Control del peso, mejor equilibrio y mayor memoria: los beneficios de caminar para atrás

SALUD Carola LEVI
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A veces pensamos que ya sabemos todo lo que necesitamos sobre hacer ejercicio y combinamos un poco de cardio, abdominales y sentadillas, mientras que algunos días solo nos dedicamos a hacer una caminata, pero todo cambia cuando descubrimos que un pequeño giro en nuestro entrenamiento puede aportarnos un soplo de aire fresco en nuestra rutina deportiva.

Es tan simple y sencillo como andar 10 minutos hacia atrás. Aunque parezca increíble, la ciencia demostró que variar la marcha cuando caminamos puede ser muy beneficioso para nuestra salud, mejorando incluso los problemas que podamos tener en las articulaciones. Según señaló Daniel Galindo, licenciado en Ciencias del Deporte y Regional Manager de Vivagym de España, es una técnica que ya se utiliza hace muchos años para quemar más calorías.

“Se trata de darle al cuerpo estímulos desconocidos para que reaccione más y mejor adaptándose a esos estímulos”, indicó, a la vez que explicó que, al ser un ejercicio nuevo para músculos, articulaciones e incluso para nuestro cerebro, se ponen en marcha muchos mecanismos y se estimulan zonas nuevas que quizá antes no se veían activadas con ejercicios corrientes.

Galindo dijo luego: “No hay que obsesionarse, basta con hacer pequeños bloques de 1 minuto, por ejemplo, alternado con carrera o caminata hacia adelante. Como todo, habría que hacerlo progresivamente y comenzar con pocos minutos hasta ir subiendo a 10-15 minutos”.

Qué se trabaja cuando caminamos para atrás
La técnica es tendencia en Japón y en China y un estudio de 2020 publicado en Brain Communications reveló que caminar en reversa involucra un conjunto completamente diferente de músculos de la parte inferior del cuerpo, a la vez que mejora nuestro equilibrio y estabilidad. Además, nuestra columna vertebral se alinea y nuestro núcleo tiene que trabajar más para mantenernos estables.

Otro estudio encontró que hacerlo cuatro veces por semana puede reducir el dolor de espalda después de solo tres semanas. Al mismo tiempo, fortalecemos las articulaciones de las rodillas y los cuádriceps, lo que significa una marcha mejorada y menos molestias y dolores. Una vereda ancha, plana y vacía es el lugar ideal para practicar la marcha atrás.

Las ventajas de caminar hacia atrás
Ayuda a controlar el peso. La Facultad de Ciencias de la Rehabilitación de la Universidad de Daegu (Corea del Sur) realizó un estudio en el que se comparaban los datos recopilados durante años sobre este ejercicio. En sus conclusiones determinó que andar hacia atrás podía ayudar a fortalecer la rodilla, la cadera y los músculos de las piernas, además de mejorar la resistencia y la velocidad de la marcha. Esto último apuntaba a que este tipo de entrenamiento podría usarse para controlar el peso y mejorar la forma física en general.

Es bueno para el corazón. Hay otras investigaciones que avalan los beneficios de la marcha hacia atrás. Por ejemplo, un estudio publicado en la International Journal of Sports Medicine recabó información de mujeres jóvenes que andaban hacia atrás. Sus conclusiones fueron que este tipo de ejercicio puede mejorar también el sistema cardiorrespiratorio.

Fortalece la musculatura de las piernas. Otra investigación publicada en la Journal of Biomechanics, por su parte, demostró que correr hacia atrás provocaba que los músculos de las piernas se fortalecieran más que en la marcha hacia delante. Todo esto apoya que este tipo de entrenamiento puede ser beneficioso para cualquier persona que lo practique.

Preserva los recuerdos. Una investigación publicada en la revista especializada Cognition también destacó que andar hacia atrás podía ayudar a mejorar la memoria.

Qué ganamos si caminamos hacia atrás
La ciencia demostró que este tipo de ejercicio puede aportarnos varios beneficios:

Tener un menor impacto en las articulaciones. Esta es la razón por la que se usa la marcha hacia atrás para tratar problemas de rodilla. Te permite fortalecer la articulación y los músculos de la zona sin sufrir daños ni pasar dolor.

Mejorar la forma en la que caminamos. Diversos estudios demostraron que andar hacia atrás hace que demos pasos más cortos y más rápidos, lo que hace que mejore la resistencia de nuestras piernas. En definitiva, nos ayuda a caminar mejor incluso cuando lo hacemos hacia delante.

Ayuda a tener mejor equilibrio. Otro de los beneficios comprobados de andar hacia atrás es que ayuda a mejorar el equilibrio y la conciencia del propio cuerpo, así que, aunque pueda parecer extraño, andar hacia atrás puede ayudar a caerse menos.

No aburrirse al entrenar. Repetir los mismos ejercicios una y otra vez es aburrido y puede hacer que nos desmotivemos y dejemos de entrenar. Por eso andar hacia atrás puede ser muy beneficioso porque es un movimiento nuevo, algo distinto en la rutina, que convertirá la sección de deporte diaria en algo más divertido.

Salir de la zona de confort. Andar hacia atrás no es tan sencillo como suena y hay que practicar hasta conseguir una técnica que nos permita ir aumentando la velocidad, todo un desafío para salir de la zona de confort.

Fuente: TN

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