Qué es el estrés oxidativo y cómo combatirlo

NUTRICIÓN Ana COHEN
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Cuando respiramos inhalamos oxígeno, un proceso sin el cual no podríamos vivir. Sin embargo, esto que nos mantiene vivos, genera a su vez radicales libres, que son átomos con un número impar de electrones que pueden alterar el ADN, romper las membranas celulares o inactivar enzimas.

Para combatir estos radicales libres tenemos los antioxidantes. La doctora Nieves Palacios, jefa del servicio de Medicina, Endocrinología y Nutrición del centro de medicina del deporte, señala que debe haber un equilibrio entre ambos, «porque de lo contrario, esto puede dar lugar a una situación de estrés oxidativo, lo que tiene efectos negativos para la salud».

Actividades tan cotidianas como respirar, comer, vestirse o caminar, producen radicales libres, aunque hay otros factores que hacen que aumenten en exceso: mala alimentación, estrés o falta de sueño.

 Además, cuando hacemos ejercicio físico, aumenta el estrés oxidativo, pues se consume más oxígeno. «El resultado de esto es una mayor producción de radicales libres, lo que puede llegar a producir daño muscular y hepático, fatiga y disminución del rendimiento deportivo», manifiesta la experta.

No obstante, los radicales libres son esenciales para un correcto funcionamiento del organismo, ya que actúan como mensajeros intracelulares, es decir, dan señales de alerta y ayudan a la adaptación al ejercicio.

¿Cómo se combaten los radicales libres?
Por un lado, con los antioxidantes endógenos. Su producción aumenta con el ejercicio, porque protegen a las células del daño oxidativo producido durante el entrenamiento. «Son la primera línea de defensa frente a los radicales libres», recuerda Palacios.

«Los deportistas que está bien entrenados tienen mayores niveles de antioxidantes endógenos en sus músculos, consecuencia de las adaptaciones al entrenamiento», subraya.

Por otra parte están los antioxidantes exógenos, que se consumen a través de la dieta. «Son la segunda línea de defensa contra los radicales libres», apunta la experta. En este sentido recomienda una dieta rica en verduras, semillas y frutos secos, entre los que destacan los pistachos, arándanos, cerezas, brócoli o calabaza.

Ejercicio físico y estrés oxidativo
El deporte realizado con una intensidad y duración moderadas estimula la creación de antioxidantes, lo que podría considerarse como un mecanismo de defensa contra el estrés oxidativo. Sin embargo, Palacios asegura que los radicales libres pueden perjudicar el rendimiento deportivo si el ejercicio que se realiza es muy intenso.

«Los deportistas que se someten a entrenamientos físicos extenuantes de forma constante durante años acumulan un daño molecular, sobre todo en músculos, huesos, cartílagos y en el hígado, además de presentar un estado de inflamación generalizada», indica la experta.

Fuente: abc

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