Últimamente la salud digestiva llena la consulta de los nutricionistas y es que hemos pasado de pensar que ciertos síntomas eran normales, a darnos cuenta que ir mal al baño, tener gases continuos y distensión abdominal entre otros, no es algo que podamos normalizar.
Cuando hablamos de salud digestiva nos referimos al bienestar de todo el sistema digestivo. Comprende desde una buena digestión, a un correcto tránsito intestinal y con una microbiota equilibrada y sana, y es muy importante ya que de ella depende la absorción de nutrientes y la fortaleza de nuestro sistema inmunitario y no solo se consigue mediante una buena alimentación (aunque sea lo más importante), sino que hay que incorporar hábitos y conductas que favorezcan su correcto mantenimiento.
Pero ¿cómo puedo saber si mi salud digestiva no es la correcta? Hay diferentes signos ante los que puedes sospechar que tu salud digestiva no está en su mejor momento y que si los sufres debes plantearte investigar más para saber que puede estar fallando:
- Exceso de gases. Después de alguna comida como las habas, las alubias o la col es normal que aparezcan un poco de gases, pero que todas o la mayoría de comidas te creen gases y malestar no es normal. Fíjate especialmente con alimentos como la cebolla, el ajo, las coles (aunque consumas poca cantidad) o los alimentos integrales.
- Reflujo gastroesofágico recurrente. Se trata de una sensación de que “la comida te repite”.
- Acidez estomacal. Es una sensación de ardor o dolor en la parte superior del abdomen, en el estómago.
- Náuseas e incluso vómitos por sensación de plenitud comiendo poco.
- Cólicos después de las comidas.
- Diarrea o estreñimiento. La frecuencia normal de ir al baño es como mínimo 3 veces por semana, un número menor de este se considera que hay estreñimiento. En sentido opuesto, una frecuencia mayor a 3 o más veces en un día y con una consistencia blanda. Puedes saber si tu tránsito intestinal funciona correctamente en este artículo
- Distensión o hinchazón. Puede ir acompañado con dolor o no. Después de comer tu barriga se hincha. No has comido de más ni mal, pero aparece una incómoda distensión después de las ingestas.
Consejos para cuidar a tu salud digestiva
Una vez identificados los síntomas que indica el estado de tu salud digestiva, vamos a cuidarla. Para ello es imprescindible tener en cuenta estos consejos:
- Alimentación equilibrada y variada. Elige una alimentación equilibrada y variada, llena de frutas y verduras. Es importante acudir a un dietista-nutricionista si no sabes cómo llevarla o en caso de considerar que lo haces todo correctamente recurrir también a un médico digestivo para hacer las pruebas oportunas por si sufres un sobrecrecimiento bacteriano o alguna intolerancia.
- Masticar bien, comer despacio y con tranquilidad. Cuanto mejor masticada y triturada esté la comida, menos trabajo le dejamos a nuestro intestino. Además, de esta forma se evitarán los gases.
- Comer fibra. La fibra es un gran aliado para la salud digestiva, ya que ayuda a regular el funcionamiento intestinal, y proporciona consistencia a las heces. Se encuentra en las frutas y verduras, legumbres y granos enteros.
- Evitar alimentos picantes, irritantes y muy grasos. Este tipo de alimentos ralentizan tu digestión y la hacen más pesada.
- Evita hábitos tóxicos, como alcohol o tabaco. Son irritantes y producen efectos negativos en la salud gastrointestinal.
- Consumo de probióticos y prebióticos. Los probióticos son bacterias beneficiosas para la microbiota, mientras que los prebióticos son sustancias que sirven de alimento para los probióticos.
Puedes encontrar probióticos en alimentos como el kéfir, el chucrut, los encurtidos o en el pan de masa madre. Por otra parte, los prebióticos están presentes en cereales integrales, plátanos, verduras de hoja verde, cebolla, ajo, soja y alcachofa, entre otras.
- Bebe suficiente agua. Estar hidratado es muy importante para el estado óptimo de todo el organismo, y en especial, para nuestro sistema digestivo, porque facilita la digestión y previene el estreñimiento.
Se necesita una ingestión de 1,5 - 2 litros al día, aunque realmente varia mucho de una persona a otra, sus hábitos y estado de salud. Si te cuesta beber agua puedes hacerte infusiones de diferentes sabores.
- Evitar el estrés. La salud mental está íntimamente ligada con la salud digestiva. El estrés es un disruptor del sistema digestivo, ya que produce una alteración en la motilidad, las secreciones y la microbiota, entre otras alteraciones.
- Dormir suficiente. La salud digestiva se ve beneficiada de un correcto hábito de sueño. Lo ideal es dormir de 7 a 9 horas al día.
- Tener una vida activa. Una actividad física regular ayuda a regular el tránsito intestinal y evitar el estreñimiento.
- No te automediques. Es muy frecuente utilizar fármacos ante las molestias gastrointestinales, pero el abuso de antiinflamatorios es perjudicial a largo plazo para tu salud digestiva.
Recuerda que toda esta sintomatología no es normal, que seguramente algo esté fallando. Si has probado a mejorar tu alimentación y no ha funcionado recurre a profesionales. Ellos serán los que te ayuden a encontrar los motivos por los que aparecen y sobre todo te ayudarán a mejorar esta situación.
Fuente: abc