Fomentar la elección de alimentos saludables, el desafío de los médicos para combatir la obesidad

ALIMENTACIÓN Y SALUD Carola LEVI
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El ruido de las papas fritándose, el cheddar derritiéndose ante los ojos, el olor de la parrilla, el sabor “hiperpalatable” de algunos postres, todo esto conforman numerosas calorías que nos entran por todos los sentidos y la evidencia se acumula alrededor de la cintura.

Los estudios de neuroimagen muestran que comer activa los receptores de recompensa de dopamina en el cerebro que aumentan el apetito. Por lo general, el golpe de dopamina que se obtiene al comer solo dura unos momentos. Esto explica por qué ese primer bocado suele ser mejor que el anterior. Lo que la industria alimentaria descubrió es que agregar más grasa, sal y azúcar prolonga la liberación de dopamina y esa sensación placentera.

En síntesis: no podemos culpar a las personas por dedicarse a la comida chatarra si la industria alimentaria controla el tipo de alimentos a los que tenemos acceso.

Cuáles son las consecuencias de la obesidad y el sobrepeso
El sobrepeso y la obesidad se relacionan ampliamente en un sinfín de estudios científicos con determinadas enfermedades como el infarto de miocardio, los ataques cerebrales, el cáncer, síndrome del ovario poliquístico, infertilidad, disfunción eréctil, hígado graso, hernias, depresión, apnea del sueño, hipertensión... y la lista se amplía cada vez más. Incluso generan un estado de inflamación crónica, que afecta la salud cerebral.

La nueva generación de medicamentos para perder peso que se dirigen específicamente al sistema regulador del apetito intestino-cerebro ofrece una nueva esperanza para aquellos que intentan controlar su peso.

Sobre la cirugía bariátrica, un estudio concluyó que no solo modifica la capacidad del estómago para provocar la pérdida de peso, sino que, además, puede conducir a cambios en la actividad cerebral en regiones que regulan los procesos y comportamientos relacionados con el sentido del gusto.

En cuanto al balón intragástrico está demostrado que ayuda a las personas que estén por encima de su peso ideal por lo menos un 40%, o de 20 a 25 kilos de sobrepeso. Además, es particularmente útil para pacientes considerados demasiado obesos o con riesgos excesivos para intervenciones quirúrgicas agresivas. El uso de este sistema para perder peso antes de una operación puede reducir los riesgos asociados a la misma.

El cerebro sin dudas se beneficia con el descenso de peso: un estudio publicado en la revista NeuroImage demuestra que la disminución de peso prolongada e importante retrotrae el envejecimiento prematuro del cerebro entre tres y seis años (en el período estudiado y en los pacientes estudiados).

Fuente: TN

   

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