mantener un alto nivel de hidratación como medida preventiva.
Fuente: TN