Los cinco pasos de la técnica Pomodoro, un método para aumentar la productividad en el trabajo y el estudio

NOTICIAS DE INTERÉS Carola LEVI
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La vorágine de la vida diaria en un mundo como el de hoy, competitivo y demandante, la optimización del tiempo y del esfuerzo es una necesidad constante, por lo cual hay que buscar diferentes métodos que puedan sernos útiles. Uno de ellos es la técnica Pomodoro, una forma sencilla y efectiva de lograr optimizar tiempo y esfuerzo.

Un artículo compartido por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, de los Estados Unidos), señala que se trata de una herramienta cuyo objetivo es un trabajo enfocado, pero con descansos planificados en el medio. “La técnica Pomodoro es un recurso para gestionar el tiempo de trabajo de una manera eficiente, a la vez que mejora la productividad y la concentración”, señaló Rafael Victorino Muñoz, licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad de Carabobo.

El especialista indicó: “Se trata de un método de reciente data -de la década del 90- cuya invención se atribuye a Francesco Cirillo, un ingeniero informático que comenzó a utilizarlo en sus estudios universitarios. El nombre se debe a que él tenía un reloj de cocina con forma de tomate (Pomodoro en italiano)”.

De qué se trata la técnica Pomodoro
Este método consiste en centrarse en una sola tarea, bastante específica, durante 25 minutos. Estos lapsos de trabajo, llamados “sesiones Pomodoro”, se alternan con descansos cortos, de 5 minutos. Tras completar cuatro bloques, se toma un receso más largo.

“Con el tiempo, se sugiere ir aumentando la duración de los lapsos Pomodoro, hasta un máximo de 50 minutos. Eso sí, los bloques de trabajo deben ser de total atención y concentración. La idea es hacer a un lado el viejo hábito de procrastinar”, dijo Muñoz.

De esta manera, se disminuye la impresión de estar saturados o abrumados y es porque un descanso cada cierto tiempo tiene un impacto positivo tanto en la concentración como en el rendimiento mental. Incluso, disminuye esa sensación de que estamos entre la espada y la pared, en una lucha constante contra el tiempo y, lo mejor, es que terminamos la tarea con el mismo entusiasmo con que iniciamos y, de hecho, experimentamos una agradable sensación de logro.

Cómo aplicar la técnica Pomodoro para aumentar la productividad
La técnica Pomodoro es bastante sencilla y el proceso y aquello que debemos tener en cuenta para que sea efectiva es lo siguiente:

Subdividir. Debemos fragmentar el trabajo en tantas tareas pequeñas como sea posible y, si sigue pareciendo voluminoso, debemos subdividir más.
Hacer una lista de tareas y tachar las tareas listas. Ya tenemos una idea del trabajo, cuánto debemos hacer y los subprocesos. Ahora, es mejor hacer una lista para no olvidar ni dejar nada por fuera. Y cada vez que avancemos una casilla, tachamos.
Programar el cronómetro. Esta es la herramienta fundamental; un reloj, un cronómetro o un temporizador. Al iniciar la tarea específica, debemos programar para que suene en 25 minutos.
Concentrarse al máximo. La clave de la técnica Pomodoro es que durante esos 25 minutos nos olvidamos de todo lo que no sea la tarea. No pareja, no hijos, no perro, no móvil, no redes sociales.
Descansar. Tal y como cuando estábamos en la escuela, suena la alarma y detenemos todo lo que estamos haciendo. Marcamos la tarea como finalizada o avanzada, y tomamos un breve pero merecido descanso.
Para qué se usa la técnica Pomodoro
La técnica Pomodoro se puede aplicar por igual en el estudio o en el trabajo, ya que proporciona diversas ventajas en relación con las tareas. También ofrece beneficios para quien las realiza. Los siguientes son los detalles:

Concentración. La concentración en las tareas académicas o laborales se ha convertido en un desafío. Son diversos los factores que pueden interrumpir la continuidad en el trabajo; otras actividades, las distracciones con los dispositivos electrónicos, dificultades para concentrarnos, entre otras. En consecuencia, solo hay un resultado posible; la poca productividad. Precisamente, el principal aporte de la técnica Pomodoro es ayudarnos a enfocar en una sola tarea a la vez para llevarla a cabo con éxito y reducir o eliminar las distracciones.
Mejor administración del tiempo. Las investigaciones señalan que, en los ámbitos académicos, la técnica

Pomodoro ha demostrado ser efectiva en lo que concierne a la administración del tiempo para la realización de tareas escolares. Por otra parte, cuando aprendemos a trabajar de manera sistemática, sabemos lo que podemos lograr, controlamos los ritmos y nos organizamos mejor, en función del tiempo del que disponemos para la tarea total y para cada tramo.

Productividad y satisfacción. Según otro estudio, en el que se utilizó el Pomodoro en un entorno real de trabajo (en el área de desarrollo de software), después de aplicar esta técnica el número de interrupciones internas disminuyó de forma significativa, aumentó la productividad y generó más satisfacción en los trabajadores.

Motivación y compromiso. A veces, el problema no es solo falta de tiempo o de atención, sino el compromiso y la responsabilidad. Quizás no empezamos la tarea porque pensamos que no vamos a poder terminarla, y no queremos sufrir culpas ni desencantos. No obstante, si iniciamos dando un paso a la vez, y si asumimos cada pequeña tarea como un logro, esto también se puede convertir en un aliciente para continuar.

Disminución del esfuerzo y de la fatiga. Si cada cierto tiempo nos detenemos, el cerebro descansa y las posibilidades de fatiga mental disminuyen. En cuanto al aspecto físico, al levantarnos de la silla de trabajo podemos caminar y estirar un poco, lo que ayuda a evitar las consecuencias del sedentarismo, como la ciática, el dolor de cintura, la rigidez articular, entre otros.

Consejos para conseguir buenos resultados con la técnica Pomodoro
Usar la técnica Pomodoro, en el trabajo o en los estudios, no debe representar ninguna dificultad. Sin embargo, puede funcionar mucho mejor si tenemos en cuenta los siguientes consejos:

Usar un tablero, cartelera o pizarra para anotar o visualizar las tareas.
Se puede dividir el tablero en tres zonas; pendientes, en proceso y terminadas.
Es posible comenzar con lo más urgente o lo más sencillo, según sea el caso.
Hay que alejarse de cualquier fuente de distracción.
Bajar el volumen del teléfono o, de ser posible, apagarlo.
Al final de cada tarea completa, nos podemos dar una recompensa; un café, una galletita o cualquier aperitivo.
Si 25 minutos se hacen muy extensos, se puede comenzar con períodos cortos. Estos se van aumentando de forma gradual.
Evitar el multitasking, es decir, no hacer varias tareas a la vez.
Determinar cuántos ‘Pomodoros’ toma una actividad.
No saltarse los descansos. Los recesos son la clave del éxito.

Fuente: TN

   

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