¿Frutos secos en el trabajo? Pueden ser buena idea si los tomas así

ALIMENTACIÓN Y SALUD Maia CASARES
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Durante muchos años, los frutos secos han sido demonizados por su densidad calórica y su alto contenido en grasas. De hecho era impensable ver a gente que quería bajar de peso o simplemente cuidar su alimentación, tomándose un puñadito de frutos secos como snack. 

Por suerte, con el paso del tiempo y al amparo de la evidencia científica de muchos estudios, se ha demostrado lo contrario y en la actualidad, los frutos secos se consideran lo que realmente son: alimentos muy nutritivos, con alto contenido en grasas saludables y muy ricos en fibra, por lo que son el snack ideal para mantener la saciedad, especialmente en el trabajo y no solo por lo buenos que son, sino que además son cómodos, fáciles de transportar, se conservan bien y los puedes tomar discretamente.

 

El problema viene en la práctica, ya que aún hay quien sucumbe a la amplia variedad de tentaciones que ofrecen las máquinas de ‘vendin’g del trabajo, cosa que no es difícil, porque suelen estar en todas partes para salvarnos de apuros cuando el hambre aprieta o incluso en un momento de estrés en el que nos refugiamos en los alimentos (el hambre emocional). Y ya sabes que estas máquinas de ‘vending’ no ofrecen siempre productos saludables y muchas veces se acaba cayendo en la tentación de bolsas de patatas fritas, bollería, refrescos, snacks dulces…

Aunque las raciones que se ofrecen en estas máquinas son más pequeñitas que las del súper, por ejemplo, las galletas se venden en paquetitos de cuatro, los paquetes de patatas fritas son de 40 g… no es excusa para consumirlos de forma habitual, ya que nutricionalmente no van a ser la mejor opción. 

En definitiva, este tipo de máquinas que se encuentran en las oficinas suelen ofrecer alimentos ultraprocesados con altos niveles de azúcar y grasas.

Por ejemplo, los paquetes de patatas fritas tienen un alto contenido en grasas (que no siempre son de la mejor calidad). Además, son muy ricas en azúcares y en sal y con un contenido bajo en fibra, por lo que aunque en ese momento nos calmen el hambre, los niveles de saciedad no se mantendrán estables en el tiempo. 

Con los snacks y barritas de cereales y chocolates pasa un poco más de lo mismo. Suelen ser muy altas en azúcares simples y grasas saturadas, lo que nos da energía de forma rápida (subidón de azúcar) y repentina pero luego hace que nos sintamos más cansados y lentos (bajón de azúcar por acción de la insulina).

Para evitar estos altibajos de energía y mantener los niveles de saciedad estables en el tiempo, los frutos secos son la alternativa perfecta para picar en el trabajo: 

Nos pueden salvar de muchos apuros ya que son muy fáciles de transportar y conservar, de hecho, podemos tenerlos perfectamente en algún cajón de la oficina sin tener que preocuparnos, siempre y cuando estén cerrados en un paquetito o botecito hermético. 

Nutricionalmente destacan por ser alimentos ricos en grasas saludables, concretamente grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas. Estas grasas, nos ayudan a reducir los niveles de colesterol LDL en sangre (que comúnmente conocemos como “el colesterol malo”) y los triglicéridos, por lo que disminuye el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Además, son una excelente fuente de fibra, lo que nos ayudará a mantenernos saciados el resto de jornada, aportando también a su vez vitaminas del grupo B, vitamina E y minerales como magnesio, calcio y fósforo.

Cierto es que tenemos que cuidar la cantidad por su contenido en energía y sí cuando sentimos estrés en el trabajo nos da por comer más de la cuenta, será conveniente que lo dejemos preparado en bolsitas o tuppers de 30 gramos, lo que viene siendo un puñadito, para no excedernos y terminarnos el paquete en una mañana.

Fuente: abc

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