Vitamina K: la desconocida que tu cuerpo necesita está presente en estos alimentos

ALIMENTACIÓN Y SALUD Amalia PINTO
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La vitamina A, que se encuentra en la zanahoria, mango o melón, ayuda a la formación y al mantenimiento de dientes, tejidos blandos y óseos, membranas mucosas y piel sanos. La vitamina B, por su parte, está relacionada con el metabolismo y con la energía. La vitamina C, disponible en las acelgas o naranjas, también es indispensable porque protege contra las deficiencias del sistema inmunitario y contra enfermedades cardiovasculares. La vitamina D también es muy conocida y necesaria, y en este largo abecedario de vitaminas hay otra de la que se habla poco pero que es igual de importante: la vitamina K.

La vitamina K pertenece al grupo de las vitaminas liposolubles: esto quiere decir que son solubles en grasa de manera que, por lo general, habrá mayor contenido de vitamina K en los alimentos grasos, como por ejemplo los aceites. Marta Moreno, dietista-nutricionista de Nutrición Clinic, indica que, a diferencia de otros nutrientes, la vitamina K «no participa sobre el metabolismo energético, sino que actúa en la coagulación sanguínea y en la formación de huesos, sí como necesaria para la formación de los factores de coagulación, que permite que cuando haya alguna herida, se tapone automática y evitar así pérdidas de sangre».

 
Para conocer un poco más
La experta Marta Moreno comenta que, ligado al tema de la función coagulante de la vitamina K, se encuentra una peculiaridad cuando se consume un tipo de fármaco llamado Warfarina, o comúnmente conocido como el Sintrom, «un anticoagulante que hace las funciones antagónicas que esta vitamina». Por tanto, según la experta, si estás tomando este medicamento tienes que tomar la misma cantidad de alimentos ricos en vitamina K y no hacer cambios drásticos en tu dieta.

También debemos saber, tal como anuncia Ana Colomer, dietista-nutricionista, que las personas con tratamientos anticoagulantes, con problemas en el riego sanguíneo o con riesgo de trombosis «deben reducir el consumo de alimentos ricos en vitamina K».

Alimentos con vitamina K
Principalmente, la vitamina K, como cuenta Marta Moreno, está presente «en verduras de hoja verde oscuro como las espinacas, acelgas, lechuga y en crucíferas como el brócoli y la coliflor». Sin embargo, también se encuentra en aceites vegetales ya que es liposoluble. «Contienen vitamina K algunas frutas como los arándanos o productos de origen animal como los huevos, el queso y carnes más grasas. Cabe destacar que está presente en muchos alimentos de consumo diario, de manera que su déficit es poco habitual».

Ana Colomer extiende esa lista y añade los siguientes alimentos: soja, edamames, kiwi, higos, pasas, carne blanca, espárragos...

«Un indicador para conocer que tenemos falta de esta vitamina liposoluble (soluble en grasa) es la presencia de microhemorragias constantes. Por ejemplo, cuando nos damos un golpe y cuesta mucho que paremos de sangrar o, en el caso de las mujeres, menstruaciones con sangrado intenso y duradero», alerta Ana Colomer.

Fuente: abc

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