Se destacan como guardianes silenciosos de la salud, desempeñando un papel importante en la purificación y equilibrio interno del cuerpo. A menudo, estas pequeñas “gemas anatómicas” pasan desapercibidas, pero su función es esencial: los riñones trabajan constantemente para equilibrar los líquidos, minerales y sales de su cuerpo.
Así, la salud renal no solo se convierte en un indicador vital del bienestar general, sino también en una pieza fundamental en el rompecabezas que define una buena calidad de vida.
Según informa el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales los riñones filtran media taza de sangre cada minuto y contienen alrededor de un millón de nefronas –unidad estructural y funcional básica del riñón, responsable de la purificación de la sangre–. A modo de resultado de su trabajo, los nutrientes que el organismo necesita vuelven a la sangre y los desechos y el exceso de líquido se separan para producir orina.
Cuando su funcionamiento comienza a fallar, la diabetes y la presión arterial alta son dos de las causas principales de enfermedad renal, según manifiesta la Fundación Nacional del Riñón. “Cuando los riñones no pueden trabajar de la manera en que deberían, esto puede llevar a complicaciones como enfermedad cardiovascular, aumento de la presión arterial, anemia y alteraciones óseas, entre otras”, informa la licenciada en nutrición María Clara Delucchi (M.N. 10329), de la División Nefrología del Departamento de Medicina, Alimentación y Dietética del Hospital de Clínicas de la UBA.
Un artículo científico titulado “Proteína dietética como protección renal: ¿calidad o cantidad?”, pone de manifiesto que el tipo de alimentación es el factor de riesgo más importante de muerte y discapacidad relacionada con la Enfermedad Renal Crónica (ERC), por lo que los cambios en la dieta serían una parte clave en su tratamiento.
Salud renal: los sí y los no en las comidas
Estos órganos, responsables de filtrar y regular la composición química de la sangre, enfrentan desafíos constantes en un mundo en el que las dinámicas del estilo de vida y los hábitos alimenticios son cambiantes.
“La salud renal es esencial para estar sano. Ocurre muy seguido que muchas personas tienen enfermedad renal y no lo saben”, dice Gabriel Lapman, médico nefrólogo y autor de Más zapatillas, menos pastillas. El profesional informa que afecciones como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y la obesidad afectan directamente a los riñones y las mismas suelen vincularse a la alimentación. “Nace de otras patologías, la enfermedad renal crónica en muy pocos casos aparece como si nada”, añade.
Hortalizas de hojas verdes
El Dr. Lapman expone que existe evidencia científica reciente que impulsa a la alimentación rica en vegetales como la mejor para la salud renal. Precisamente, las verduras de hojas verdes son una fuente inagotable de antioxidantes, vitaminas C, E y K, y minerales calcio, magnesio, potasio y hierro, lo que las hace excelentes para prevenir enfermedades renales expone la Fundación Nacional del Riñón.
“Combaten la inflamación y protegen contra el daño oxidativo que se produce cuando los riñones trabajan demasiado. Incluso, en varios estudios se revela que cambiar el 30% de una alimentación de origen animal por una vegetal disminuye la progresión de la ERC en un 17%”, explica Lapman.
Semillas
Una forma de mantener estable la glucosa y prevenir las patologías asociadas a la ERC es, según Lapman, el consumo de alimentos altos en fibra como es el caso de las semillas; “eso per se disminuye la mortalidad de todas las causas. En el ámbito médico sabemos que este alimento reduce el daño renal, la presión arterial y la hipertensión que son síntomas asociados al daño en los riñones”, asegura el médico nefrólogo.
La Lic. Delucchi añade que, a nivel general, los grupos de alimentos vegetales que incluyen legumbres y cereales se recomiendan a pacientes con enfermedad renal o a quienes desean cuidar sus riñones dado su aporte de fibra, vitaminas, minerales y proteínas de origen vegetal y su bajo contenido de sodio.
Tofu
“Dado que los riñones equilibran el pH del cuerpo y eliminan los ácidos, los alimentos que apoyan este proceso, como el tofu, pueden ser increíblemente beneficiosos”, señala a la vez que explica que, a diferencia de las proteínas de origen animal, las proteínas vegetales ayudan a mejorar el pH del cuerpo, evitando un ambiente ácido y potencialmente dañino para el cuerpo.
Asimismo, un estudio publicado en el Journal of Sports Science & Medicine ahondó en la digestibilidad de la proteína de la soja, es decir, a cuánto es capaz el cuerpo de utilizar dicha proteína vegetal y concluyó en que, además de ser beneficiosa para la salud, podría ser comparable a los efectos de la proteína animal.
Para evitar
Gaseosas de color oscuro
Los expertos los consideran dañinos dado su alto contenido de fósforo artificial. Los Institutos Nacionales de Salud (NIH) informan que el fósforo es un mineral necesario para tener huesos fuertes y que los riñones sanos filtran el exceso de dicho elemento químico de los alimentos. Pero, justamente, el fósforo artificial –que se encuentra en las bebidas oscuras– puede ser perjudicial para la salud renal. “También aportan cantidades elevadas de sodio, el cual debe restringirse en un paciente con enfermedad renal, ya que tiene implicancias sobre la presión arterial”, añade la Lic. Delucchi.
Respecto del impacto del fósforo en el cuerpo, el estudio “La ingesta dietética de fósforo y el riñón” concluye que en estudios en animales se comprobó una correlación entre una ingesta elevada de fósforo y un mayor riesgo de daño a largo plazo en los riñones.
Alimentos congelados
Lapman detalla que las comidas congeladas suelen ser ultra procesadas y, si bien son rápidas de preparar y comer, a menudo tienen un contenido de sodio fuera de serie y una gran cantidad de conservantes. La Fundación Nacional del Riñón estima que este tipo de alimentos contiene más de 1000 miligramos de sodio por porción y, a su vez, recomienda que la mayoría de las personas se ciñan a un límite de 2300 mg de sodio por día. “Aquellos que tienen enfermedad renal o presión arterial alta deben limitar la ingesta de sodio a 1500 mg por día”, advierten.
Exceso de carne
La proteína es vital para el crecimiento y la reparación celular, pero su exceso podría ser contraproducente. “La proteína animal en exceso puede resultar agotadora para los riñones porque produce un alto nivel de ácido en la sangre, que los riñones deben trabajar para eliminar”, sugiere Lapman.
Como señala un estudio publicado en la revista científica Nutrients, llevar una dieta baja en proteínas puede proteger contra las complicaciones de la ERC, como la acidosis metabólica, que ocurre cuando la función renal se deteriora.
“Si bien no deben excluirse de la alimentación, las proteínas de origen animal –en el caso de algunas personas– deben ser consumidas de forma moderada”, dice Delucchi. Por lo tanto, hace énfasis en que es fundamental que las cantidades y frecuencia de consumo sean guiados por un/una nutricionista especializada en enfermedad renal.
Fuente: La Nacion