Prebióticos: qué son, qué alimentos los contienen y cuáles son sus beneficios

POR UNA VIDA MÁS SALUDABLE Rosario CALVO
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El intestino de un ser humano sano, está colonizado por muchos microorganismos que pertenecen a familias diferentes y forman un ecosistema microbiano llamado microbiota, la cual desempeña un papel importante tanto en el mantenimiento de la salud como en la patogénesis de la enfermedad.

Esta comunidad de microorganismos regula funciones metabólicas importantes e impulsa la maduración del sistema inmunitario en los primeros años de vida. Las modificaciones de nuestra microbiota intestinal puede ocurrir por cambios en nuestros hábitos alimentarios.

Por mencionar algunas funciones importantes en nuestro organismo
Metabólicas, incluido el equilibrio de la glucosa y los lípidos
Producción de energía
Control de la saciedad
Anticancerigénicas y antinflamatorias

La alteración en la composición de la microbiota puede provocar enfermedades inflamatorias del intestino, diabetes tipo 2, obesidad, alergias, cáncer colorrectal, enfermedades cardiovasculares, síndromes metabólico e incluso Parkinson, Alzheimer.

¿Y qué tienen que ver con esto los Prebióticos?
Pues, son aquellos alimentos que contienen sustratos que nutren el microbiota beneficiosa para el huésped. Los podemos encontrar en verduras y frutas, especialmente aquellas que contienen carbohidratos complejos, como la fibra y el almidón resistente.

Consumir prebióticos no solo favorece la flora intestinal, también mejora la absorción de ciertos minerales y la síntesis de vitaminas del grupo B, constituidos por moléculas de gran tamaño que forman parte de la fibra alimentaria, en su mayoría hidratos de carbono que son fermentados por la flora intestinal. Estas, son sustancias no digeribles de los alimentos que promueven el crecimiento y la actividad de bacterias beneficiosas para nuestro intestino.

Cómo se define un prebiótico
Tiene que ser una sustancia que no se degrade ni se absorba durante su tránsito por el tramo digestivo superior (estómago e intestino delgado).

Debe sufrir una fermentación bacteriana una vez alcanzado el colon.

Esta fermentación es selectiva, es decir, favorece la actividad y la proliferación de determinadas bacterias intestinales que ejercen efectos beneficiosos para la salud del huésped (bifidobacterias y lactobacilos).

Se diferencian de los probióticos en que estos proporcionan bacterias exógenas vivas a la microflora, mientras que los prebióticos favorecen el crecimiento de estas bacterias a base de aportarles diferentes sustratos. Su acción tiene lugar en el intestino grueso o colon, donde las bacterias del microbiota intestinal fermentan los prebióticos alimentarios.

Dentro de los prebióticos destacan los fructooligosacáridos (FOS) o fructanos, la maltodextrina, el almidón resistente, la lactulosa y los galactooligosacáridos (GOS) de la leche materna. Estos componentes de la fibra ejercen un efecto beneficioso sobre el microbiotaque habita el intestino.

Mayoritariamente los prebióticos se encuentran en alimentos de origen vegetal y en la leche materna.

Las fuentes principales son:
Legumbres: lentejas, garbanzos. Son una fuente de almidón resistente, siendo un tipo de fibra con efecto prebiótico que no podemos digerir, pasando intacto del intestino delgado al grueso para alimentar los microorganismos

Este almidón resistente fortalece la flora intestinal:

Papa, Boniato
Achicoria, Ajo, Cebolla, espárragos, puerro, achicoria, espinaca
Banana, Arándano, manzana
Trigo, avena y cebada: cuanto menos procesados los alimentos que consumimos más tarda el llegar a intestino para ser digerido
Soja
Chía molida y activada (se activa dejándola en agua 8 hs. Se forma un gel funcionando en el intestino como una capa protectora y a la vez fuente de prebiótico
Chocolate amargo

La inulina es un prebiótico que se ha mostrado eficaz para tratar el estreñimiento en personas mayores, pues ayuda a restablecer las bifidobacterias que disminuyen con la edad.

Beneficios naturales
Existen evidencias que relacionan los prebióticos con la modulación de funciones metabólicas asociadas con la grasa corporal, la inmunidad, la prevención de infecciones intestinales y la disminución del riesgo de cáncer de colon.

Estas acciones los vinculan con aplicaciones terapéuticas o preventivas de enfermedades y trastornos como los cardiovasculares, obesidad, alergia o diabetes. Hay que tener en cuenta que el microbiota intestinal se adquiere desde el nacimiento, y que cada individuo presenta una identidad bacteriana única y estable, resultado de sus hábitos de vida.

Los prebióticos nos protegen frente a las enfermedades. Al mantener el sistema gastrointestinal sano mejoran a su vez el estado general del organismo, ejerciendo una acción inmunomoduladora gracias a la predominancia de bacterias bifidógenas. También favorecen la absorción de calcio, magnesio, hierro y cinc, así como la síntesis de algunas vitaminas.

Los prebióticos, solos o combinados entre sí, mejoran la absorción intestinal de calcio. Reportan otros beneficios metabólicos, defensivos y tróficos. Esto incluye mejoras en la digestibilidad y absorción de nutrientes, regulación del metabolismo hepático de la glucosa y del tránsito intestinal, disminución del riesgo de infecciones y prevención de enfermedades inflamatorias o con una base inmune.

Los prebióticos permiten que las bacterias beneficiosas para el equilibrio del microbiota intestinalencuentren y vivan en un ambiente favorable para su proliferación y funciones.

La leche materna contiene galactooligosacáridos en una concentración superior a la de las proteínas e inferior a la de grasas e hidratos de carbono. El resultado es una mejora en el sistema inmunitario del bebé, con una disminución de las alergias y las infecciones intestinales y respiratorias.

Fuente: ambito

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