Endometriosis: cómo aliviar los síntomas con la alimentación

ALIMENTACIÓN Y SALUD Olivia BIANCHI
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Si eres mujer es posible que te suene la palabra endometriosis, una enfermedad que afecta a un 10 – 15% de las mujeres españolas, a unos 14 millones de mujeres en Europa y a 176 millones en todo el mundo.

El problema que existe hoy en día es que en muchas ocasiones se retrasa su diagnóstico, ya que tanto la paciente como los profesionales normalizan el dolor pélvico antes y durante la menstruación. Sin embargo, no lo es; el dolor es como un grito de auxilio de nuestro cuerpo que indica que algo no va bien.

 Como ya intuirás, la endometriosis es una enfermedad crónica inflamatoria que afecta exclusivamente a mujeres y que puede llegar a ser incapacitante.

Se caracteriza por la implantación y el crecimiento de tejido endometrial (benigno) fuera del lugar habitual y dependiendo de la evolución de la enfermedad, los implantes del endometrio pueden llegar a afectar a otros órganos como la vejiga, el colon, el intestino, el recto, los riñones, el hígado, los uréteres, el bazo o los pulmones y en casos más graves puede llegar a expandirse a otros órganos del cuerpo de la mujer, como por ejemplo al cerebro.

Lamentablemente, hoy en día no existe una cura como tal para la endometriosis aunque puede mejorar con tratamientos hormonales, analgésicos y cirugía en casos graves). Pero lo que sí podemos mejorar es la calidad de vida de las mujeres que la sufren con el fin de aliviar los síntomas y por supuesto, para evitar que las lesiones sigan progresando y poder preservar o restablecer la fertilidad.

Como cualquier tratamiento, debe ser personalizado, enfocado a las necesidades de cada persona y multidisciplinar; es decir, en el que cada profesional busque dentro de su campo el mejor tratamiento para el paciente, siempre en sintonía con el resto de profesionales.

En lo que al tratamiento nutricional refiere, el primer objetivo debe ser reducir la inflamación en la medida de lo posible, favorecer una microbiota saludable y disminuir la exposición a disruptores endocrinos y para ellos debemos:

Eliminar el consumo de grasas trans: Estas grasas de origen industrial se asocian a  estados inflamatorios de mayor incidencia y están presentes en alimentos procesados como salsas, helados, pizzas y un largo etcétera.
Eliminar las carnes rojas y los productos cárnicos elaborados: se debe reducir al máximo el consumo de grasas saturadas, especialmente el ácido palmítico, pues también están asociadas a una reacción inflamatoria porque hacen subir los niveles de estrógenos.
Eliminar el consumo de bebidas alcohólicas, porque pueden aumentar la concentración de estrógenos y con ello la inflamación.
Aumentar el consumo de alimentos que ayudan a inhibir la aromatasa. La aromatasa es una enzima precursora de estrógenos procedentes de hormonas masculinas y se localiza principalmente en las células de grasa, por ello, mantener un peso adecuado nos puede ayudar a controlarla.

El brócoli, la coliflor, las coles de bruselas y el kale son verduras muy beneficiosas para la salud gracias a su alto contenido en antioxidantes, además, son muy ricas en indol-3-carbinol, sustancia que tiene un efecto antiestrogénico.

La cebolla, el puerro y el ajo negro. Contienen una sustancia llamada quercetina, que según diversos estudios disminuye el tamaño de los implantes y posee un efecto antiinflamatorio muy potente.

Semillas de lino, de girasol y de sésamo. También en el centeno, la avena, la cebada y el trigo. Se caracterizan por ser compuestos antioxidantes y se les atribuye un efecto inhibidor de la aromatasa.

Alimentos cítricos como la naranja, el limón y la mandarina. Se consideran un potente inhibidor de la aromatasa además de ser antioxidantes.

El propóleo, la miel y la pasiflora. Tienen un gran poder antiestrogénico, además de ser antiinflamatorios y antioxidantes.

Champiñones, por su efecto inhibidor de la aromatasa, así como de la proliferación de células tumorales. Además, son ricos en selenio, que es un antioxidante.

Tener en cuenta la histamina: los niveles elevados de histamina en el cuerpo pueden aumentar los niveles de estrógenos, por lo que una dieta baja en histamina puede prevenir la aparición de endometriosis, así como su sintomatología. Sin embargo, siempre deberemos valorar si la paciente tiene un déficit y si los niveles hormonales sin los adecuados., pues muchos de los alimentos susceptibles de aumentar los niveles de histamina también pueden ser beneficiosos como antiinflamatorios.

Mantener unos niveles adecuados de progesterona: y para ello debemos de aumentar el consumo de antioxidantes (presentes en gran variedad de frutas, verduras y aceite de oliva virgen extra), vitamina B6 (presente en la carne, pescado, marisco, coles de bruselas, ajos, espinacas, patatas, legumbres, frutos secos, cereales integrales y sus derivados) omega 3 (pescados azules como salmón, boquerones, frutos secos y aguacate) y zinc (presente en semillas de calabaza, levadura de cerveza, queso, frutos secos, carne roja, trigo, hígado y huevos).

Otras medias que podemos llevar a cabo:

Lavar bien las frutas y verduras para eliminar pesticidas y herbicidas.
Reducir el consumo de alimentos enlatados, siempre es mejor escoger conservas en botes de cristal.
Eliminar la comida procesada.
Evitar el consumo de comida procesada.
Comprobar que los envases plásticos que utilicemos estén exentos de bisfenol A.
Elegir cosméticos libres de parabenos.
Evitar el consumo de agua embotellada en envases de plástico.
Cuidar que las sartenes o cazos en los que cocinemos no estén dañados para no ceder sustancias tóxicas a los alimentos.
Por lo que si sufres fuertes dolores, escucha a tu cuerpo, no lo normalices y acude a tu ginecólogo para contarle tu caso ya que puede ser primordial para un diagnóstico temprano.

Fuente: abc

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