Cuál es el superalimento que aztecas y mayas usaron para aliviar la inflamación

ALIMENTACIÓN Y SALUD Carola LEVI
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La Salvia hispánica L., conocida popularmente como chía, es una semilla de diminuto tamaño que alberga una gran variedad de nutrientes beneficiosos para la salud, incluyendo omega-3, fibra, aminoácidos, así como importantes vitaminas y minerales.

Es destacada por expertos de la Universidad Autónoma de Guadalajara por sus efectos positivos en la regulación de la glucosa en la sangre, la prevención de enfermedades cardiovasculares y su capacidad para inducir la sensación de saciedad, siendo además un aliado en programas de pérdida de peso

Según el estudio realizado por integrantes de la Escuela de Nutrición y el Laboratorio de Investigación de Genotóxicos de la universidad mexicana, la chía era considerada uno de los alimentos fundamentales para las civilizaciones maya y azteca dada su densidad nutritiva y usos medicinales. Además de ser consumida para la energía, era utilizada en la creación de ungüentos cosméticos y en la preparación de la “chía fresca”, una bebida que conserva su popularidad hasta hoy.

La chía se cultiva principalmente en México y Guatemala, dentro de ecosistemas de bosques de encino o pino-encino. A pesar de que su presencia se vio severamente reducida tras la llegada de los conquistadores españoles debido a la introducción de nuevos cultivos, estudios recientes resaltaron sus propiedades y beneficios, revitalizando así su producción y consumo.

Los beneficios de las semillas de chía para la salud

La semilla de chía ganó popularidad en los últimos años por sus múltiples beneficios para la salud, entre los cuales destacan la mejora en la digestión, la regulación de la glucosa en sangre y la prevención de enfermedades cardiovasculares. Estos efectos beneficiosos se atribuyen a su contenido rico en fibra, antioxidantes y omega-3, que también contribuyen al control del apetito, al fortalecimiento de los huesos y a la estabilidad de los niveles de colesterol.

Los beneficios de la chía se extienden más allá de simples mejoras digestivas. Su capacidad para absorber agua y formar un gel, gracias al mucílago que contiene, retarda la absorción de azúcares en el organismo, lo cual es especialmente significativo para personas con diabetes.

Además, la presencia de omega-3 y fibras en su composición no solo fortalece el sistema cardiovascular sino que también posee efectos antiinflamatorios, cruciales para combatir o prevenir enfermedades crónicas como la artritis reumatoidea, ciertos tipos de cáncer, y desórdenes neurodegenerativos.

Esencialmente, la chía se revela como un superalimento debido a su contenido de vitaminas y minerales tales como calcio, potasio, hierro, y vitamina E, fundamentales para la salud ósea y la respuesta inmunológica del cuerpo. Su capacidad antioxidante no solo ayuda a prevenir el daño celular sino que también protege contra el envejecimiento prematuro y enfermedades del espectro degenerativo y cardiovascular.

Estos antioxidantes “reducen la acción de radicales libres, previenen el envejecimiento celular, evitan la alteración de membrana celular y previenen enfermedades crónicas no transmisibles y/o degenerativas”, expuso el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria.

Cómo ayudan las semillas de chía a aliviar la inflamación
La chía, al contener altos niveles de ácidos grasos omega-3, desempeña un papel crucial en la reducción de la inflamación en el cuerpo. Estos ácidos grasos, específicamente el ácido alfa-linolénico (ALA), tienen propiedades antiinflamatorias reconocidas. Al integrar semillas de chía en la dieta, se facilita la disminución de los marcadores inflamatorios, los cuales son responsables de múltiples enfermedades crónicas.

Un mecanismo a través del cual las semillas de chía ayudan a combatir la inflamación es mediante la modulación de la respuesta inflamatoria del cuerpo. Esto se debe a que el omega-3 contenido en la chía puede interferir con las vías inflamatorias, reduciendo así la producción de sustancias químicas que promueven la inflamación.

Además, la riqueza en fibra de las semillas de chía promueve una salud intestinal óptima, lo que es fundamental para un sistema inmunológico saludable y la prevención de inflamaciones. La fibra ayuda a mantener un equilibrio saludable de bacterias en el intestino, lo cual puede prevenir el desarrollo de enfermedades inflamatorias intestinales y otros trastornos relacionados con la inflamación.

Por otro lado, su contenido en antioxidantes, como la vitamina E, contribuye significativamente a combatir el estrés oxidativo y, por ende, reduce la inflamación en el organismo. Estos antioxidantes neutralizan los radicales libres, partículas que pueden causar daños celulares y desencadenar procesos inflamatorios.

Cómo se deben consumir las semillas de chía
Para incorporar adecuadamente semillas de chía en la dieta diaria y aprovechar al máximo sus beneficios nutricionales, los expertos aconsejan consumir entre 10 y 15 gramos, equivalente a aproximadamente dos cucharadas soperas. Esta cantidad no solo es fácil de integrar en diversas preparaciones, sino que también contribuye a la ingesta diaria recomendada de importantes nutrientes y vitaminas.

El método de consumo sugerido por los especialistas implica hidratar las semillas en agua o incorporarlas a alimentos como batidos, yogur o leche. Esta recomendación se debe a la estructura fina de la semilla, que al romperse facilita la liberación y absorción de sus valiosos contenidos nutricionales. Para aquellos que prefieren las semillas en su forma seca, la opción recomendada es molerlas previamente, lo cual favorece igualmente una mejor digestión y absorción de sus componentes.

Además de cómo consumirlas, es fundamental conocer los aportes nutricionales específicos de la dosis diaria recomendada de chía. En dos cucharadas soperas de estas semillas, se halla un 30% de la ingesta diaria sugerida de manganeso, un 27% de fósforo, además de zinc, vitaminas B1, B2 y B3, potasio, 138 calorías, y mínimos carbohidratos digeribles con solo 1 gramo.

También aportan 11 gramos de fibra, 4 gramos de proteínas, 9 gramos de grasas (incluyendo 5 de Omega 3), un 18% del calcio recomendado por día y un 30% de manganeso.

Fuente: Infobae

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