Madres surtidor: cuando la maternidad puede derivar en conductas perjudiciales para una misma

SER PADRES Julia VOSCO
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La maternidad puede virar con facilidad hacia un rendimiento perjudicial que llamo el de la “madre surtidor”, que es aquella que se entrega a su abnegada misión las 24 horas del día, incondicionalmente y sin pausa.

Ahora, si hasta un surtidor necesita reabastecerse, ¿no estaremos en peligro de quedarnos vacías y agotadas? ¿Qué recursos podemos encontrar para volver a cargar una energía que parecemos destinadas a dar sin medida ni retorno?

El gran recurso será construir un espacio propio donde poder renovarse y contar con una mayor capacidad para generar recursos. La idea se construye sobre dos pilares:

Capacidad de delegar.
Falta de culpa materna.
Cuando una logra instalar estos principios, hay que cuidarlos como un tesoro, porque sabemos que es un manantial donde se equilibra lo que doy y lo que me doy.

Esta actitud dista de ser una posición egoísta: al sentirnos enriquecidas, como consecuencia natural, enriquecemos la relación con los hijos. Robustecidas nosotras, les regalamos trascendencia en lugar de inmediatez, ventilación en lugar de contaminación, entusiasmo en lugar de aburrimiento.

La salida es comprender que ninguna relación de amor se concibe sin cortes, las 24 horas seguidas, y esto incluye la dedicación al bebé. El corte tomará la forma de un espacio propio, un lugar o actividad exclusivamente maternos, que se instalarán como un paréntesis oxigenante.

Cómo se nutre “el surtidor”
Generarse un espacio propio implica poder delegar: la atención del bebé o del hijo más crecido debe poder ser confiada a alguna otra persona, familiar, vecino, amiga, empleada. Si no, el corte es imposible. El conectar al bebé con otra persona por un tiempo limitado no implica daño para él, es una posibilidad de agrandarle el mundo. ‘No sólo mamá te hace bien, sino que otra persona puede también ser buena con vos y para vos’. Ese sería el valioso mensaje.

Por otro lado, el delegar implica un acto de salud y un mensaje para nosotras mismas y para el bebé. Al conectarlo con otra persona por un tiempo limitado, no le causamos daño: le abrimos un espacio de relación nuevo, comenzamos a mostrarle cuál es la red de sostén que respaldará su crecimiento.

La duración del corte estará en relación directa con el grado de autonomía del hijo, que a su vez lo estará con su edad. En un recién nacido, cuyo grado de autonomía es nulo, el corte también será necesario y posible: consistirá en que la madre pueda darse una ducha tranquila, hacer una pequeña compra a solas, ir a la peluquería o solo salir a caminar. Todo eso se volverá oxígeno puro.

Fuente: TN

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