¿Cuántos gases es normal tener al día?

ALIMENTACIÓN Y SALUD Sara BLANC
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Hablar de los gases, y más concretamente de los pedos, suele provocar más diversión o gracia que interés. Sin embargo el comportamiento de las ventosidades puede ser más revelador de lo que se cree pues aporta información sobre el estado de la microbiota, así como sobre el aparato digestivo y su conexión con un amplio espectro de cuestiones relacionadas con la salud como el metabolismo, el sistema inmunitario, la energía, las hormonas sexuales, la capacidad de concentración y hasta el estado de ánimo.

De hecho, poco se habla de lo que sucede en los intestinos a pesar de la magnitud de estos órganos y de todo lo que sucede en ellos, como explica Neus Elcacho, técnica en nutrición y dietética y especialista en digestiones; quien comparte estos datos para entender la dimensión de las conexiones del intestino con la salud: la suma del intestino delgado y el grueso puede superar los 7 metros de longitud, pero además la mucosa del intestino delgado alberga miles de pliegues diminutos llamados vellosidades que filtran lo que debe eliminarse y debe absorberse y que ocupan una superficie superior a los 300 metros cuadrados. En esta mucosa, según detalla Elcacho, conviven infinidad de microorganismos (bacterias, hongos, virus, parásitos, arqueas...) y, aunque puedan existir hasta 3.000 especies diferentes, el 90% de un individuo suele estar formado por entre 30 y 40 especies de microorganismos.

 Microorganismos 'buenos'
Entre las funciones de los microorganismos del intestino están: la producción de vitaminas, la capacidad de producir energía a través de los ácidos grasos de cadena corta, la producción de anticuerpos IgA y de citoquinas antiinflamatorias, la producción de moco protector para la mucosa (pared que recubre el tubo digestivo) o la intervención en el metabolismo de las hormonas que tienen que ver tanto con el estrés y con el estado de ánimo como con la sexualidad.

Algunas de las bacterias más favorables son 'lactobacillus spp', 'bifidobacterium spp', 'akkermansia municiphila' o 'faecalibacterium prausnitzzi'.

¿Cómo deberían ser los gases?
Tener gases es sano porque, como afirma Elcacho, en realidad es algo que producen las bacterias y tenerlos es, de alguna manera, una prueba de que contamos con las bacterias suficientes como para realizar todas esas funciones positivas para la salud que se han comentado. Sin embargo, para valorar si al sufrir las molestias de los gases estamos ante un problema o una situación normal conviene atender tanto a la cantidad como a la composición de las flatulencias.

Según aclara la experta en nutrición, se considera saludable tener entre 5 y 25 gases al día. Así, un exceso de gases podría indicar o bien un exceso de bacterias o bien un cambio drástico en la dieta al que la microbiota le haya resultado difícil adaptarse. Un ejemplo de esto último es lo que les suele suceder a las personas que se hacen de repente vegetarianas o aumentan de forma considerable el consumo de vegetales, ya que esta falta de costumbre al consumo de fibra puede dar lugar a un aumento de los gases.

 La mayoría de los gases deberían ser inodoros, es decir, no deberían tener olor. De hecho, como explica la experta, los gases que huelen son en realidad los generados por un tipo de bacterias que liberan sulfuro de hidrógeno en su fermentación. «El gas que huele suele ir asociado con bacterias proteolíticas que nos ayudan a digerir las proteínas, pero que se pueden convertir en 'malas' sin crecen en exceso y además en su proceso generan sustancias potencialmente tóxicas (como aminas, escatol, indol...) que pueden dañar la mucosa y el hígado», revela Elcacho.

Algo que suele ser habitual es sufrir síntomas derivados de una mala gestión de los gases como hinchazón abdominal, ruidos, retortijones, molestias o dolor lateral parecido al flato. Esto sucede, por ejemplo, cuando las bacterias que generan las ventosidades están lejos de la salida: es lo que ocurre con el SIBO (sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado) que da lugar a un desplazamiento de bacterias del colon hacia el intestino delgado (puede haber hasta 5 metros hasta la salida) y eso provoca la aparición de barrigas hinchadas o esa molesta sensación de dificultad para expulsar los gases.

¿Por qué tenemos más gases?
Una de las causas de esa acumulación de gases o sobrecrecimiento bacteriano es el rápido ritmo de vida, según afirma la experta en digestiones. En concreto la función que se paraliza precisamente con el estrés es el llamado complejo motor migratorio, que actúa como u barrendero y va avanzando entre comida y comida para limpiar el tubo digestivo de exceso de bacterias y de toxinas.

Además del estrés, la mala gestión emocional y la falta de descanso son otros factores causa-efecto de los problemas digestivos, junto con la mala alimentación, la falta de movimiento o sedentarismo, el componente genético y el estado de la microbiota (cuya esencia se configura en los tres primeros años de vida).

¿Es bueno expulsar los gases?
La experta lo tiene claro: las flatulencias deben salir del cuerpo. No solo porque sean molestas o porque se hinche la barriga, sino porque esos gases pueden llegar a ser tóxicos y se puede correr el riesgo de que se absorban intestinalmente a través de la mucosa, según alerta Elcacho.

La práctica de ejercicio es, según asegura la experta, una de las claves para evitar el exceso de gases pues el sedentarismo frena el peristaltismo intestinal, que es el movimiento natural de los intestinos que permite que no se acumulen los gases.

Otros hábitos que aconseja para ayudar a eliminar los gases son: respirar profundamente antes de comer, comer despacio dedicando un mínimo de 20 minutos a esta actividad y masticar bien los alimentos para que se puedan digerir con normalidad y no fermenten en el intestino.

También es importante evitar las bebidas con gas, procurar no hablar mucho ni beber mucha agua durante las comidas y primar en el día a día la respiración nasal frente a la bucal.

En cuanto a la alimentación, la experta propone reducir los alimentos que provocan el crecimiento de bacterias más problemáticas (provocan gases que huelen) como son los ultraprocesados y los azúcares.

Fuente: abc

 

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