Lipedema: cuando las piernas no adelgazan ni con dieta ni con ejercicio

ALIMENTACIÓN Y SALUD Julia VOSCO
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Esa desproporción corporal o hinchazón que padecen algunas personas en las piernas y que no mejora ni con la alimentación ni con el ejercicio se confunde a menudo con la obesidad o con el linfedema, pero en realidad es un lipedema. Se trata de una acumulación anormal e hipertrófica de tejido adiposo de manera simétrica en muslos y piernas que, tal como indica el Dr. Alejandro Galindo, expero en Angiología y Cirugía Vascular, es posible diferenciarlo del linfedema porque no afecta a los pies y porque se relaciona con cuestiones hormonales y no con un fallo en el sistema linfático, como sucede con el linfedema.

A pesar de que fue reconocida por la OMS en 2018, el lipedema es una enfermedad poco conocida e infradiagnosticada. Y eso que, tal como recuerda la Dra. María Álvarez González,especialista en fisioterapia cardiorespiratoria y suelo pélvico, afecta en la actualidad a cerca del 11% de la población femenina. Su origen es desconocido, aunque se sabe que tiene un componente hormonal (aumento de estrógenos) y que puede desarrollarse o empeorar en la pubertad, el embarazo o la menopausia.

Síntomas del lipedema
El dolor agudo al tacto o al realizar movimientos con impacto, la fragilidad capilar, la tensión en la piel, la pesadez en las piernas, la retención de líquidos, la sensibilidad al presionar y los hematomas son algunos de los síntomas que caracterizan al lipedema además de la desproporción o la hinchazón en las extremidades inferiores (desde el ombligo hasta los tobillos).

Algunos factores que agravan esta dolencia son el sedentarismo, los cambios hormonales, la obesidad y la insuficiencia venosa. Además, como explica la Dra. Álvarez, existen grados, que van del 1 al 4, dependiendo de la severidad y también se distinguen diferentes tipos, que se determinan en función de la localización de la acumulación del tejido adiposo. El tipo más habitual es el que afecta a los miembros inferiores de manera simétrica, excluyendo los pies.

Cabe destacar que es una enfermedad crónica y progresiva, por lo que las pacientes que la sufren pueden pasar años o incluso toda su vida padeciendo sus efectos si no se les diagnostica. «Sin un buen control el lipedema puede derivar en estadios muy avanzados que limitan y condicionan la vida de las pacientes», alerta la Dra. Álvarez.

Tratamiento y soluciones
El abordaje del lipedema debe ser multidisciplinar, por lo que es esencial tanto el trabajo de nutricionistas especializados, como de Licenciados en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFYD), fisioterapeutas y psicólogos.

Desde el ámbito de la fisioterapia la Dra. Álvarez indica que su papel es relevante tanto para aquellas personas que optan por un tratamiento más conservador como para aquellos que deciden someterse a una intervención y necesitan un tratamiento pre y post quirúrgico.

En el caso de las pacientes que eligen un tratamiento conservador la experta explica que es importante plantear cuáles son los objetivos de mejora que desea esa paciente pues si lo que necesita es mejorar su calidad de vida aliviando síntomas como el dolor o la pesadez de las piernas, es posible ayudar con un buen protocolo de fisioterapia que incluya medidas compresivas (medias de tejido plano), drenaje linfático manual, cuidados de la piel y ejercicio físico. Pero si lo que se pretende es eliminar esa acumulación de grasa eso no es algo que sea técnicamente posible desde el ámbito de la fisioterapia, según aclara la Dra. Álvarez.

Cirugía para tratar el lipedema
La cirugía de lipedema consiste básicamente en la aspiración del exceso de grasa acumulado en las extremidades. Tal como explica el Dr. Carlos Rubí, cirujano plástico, se realiza mediante la técnica de lipoaspiración. «Mediante este procedimiento no solo se consigue una disminución del volumen y, por tanto, una mejoría estética, sino que también disminuye el dolor de manera significativa y en algunos pacientes, incluso lo elimina», destaca.

Los profesionales preparados (con la cualificación, experiencia y la formación adecuada) para hacer este tipo de técnicas son los cirujanos plásticos especializados en liposucción (cirugía corporal). Por eso el experto alerta del riesgo que conlleva ponerse en manos de otro tipo de profesionales (como dermatólogos, médicos generalistas o cirujanos generales), cuyos procedimientos pueden dar lugar a complicaciones. «Si la cirugía no se hace bien, el problema no se va a solucionar e incluso puede empeorar», revela.

Los resultados de la cirugía, si la paciente está en buenas manos, son satisfactorios, pues es predecible la reducción del volumen, la mejora de la sintomatología y la mejora estética.

La fisioterapia juega un papel relevante para las personas que se someten a una intervención quirúrgica. Por un lado se realiza un preoperatorio que permita que la paciente llegue a la cirugía en las mejores condiciones y, por el otro, se trabaja en la recuperación postoperatoria (48 horas después de la intervención) para tratar el edema que surge y que es inherente a cualquier cirugía de este tipo. «Hacemos un trabajo respiratorio y postural, drenaje linfático manual, trabajo de movilidad, vendajes, cuidados de la piel... Y un gran abanico de técnicas que ayudan a reducir la inflamación y minimizan las complicaciones que puedan aparecer, como seromas o úlceras», explica la Dra. Álvarez.

Fuente: abc.es

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