Nutrición y bienestar mental: revelan el impacto de los alimentos grasos en la salud vascular tras episodios de estrés

POR UNA VIDA MÁS SALUDABLE Ivana ALFARO
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Los hábitos alimenticios desempeñan un papel crucial en la calidad de vida de las personas, debido a que impactan directamente en la salud física y mental. En ese contexto, una reciente investigación ha sacado a la luz cómo alimentos ricos en grasas pueden afectar la capacidad de nuestros vasos sanguíneos para recuperarse después de situaciones de estrés.

Este estudio, el cual se publicó en Frontiers in Nutrition, tuvo una metodología implementada que incluyó un riguroso diseño experimental en el que 21 participantes sanos consumieron una comida alta en grasas (56,5 g) o baja en grasas (11,4 g) y, posteriormente, fueron sometidos a tareas que tenía mucha carga de estrés cognitivo.

 Los investigadores de la Universidad de Birmingham tomaron medidas clave antes y después del consumo de las comidas, y se realizó un seguimiento de indicadores como la concentración de triglicéridos plasmáticos, flujo sanguíneo del antebrazo, presión arterial y actividad cardiovascular. Además, se evaluó la función endotelial (regulación del flujo sanguíneo sistémico) inmediatamente antes, así como a los 30 y 90 minutos después de experimentar el estrés mental.

Al experimentar estrés, las personas normalmente muestran cambios en su cuerpo como la expansión de los vasos sanguíneos lejanos al corazón (vasodilatación periférica) o aumentos en la presión arterial. Estos cambios fueron iguales sin importar el tipo de comida que consumieron.

Aunque, media hora después del estrés, la habilidad de las arterias para ensancharse (un indicador de buena salud vascular conocido como “fiebre aftosa”) se redujo en ambos grupos.

Sin embargo, a los 90 minutos de haber pasado el estrés, esta reducción en la capacidad de las arterias para ensancharse solamente persistió en aquellos que habían comido alimentos con muchas grasas.

Entonces, de acuerdo con los investigadores, esto indica que las grasas de la comida podrían interferir con el proceso de recuperación normal de los vasos sanguíneos después de situaciones estresantes. Según los autores, las consecuencias de estos hallazgos son importantes y pueden guiar futuras recomendaciones nutricionales, pues se enfocan en la protección del sistema vascular en contextos de elevado estrés, una condición cada vez más habitual en la sociedad moderna.

La comprensión de estos mecanismos es vital para el diseño de estrategias de prevención y para mejorar las intervenciones dietéticas enfocadas en la salud cardiovascular a largo plazo.

Relación entre la alimentación y la salud mental
Una investigación publicada en la revista Health and Quality of Life Outcomes demuestra seguir una dieta equilibrada o mediterránea se relaciona con una mejor calidad de vida relacionada con la salud cardiovascular (CVRS), tanto en aspectos físicos como mentales.

En contraste, las dietas consideradas no saludables o de estilo occidental están vinculadas a peores puntuaciones en la CVRS. Aunque, los autores mencionar que se necesitan más estudios sobre el tema.

De la misma forma, un metaanálisis de estudios difundido en la revista Psychiatry Research indica que seguir una dieta saludable podría estar vinculado a una reducción del riesgo de depresión, mientras que un régimen alimenticio occidental se relacionaría con un aumento de dicho peligro. Los investigadores señalan que estos hallazgos apoyan la teoría de que los hábitos alimenticios desempeñan un papel significativo tanto en la prevención como en el tratamiento de la depresión.

Asimismo, un estudio publicado en la revista Nutrición Hospitalaria tuvo como muestra 1055 estudiantes universitarios concluyó que los patrones alimentarios no saludables guardan relación con altos niveles de ansiedad, estrés y depresión en dicha población.

Por esa razón, los autores de esta investigación señalaron que es necesario implementar programas educativos que fomenten la reducción de la ingesta de alimentos perjudiciales en este grupo podría beneficiar su bienestar psicológico.

¿Cómo combatir el estrés?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja una alimentación balanceada y periódica para mejorar el bienestar. La entidad considera que es crucial una adecuada hidratación y el consumo frecuente de frutas y vegetales frescos.

Además, recomienda establecer una rutina diaria, lo que incluye horarios para las comidas, tiempo en familia, tareas y ocio, para manejar el estrés. También, especifica que un descanso adecuado es valioso, pues se debe procurar dormir lo necesario y mantener hábitos como acostarse y levantarse a la misma hora.

La OMS señala que es esencial mantener relaciones sociales, realizar actividad física regular y limitar la exposición a las noticias son prácticas igualmente sugeridas para prevenir el estrés.

Fuente: Infobae

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