Cómo preparar el té blanco que ayuda a controlar el colesterol y fortalece el sistema inmunitario

ALIMENTACIÓN Y SALUD Juana BLANCO
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Esta infusión es la bebida más consumida a nivel mundial y supera incluso al agua y además es distinguido por su sabor suave. Proviene de la planta Camellia sinensis y es la variedad menos procesada del té.

El té blanco también se destaca por su bajo contenido de cafeína, lo que lo convierte en una alternativa interesante para aquellos que prefieren limitar su ingesta de esta sustancia. Esta característica se menciona como un beneficio adicional frente a otros tipos de té más procesados.

Cuáles son los beneficios del té blanco

El té blanco es una de las bebidas naturales más consumidas en países como Japón, China e India, y se considera una de las más beneficiosas para el organismo humano. Científicos aseguran que debido a su riqueza en antioxidantes, podría ser efectivo en la lucha contra diversas formas de cáncer.

Investigaciones científicas han destacado que el té blanco aporta micronutrientes, polifenoles y otras sustancias. Los beneficios del té blanco en la salud son los siguientes:

El té blanco ofrece múltiples beneficios para la salud. En primer lugar, cuida la salud cardiovascular, ya que su consumo reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, a controlar el colesterol, disminuyendo los niveles de colesterol en sangre.

Este tipo de té también fortalece el sistema inmunitario, previniendo infecciones y mejorando las defensas del cuerpo. En cuanto a la salud bucal, el té blanco inhibe la formación de bacterias que forman la placa dental y previene las caries gracias a su contenido de flúor, catequinas y taninos.

Por último, destaca sus propiedades antiinflamatorias, pues las catequinas presentes en el té blanco tienen efectos antioxidantes y antiinflamatorios, además de ayudar a reducir el cortisol.

Cómo ayuda el té blanco a controlar el colesterol

El té blanco, conocido por sus múltiples beneficios para la salud, también juega un papel importante en el control del colesterol. Diversas investigaciones han demostrado que el consumo regular de té blanco puede contribuir a disminuir los niveles de colesterol en sangre y beneficia en gran medida la salud cardiovascular.

Uno de los principales efectos del té blanco es su capacidad para reducir el colesterol LDL, también conocido como colesterol “malo”. Este tipo de colesterol es uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, ya que puede acumularse en las arterias y provocar su obstrucción. Al disminuir los niveles de LDL, el té blanco ayuda a prevenir la formación de placas arteriales, y mejora así la circulación sanguínea y protege el corazón.

Cómo ayuda el té blanco a fortalecer el sistema inmunitario
Su alto contenido en antioxidantes es clave para mejorar las defensas del organismo, ya que estos compuestos protegen las células del daño causado por los radicales libres. Al reducir el estrés oxidativo, el té blanco ayuda a mantener un sistema inmunitario más eficiente y resistente frente a diversas enfermedades.

Además, el té blanco contiene polifenoles y catequinas, compuestos que han demostrado tener propiedades antimicrobianas. Esto contribuye a prevenir infecciones, y ayuda al cuerpo en la lucha contra bacterias y virus. Estos elementos no solo ayudan a evitar la aparición de enfermedades, sino que también potencian la respuesta inmunitaria, y genera al organismo más eficiencia en la detección y eliminación de patógenos.

Gracias a su composición rica en nutrientes y antioxidantes, el té blanco no solo mejora las defensas naturales del cuerpo, sino que también promueve la salud general y el bienestar. La incorporación regular de té blanco en la dieta puede ser una estrategia efectiva para mantener un sistema inmunitario fuerte y saludable.

Cómo preparar té blanco, paso a paso
Calentar el Agua Calienta agua hasta que alcance una temperatura de 80 grados Celsius. No debe llegar a hervir.
Medición de las Hojas de Té Coloca una cucharadita de hojas de té blanco por cada 0.15 litros de agua en una tetera o infusor.
Infusión Vierte el agua caliente sobre las hojas de té. Deja infusionar durante 9 minutos.
Servir Cuela las hojas de té y sirve el líquido en una taza.
Disfrutar Bebe el té blanco recién hecho; puede ser caliente o frío según prefieras. Se recomienda consumirlo sin endulzar para apreciar mejor su sabor natural.

Fuente: Infobae

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