Vómitos, fiebre, dolor abdominal y diarrea: los síntomas de la gastroenteritis

ALIMENTACIÓN Y SALUD Gina NAVARRO
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La gastroenteritis es un cuadro muy frecuente en verano. Hay que tener cuidado con los alimentos, maximizar las medidas de higiene y ser rigurosos con la cadena de frío. A pesar de estas medidas, los trastornos intestinales se presentan en lactantes y chicos en esta época.

El trabajo del intestino es la absorción de nutrientes y de líquidos. Cuando está inflamado suceden dos cosas:

La mucosa intestinal (la ‘piel’ que recubre al intestino por dentro), la encargada de llevar a cabo la absorción, se daña.
Al sentirse dañado el intestino, se mueve más rápido para expulsar cuanto antes la causa de la inflamación, con lo cual los nutrientes y sobre todo los líquidos no permanecen en el intestino el tiempo suficiente para ser absorbidos.
Como resultado hay una presencia importante de líquidos en las heces, y además estas son más frecuentes, lo que se conoce como diarrea.

“Generalmente, es causada por infecciones virales o bacteriales”, aclara Julián Fernández (M.N. 121.232), pediatra, gastroenterólogo infantil y agrega que la duración es variable, ya que suele curarse por sí sola en unos pocos días, aunque puede prolongarse hasta dos semanas. “La clave es prevenir la deshitratación”, remarca.

Si la causa es viral, no debe tratarse, pero si la causa es una bacteria, solo en algunas ocasiones se recurre a un antibiótico. En muchos casos, la bacteria es combatida fácilmente por el sistema inmune.

Cómo mantener un buen estado de hidratación
“Para prevenir la deshidratación en los chicos hay que reponer las sales que pierde con el vómito y la diarrea. Hay que ofrecerle líquidos en pequeñas cantidades, lenta y frecuentemente. Nunca de forma abrupta o en grandes volúmenes porque esto puede generar más vómitos”, detalla el gastroenterólogo que también indica, en el caso de los bebés, nunca suspender la lactancia materna.

Si hace mucho calor, bañar y colocar al bebe o niño en un lugar fresco, la temperatura alta aumenta el riesgo de deshidratación.

Lo que se debe evitar: dar gotas calmantes del dolor abdominal o antiespasmódicos. No administrar gaseosas ni jugos. No dar té porque es diurético (aumenta la eliminación de orina) y puede contribuir a la deshidratación.

Síntomas de la deshidratación en los bebés

La deshidratación cursa con varios síntomas.

Uno de los más precoces es el de las mucosas pastosas, es decir, la mucosa oral y de la lengua “no brillan” como si tuvieran su capa de saliva habitual. Esto puede pasar también en los ojos.
Llanto sin lágrima.
Orinar muy poco (el riñón intenta ahorrar líquidos).
Estar ojeroso, tener los ojos hundidos.
Irritabilidad.
Somnolencia.
Decaimiento.

¿Cómo prevenir el contagio?
La gastroenteritis vírica se contagia con gran facilidad y de persona a persona. Generalmente, se propaga de la mano a la boca, pero también puede propagarse al estornudar y al escupir.

En este sentido, los niños son especialmente proclives a contagiarse entre ellos, debido a su manera de relacionarse y de jugar, en la que hay mucho contacto físico.

La mejor medida de prevención es extremar la higiene y, sobre todo, lavarse bien las manos después de ir al baño, antes y después de cocinar, de comer y después de cambiar un pañal.

“Hay que lavarse por lo menos durante 15 segundos y predicar con el ejemplo”, resalta Fernández.

Gastroenteritis en vacaciones
“Si comen fuera de casa asegurase que los alimentos sean recién cocidos, por ejemplo carne o pollo con puré o sopas. En caso de que concurran a piletas, lagunas, ríos o mar evitar que los niños ingieran agua”.

Fuente: TN

   

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