Amable con el medio ambiente y con nuestra salud: así es la dieta sostenible

POR UNA VIDA MÁS SALUDABLE Ivana ALFARO
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Muchas personas están practicando la dieta sostenible como forma de vida, teniendo en cuenta que la contaminación ambiental es uno de los fenómenos que más preocupan en la actualidad.

Las emisiones de gases y de productos de desecho a la atmósfera podrían poner en peligro la vida de los seres humanos, y es por este motivo, que existe este modelo dietético.

Pero, ¿en qué consiste exactamente este modelo de alimentación? La realidad es que no solo se basa en garantizar el correcto funcionamiento del organismo, sino que también trata de preocuparse por la procedencia de los alimentos y por el impacto medioambiental de su producción.

Un artículo publicado en la revista The Proceedings of the Nutrition Society explica que la dieta sostenible tiene como principal objetivo reducir la huella ecológica del ser humano en el planeta. En concreto, se deben emplear menos cantidad de energía y de productos químicos para la ganadería y la agricultura.

Este tipo de dieta también defiende la compra de los alimentos autóctonos De esta forma, se disminuyen los gastos de combustible derivados del transporte internacional. Gracias a pequeñas directrices, se pueden reducir notablemente las emisiones de gases a la atmósfera.

El consumo de productos de origen vegetal es fundamental en esta dieta, dado que su tasa de renovación es superior a los alimentos procedentes de los animales. Consecuentemente, el impacto sobre las cadenas de alimentación de la naturaleza será menor y así se evitará la desaparición de especies.

La dieta sostenible es saludable para nuestro organismo
Gracias al consumo de frutas y verduras en abundancia, se tiene un mejor funcionamiento del metabolismo, e incluso hay estudios que determinan que la ingesta de productos vegetales supone una reducción en el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.

Todas estas propiedades beneficiosas para nuestra salud son gracias a los flavonoides, unos compuestos antioxidantes y antiinflamatorios que se encuentran en la naturaleza en proporciones pequeñas. La dieta sostenible defiende el consumo de productos locales, evitando alimentos sometidos a largos refinamientos, ya que requiere una necesidad energética elevada.

Los ultraprocesados son responsables del desarrollo de patologías complejas, como la diabetes. Esta enfermedad se asocia al aporte dietético regular de alimentos dulces ricos en azúcares añadidos. Una revisión sistemática del año 2017 comprueba que la presencia habitual de estos alimentos en la dieta condiciona el metabolismo.

Tanto el metabolismo como el sistema cardiovascular se ven beneficiados con la adaptación a esta tendencia dietética. El consumo de vegetales y la restricción de ultraprocesados reduce el riesgo de problemas cardíacos. Además, los alimentos ricos en grasas son los principales responsables de la inflamación sistémica causante de la aterosclerosis.

La dieta sostenible, finalmente, también tiene un efecto positivo en la economía local, ya que ingerir productos de la zona aumenta la renta de los pequeños productores.

Fuente: TN

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