Cómo saber si padecemos SIBO y cuáles son los síntomas que nos ponen en alerta

NUTRICIÓN Ana COHEN
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El SIBO, por sus siglas en inglés “small intestine bacterial overgrowth” es una patología digestiva que se caracteriza por la excesiva presencia de bacterias en el intestino delgado que usualmente se encuentran en el intestino grueso.

Este síndrome se asocia generalmente con síntomas como eructos, dolor e hinchazón abdominal, diarrea, indigestión, flatulencias o nauseas, entre otros, pudiendo provocar déficits nutricionales a mediano o largo plazo si no es tratado correctamente y a tiempo. Para un adecuado diagnóstico se debe acudir, en principio, a un gastroenterólogo para descartar cualquier otra patología.

Cómo se detecta el SIBO
Específicamente, para el SIBO, el método diagnóstico más utilizado en la actualidad en la Argentina y el mundo es mediante la realización de un test de aire espirado, que consiste en la medición de hidrógeno y metano, utilizando sustratos como glucosa y lactulosa. Para poder determinar si existe una producción excesiva de estos gases, se compara la composición del aliento en ayunas y hasta 120 minutos después de ingerir los sustratos antes mencionados.

Los resultados deberán ser interpretados por un profesional y, una vez obtenido el diagnóstico de SIBO, el tratamiento puede ser farmacológico a través de antibióticos y nutricional mediante la realización de modificaciones en la dieta por un corto periodo de tiempo. Esto se realiza a través de una dieta baja en FODMAPs (un grupo de carbohidratos de cadena corta que se encuentran en ciertos alimentos y la sigla proviene de las palabras en inglés “Fermentable Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides, and Polyols”), mientras que además se deberá valorar si existen déficits nutricionales debido al SIBO para adecuar la alimentación.

Por otro lado, se evaluará evitar otros desequilibrios en la microbiota modificando paulatinamente la alimentación. Esta dieta, baja en FODMAPs, es un recurso más para mejorar los síntomas del SIBO aplicable solo de forma temporal. También se evaluará la fibra alimentaria y los prebióticos.

Lo que se debe tener en cuenta con la dieta baja en FODMAP
Hay que tener en cuenta que, en la dieta baja en FODMAP, al restringir el consumo de un elevado número de alimentos, la misma debe ser supervisada por un profesional de la salud como un nutricionista que es quien guiará al paciente durante las diferentes fases de la dieta, indicando el reemplazo de los diferentes alimentos altos en FODMAPs por bajos.

Luego de transcurrida esa primera etapa, el profesional evaluará (según sintomatología) la paulatina reincorporación de un alimento por vez monitoreando síntomas y estado general del paciente hasta descubrir los disparadores. Siempre adaptando y personalizando la alimentación para que sea equilibrada.

Generalmente el gluten, la lactosa y los alimentos que contienen fibra fermentable son los que se restringen o se reemplazan por otros, pero se debe tener en cuenta que la tolerancia individual es importante en todo proceso y tratamiento. Por lo antes mencionado, es importante siempre acudir a un profesional de la salud para que determine bien si la sintomatología es causada por SIBO u otra enfermedad. Se debe evitar automedicarse o eliminar cualquier alimento de las comidas diaria sin un correcto diagnóstico.

Fuente: TN

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