Pie diabético y “ladrillo diabético”, dos problemas que hay que tener controlados para evitar males mayores

SALUD Ivana ALFARO
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La diabetes no es sinónimo de complicaciones. Se puede tener diabetes y salud al mismo tiempo, siguiendo los pilares de tratamiento: la medicación, el automonitoreo, la alimentación saludable, el ejercicio físico y la educación diabetológica. El pie diabético se puede prevenir realizando el tratamiento de la diabetes y la complicación que lleva a las amputaciones se puede prevenir controlando los factores de riesgo.

El exceso de glucosa adherido a los tejidos alrededor de las articulaciones disminuyen la movilidad complicando revisar el calzado y los pies todos los días y caminar haciendo talón, planta y punta, aumentando el riesgo de lesiones difíciles de curar. Evitar las lesiones es la clave para no sufrir amputaciones. Por lo tanto, es necesario mantener o mejorar la movilidad de todas las articulaciones de los miembros inferiores.

Los expertos explican que no es lo mismo caminar con un pie diabético que con un “ladrillo diabético”.

La kinesióloga especialista en rehabilitación de personas con amputaciones del Instituto público de Rehabilitación Psicofísica de la ciudad de Buenos Aires, Verónica Giménez (MN 7415) cuenta que el ladrillo diabético tiene poco movimiento y alto riesgo de lesión por sobrecarga o roce contra el calzado, sobre todo si hay deformidades de cualquier tipo. “Si la sensibilidad no es normal, entonces hay que caminar siempre con medias y con el calzado adecuado y controlarse en un consultorio de pie diabético para evaluación y/o tratamiento de los factores de riesgo” agrega.

Qué pasa cuando se complica
Giménez explica que el 60 % de los ingresos a kinesiología desde 2023 hasta mayo de 2024 fue para amputaciones por pie diabético complicado. “La idea es disminuir ese número haciendo hincapié en los factores de riesgo de lesión del pie y varios de ellos son de incumbencia kinésica. Para eso, atendemos espontáneamente a los pacientes derivados del consultorio de pie diabético del Instituto, les damos un plan de ejercicios para el hogar y los vamos controlando hasta que lo realicen correctamente. Y vemos cómo los pies se van recuperando con el movimiento”.

Además, explica: “Si el pie diabético se lesiona, es muy difícil de curar y puede llevar a la amputación de uno o más dedos o amputación parcial o total del pie. Requiere tratamientos largos, costosos y multidisciplinarios, que muchas veces no se pueden llevar a la práctica por cuestiones del sistema de salud o por imposibilidad del paciente de concurrir a los controles porque, la mayoría de la veces, el paciente necesita moverse con un acompañante por problemas en el equilibrio, la vista o la movilidad. Luego de una amputación, para poder desempeñarse en el hogar o en la sociedad con una prótesis, hay que hacer muchísimos ejercicios. Es como si fuera una deuda: todos los días sin ejercicio físico se van acumulando y cada vez cuesta más saldarla”.

Consecuencias
Giménez explica que “La diabetes mal controlada causa discapacidad y, aunque realicemos un tratamiento kinésico para revertirla, muchas veces el paciente tiene limitaciones permanentes en las actividades de la vida diaria, el equilibrio y la marcha. En mi práctica diaria, observo las consecuencias de la falta de ejercicio y el sedentarismo. Si me falta un poco de movimiento, con un poco de ejercicio lo puedo revertir, si me falta mucho movimiento probablemente con mucho ejercicio lo pueda revertir, pero si me faltó muchísimo movimiento durante muchísimos años voy a tener que amigarme con la silla de ruedas. No siempre se puede volver para atrás”.

“El pie diabético es una consecuencia de la hiperglucemia persistente por falta de tratamiento, por tratamiento inadecuado o incompleto. Los pilares del tratamiento son: la medicación, el automonitoreo, la alimentación saludable, la actividad física, dejar de fumar y la educación diabetológica. Cuando aparece la complicación llamada pie diabético, hay que concurrir, de ser posible, a un consultorio de pie diabético para detectar e intervenir sobre los factores predisponentes y desencadenantes de una lesión. Muchas lesiones son causadas por el calzado, por caminar descalzo o por la pedicuría incorrecta. Si el paciente no llega a los pies o no ve bien, no debe cortarse las uñas” resalta.

La importancia de la movilidad
Giménez comenta que “es importante tener el movimiento de todas las articulaciones de los miembros inferiores. De los dedos y los tobillos, por lo que expliqué anteriormente, y de las rodillas y las caderas, para poder realizar la inspección diaria de los pies y colocarse las medias y el calzado adecuado correctamente y sin asistencia de otra persona”.

“La movilidad de los dedos y el tobillo es fundamental para todas las personas, con o sin diabetes, para poder realizar las actividades de la vida diaria con un bajo riesgo de caídas y una marcha normal. Cuando disminuye la movilidad se sobrecargan algunas zonas del pie y se forman callos que luego se pueden ulcerar. Y, en el caso del pie diabético, las úlceras son difíciles de curar, ya que el pie tiene muchas articulaciones y muchos músculos que cumplen diferentes funciones que es importante mantener o recuperar” explica.

Por ejemplo, “Para el control de la diabetes, es fundamental caminar diariamente, pero eso implica la capacidad de poder realizar talón, planta y punta para distribuir la presión en toda la planta”, señala.

Fuente: TN

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