Huevo, carne y semillas: los alimentos que no pueden faltar para una buena nutrición durante el embarazo

SER PADRES Camila MARTINEZ
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El embarazo es uno de los estados en los cuales las mujeres se sienten plenas y, a veces, empiezan a comer de más o a abandonar hábitos saludables con la promesa de que volverán a retomarlos después del nacimiento del bebé, pero los especialistas recomiendan tener una buena nutrición para la madre que la beneficie a ella y al pequeño.

“La mujer debería estar preparada nutricionalmente mucho antes del embarazo, para llevar adelante y tener una gestación efectiva. Esto tiene que ver con incluir nutrientes fundamentales que va almacenar, para llegar en condiciones óptimas para el momento de la gestación”, explicó el licenciado en Nutrición Leandro Felippelli (M.N. 8.118).

Felippelli indicó además: “La concepción implica un crecimiento abrumador de nuevas células en el cuerpo de la mujer y ese crecimiento es, por ejemplo, mayor que el peor cáncer más agresivo que pueda tener el ser humano, aunque claramente no es algo patológico’'.

Además, en el inicio del embarazo empieza a disminuir el sistema inmune a nivel del útero, para que el sistema inmune no ataque al bebé que está creciendo allí, entonces primero está la preparación. “Si no la tiene, va actuar en detrimento de la salud de la madre, quitándole nutrientes a ella, por ello debemos contemplar los nutrientes de esa madre y de la vida que se está gestando”, expresó el especialista.

Tips fundamentales de qué comer en el embarazo
El nutricionista recomendó que mientras se transita la etapa de gestación es importante que la madre consuma:

Huevo.
Palta, aceite de oliva, aceitunas.
Carne, pollo, pescado, frutos de mar.
Semillas y frutos secos.
Beneficios de una buena nutrición para el bebé en gestación
“Hay nutrientes que son mostrados desde hace décadas que son esenciales para el desarrollo del sistema nervioso, ya que todo comienza desde una sola célula, llamada cigota, convertida en embrión”, señaló Felippelli.

Asimismo, añadió: “Esas células dentro del ovocito se van diferenciado y generando todas las células del cuerpo y esas células del cuerpo van necesitando cada vez más nutrientes, hay un aumento exponencial y se van generando todos los sistemas: respiratorio, digestivo, excretor, circulatorio, endocrino, nervioso y reproductor”.

“Además, hay que aclarar que el corazón del bebé es ecogénico, empieza a latir, a generar electromagnetismo. Entonces todo este crecimiento y la diferenciación de los epitelios (ectodermo, mesodermo, endodermo) que van generando las diferentes estirpes celulares, y la rotación de los órganos necesitan de vitaminas, minerales y oligoelementos”, añadió.

En tanto, el nutricionista dijo: “El más conocido es el folato, también conocida como la vitamina B9, que tiene un papel fundamental en el desarrollo y cierre del tubo neuronal. Cuando ese tubo no se cierra aparece una patología llamada espina bífida, ese cierre también implica el cierre de la calota craneal, el sistema nervioso central. Los nutrientes ayudan a la buena función del corazón y del sistema inmune”.

“Una mala nutrición se puede sostener durante un período breve, lo que en el bebé luego puede hacer lo que se llama, catch up, que significa volver a recuperar aquello que perdió, ponerse a tono, pero, si se sostiene en el tiempo aparecen problemas del crecimiento y de desnutrición. La nutrición y la gestación influyen en todos los sistemas, no hay un sistema que esté aparte”, aclaró.

Enfermedades que se pueden evitar en la madre y en el bebé
El especialista en nutrición manifestó: “Existen enfermedades en el sistema nervioso y retraso de crecimiento por déficit de vitaminas del complejo B y D. También está la diabetes gestacional cuando hay una hormona implicada que se eleva muchísimo llamada lactógeno placentaria que tiene el papel de la insulina y es la hormona que no funciona bien en los diabéticos. Ocurre lo mismo cuando hay una mala alimentación en la madre, puede haber una exacerbación en la hormona lactógeno placentaria, esto deriva en una diabetes gestacional”.

Además, señaló: “Otra enfermedad en la madre es la preeclampsia que consiste en tener hipertensión y edematización, en algunos casos. También puede tener anemia, un desarrollo inferior del sistema nervioso, lo que puede generar microcefalia, problemas cardiovasculares y descalcificación en la madre”.

“La matriz maternofetal que divide allí es la placenta y la placenta va a tener diferentes características a lo largo de la gestación, al principio es menos permeable, menos comunicación con el afuera y, a partir de que el bebé va creciendo, esa placenta termina siendo más fina y eso permite que pasen más nutrientes y oxígeno, pero también pueden pasar tóxicos, virus, etcétera. Por ello hay que tener cuidado a medida que va pasando el embarazo”, informó Felippelli.

La madre debe hacer actividad física
“No está bueno que la madre se quede sin hacer algo de actividad física y esto no es durante el embarazo sino que la vinculación de la nutrición es anterior, durante y posterior al embarazo, justamente en la lactancia”, expresó el licenciado en Nutrición.

En tanto, agregó: “La lactancia es un paso de transición entre la alimentación intrauterina que tenía el bebé y la alimentación complementaria que luego va a ser la alimentación a lo largo de la vida del pequeño con la comida. Por los menos, los 6 primeros meses deberían ser exclusivos de leche materna”.

La importancia de la leche materna en la nutrición del bebé
La leche materna es el vehículo de muchas de las cosas que están presentes en la mamá, por eso es muy importante que esté bien nutrida porque eso va a colaborar con anticuerpos que van a pasar por el intestino del bebé. “Hay un receptor que se llama ‘Receptor neonatal de IGG’ que está en la placenta y en el intestino del bebé y le sirve para adquirir los anticuerpos que le pasa la madre en la vida intrauterina y durante la lactancia”, señaló el especialista.

“Los primeros 4 años del bebé son fundamentales para este sistema y también las ramas de mielina, por ejemplo: tenés una neurona que si la ves en el microscopio es como si fuera una estrellita y tiene unas terminales que se llaman axones que están cubiertos en una película de grasa, que es la vaina de mielina, que le permite al impulso nervioso ir saltando”, comenzó diciendo Felippelli.

El nutricionista continuó: “Los nodos de Ranvier son los que no tienen mielina, el impulso nervioso avanza en esos nodos y necesita, justamente para mejor eficiencia, que tenga esa banda de mielina y depende fundamentalmente de grasas, de lípidos y del sistema nervioso que es fundamentalmente grasa”.

“Por eso no hay que despreciar la alimentación de grasa de encéfalo del niño, hablo de grasas de buena calidad, las monoinsaturadas y poliinsaturadas como el Omega 3″, concluyó Felippelli.

Fuente: TN

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