Los arándanos -especialmente los rojos (Vaccinium macrocarpon)- ganaron popularidad en el campo de la salud alimenticia por sus múltiples propiedades y, en consecuencia, beneficios en el organismo humano, entre ellos su rol en la prevención de cuadros renales, como las infecciones urinarias.
Antes de hablar de los fundamentos científicos detrás de dicha afirmación, es necesario entender que los riñones son el principal sistema de filtrado del cuerpo. Responsables de la regulación del volumen y la composición de la sangre, los riñones eliminan los desechos metabólicos generados por el organismo y mantienen un equilibrio adecuado de electrolitos y agua. Según informa el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales estos órganos filtran media taza de sangre por minuto y, resultado de su trabajo, los nutrientes que el organismo necesita vuelven a la sangre y los desechos y el exceso de líquido se separan para producir orina. En otras palabras, la salud renal es crucial para el funcionamiento integral del cuerpo.
Arándanos: beneficios de un tesoro natural
Prevención de infecciones urinarias
El primer punto a destacar es la capacidad de los arándanos para reducir (no eliminar) la incidencia de infecciones del tracto urinario (ITU). Estas infecciones, causadas comúnmente por la bacteria Escherichia coli, pueden generar complicaciones renales si no se tratan. Esto, indican los especialistas y portales científicos consultados, se debe a que los arándanos contienen proantocianidinas, compuestos que inhiben la adhesión bacteriana a las paredes del tracto urinario.
“Los arándanos tienen proantocianidinas, una sustancia que deja jabonoso el epitelio de la uretra de la vejiga y hace que las patitas de la E. coli no se adhieran a este”, simplifica Analía Yamaguchi, médica clínica especialista en nutrición (MN 113614), en diálogo con LA NACION. “Esto puede prevenir las infecciones urinarias en pacientes con reincidencia de este cuadro. Sin embargo, sus efectos no están probados en pacientes internados”.
Respalda el planteo de Yamaguchi un análisis publicado en The Cochrane Database of Systematic Reviews, una organización internacional que elabora revisiones sistemáticas sobre temas relacionados con la salud, que evaluó la efectividad de los productos de arándano en la prevención de infecciones del tracto urinario (ITU), y concluyó que estos reducen significativamente el riesgo de infecciones urinarias recurrentes en mujeres, niños y personas con alto riesgo, como los usuarios de catéteres. En la misma línea, un artículo del University of Rochester Medical Center, encontró que los arándanos no solo inhiben la adhesión bacteriana, sino que también modifican el pH de la orina, creando un ambiente menos favorable para el crecimiento de bacterias como E. coli.
Yamaguchi subraya la importancia de evitar caer en la creencia de que ingerir algún alimento -como en este caso, los arándanos, o los comprimidos de extracto seco de arándano-, puede reemplazar la ingesta de antibióticos en cuadros renales graves y explica que, en general, los efectos de los arándanos se complementan y potencian con los tratamientos médicos.
Protección contra el daño oxidativo
El segundo punto es que las propiedades de los arándanos juegan un rol en la disminución del daño oxidativo de los riñones. Estos órganos están constantemente expuestos a toxinas y productos de desecho, cosa que genera estrés oxidativo.
Varios estudios, entre ellos uno publicado en la National Library of Medicine y otro publicado en el Food & Function Jorunal, indican que los compuestos antioxidantes (como los polifenoles, las antocianinas y los flavonoides) presentes en los arándanos pueden proteger las células renales del daño oxidativo y neutralizar los radicales libres, reduciendo la inflamación: ambos factores asociados con enfermedades renales crónicas (ERC).
El Global Burden of Disease Study estima que la ERC afecta al 10% de la población mundial. Además, destaca que la ERC es un importante factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular y la mortalidad prematura.
Adicionalmente, estudios llevados a cabo en el marco de instituciones académicas sugieren que los beneficios antioxidantes del arándano se extienden también a la regulación del microbioma intestinal, un factor clave en la salud metabólica y renal. Es el caso de una investigación realizada por la Universidad de Massachussets Amhers, que encontró que ciertos carbohidratos presentes en los arándanos pueden promover el crecimiento de bacterias intestinales beneficiosas, actuando como prebióticos. Puesto que existe una relación entre la microbiota intestinal y la salud renal, este hallazgo cobra un doble impacto: la alteración de la microbiota intestinal afecta la función renal, y la modulación de esta microbiota podría ser una estrategia terapéutica en la ERC.
Detallados todos los beneficios del consumo de arándanos en la salud renal, Yamaguchi hace énfasis en que es crucial pensar en una alimentación saludable integral, y no obsesionarse con consumir por demás una fruta o producto en particular. “No existe un súperalimento salvador, pero sí hay un patrón de alimentación saludable que ayuda a todo el organismo. Todas las frutas y verduras son buenas para los riñones, porque tienen potasio, minerales y vitamina C, entre muchas otras propiedades. Todo eso ayuda a la salud intergal del cuerpo, pero en su justa medida”, advierte la especialista. “No es cuanto más mejor, sino todo en su porción saludable. Para que un riñón esté sano hay que tener una alimentación variada, completa y, además, tomar dos litros de agua por día, hacer actividad física y dormir bien”, concluye.
Fuente: La Nacion