Qué es el kéfir de agua: sus beneficios y cómo preparar este probiótico en casa

NUTRICIÓN Camila MARTINEZ
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En los últimos años hemos podido ser testigos de cómo el kéfir se ha ido ganando la aprobación de sus consumidores, llegando a ser un producto imprescindible en los estantes del súper, cosa que no es de extrañar si tenemos en cuenta que además de su buen sabor, muy similar al del yogur, tiene numerosos efectos beneficiosos para nuestra salud.

Si pensamos en él, seguro que a todos nos viene a la mente su color blanco, similar al de la leche, en formato de bebida o de yogur. Sin embargo, aunque sea el que más se ha viralizado hasta la actualidad, no es el único. Aunque todavía no lo podamos encontrar en todos los establecimientos, también existe el kéfir de agua que además de ser un probiótico estupendo, es apto para personas intolerantes a la lactosa.

El kéfir de agua, también conocido como “tíbico” por la supuesta relación con el “Tíbet” como lugar de origen, se obtiene por la fermentación de agua azucarada que llevan a cabo los gránulos del mismo (compuestos por microorganismos, bacterias y levaduras), y aunque a día de hoy ya hay empresas que lo realizan mediante procesos industriales, su producción tradicional de forma casera sigue siendo muy habitual.

¿Cómo se hace el kéfir de agua?

Este producto nace de la fermentación de gránulos de kéfir en una solución de sacarosa, preparada con agua y azúcares e incluso con diferentes frutas. Únicamente tarda de 2 a 4 días en fermentar y su producción es muy sencilla porque se realiza a temperatura ambiente, así que no hacen falta muchos cacharros.

Tras la fermentación, lo único que tenemos que hacer es separar con ayuda de un colador (si es posible que no sea de metal), la parte líquida, de los gránulos de kéfir y así obtendremos por un lado la bebida de kéfir de agua lista para consumir y por otro los gránulos, los cuales podremos reutilizar infinitas veces en nuevas fermentaciones para conseguir más bebida.

Su éxito no radica únicamente en su sencilla y económica preparación, sino que además, se ha demostrado que aporta muchos beneficios a nuestra salud. 

Gracias a su propiedad probiótica, tiene la capacidad de fortalecer nuestra flora intestinal, facilitando la digestión, reduciendo la inflamación gastrointestinal y mejorando la absorción de nutrientes.

Además, actúa fortaleciendo nuestro sistema inmunológico gracias a la presencia de bacterias como streptococcus y lactobacillus y de microorganismos capaces de producir vitaminas.

Por otro lado, puede ser la bebida perfecta para consumir esos días que nos apetece algo distinto, gracias a que tiene un toque efervescente y un ligero sabor frutal puede ser la alternativa perfecta de los refrescos.

Y a diferencia del kéfir de leche, pueden consumirlo veganos, intolerantes a la lactosa o simplemente personas que quieren prescindir de la leche.

Fuente: abc

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