Cápsulas de café: así afectarían a la salud y al medioambiente

ALIMENTACIÓN Y SALUD Ivana Alfaro
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La tecnología alimentaria detrás de las cápsulas de café guarda cierta relación con algunos problemas vinculados a su consumo, como la presencia de ciertos compuestos químicos potencialmente perjudiciales para la salud, y también su dificultad para ser recicladas.

“Debemos saber que existen diferentes formas de procesar el café en términos generales, sea de cápsula o no. Encontramos dos tipos de cafés diferenciados: tueste natural y torrefacto. El café torrefacto es aquel sometido a la acción del calor, pero recubierto de una capa de azúcar externa, que le confiere cierto sabor a quemado y otras propiedades organolépticas intensas”, escribe en un artículo Mario Sánchez, Tecnólogo Alimentario, especialista en Nutrición y Seguridad Alimentaria en España.

Las bondades del café, atribuidas a la cafeína, pueden disfrutarse siguiendo un consumo máximo recomendado de unos 2-5 cafés al día según la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria). Este es el contenido estimado asociado a 400 mg. de cafeína como la cantidad máxima que puede consumir la población adulta sana sin presentar problemas para la salud.

No existen en la actualidad investigaciones profundas que permitan comparar el contenido de cafeína entre las distintas formas de preparar café. Sin embargo, sí se sabe que un café en cápsula contiene de media entre 55-65 mg. de cafeína, pudiendo aumentar hasta los 90 mg. en algunas variedades especiales de cápsula.

Un estudio publicado en la revista Nutrition and Health analizó el contenido de cafeína de diferentes cápsulas. Sorpresivamente, los investigadores hallaron que el volumen de cafeína en las diferentes cápsulas variaba notablemente respecto a la indicación en el envase: no se correspondía con lo que decía la etiqueta.

“¿Esto significa que debemos huir de todo café servido en cápsulas? No necesariamente, simplemente es un indicativo de lo complejo que resulta controlar la cantidad de cafeína servida en cada café unitario”, opina Mario Sánchez.

Cápsulas de café: ¿son tóxicos sus materiales?
Algunos elementos químicos generan cierta preocupación respecto al café en cápsulas, como, por ejemplo los furanos, y también el aluminio con el que se elaboran sus envases.

En este sentido, un estudio de la Universidad de Barcelona mostró que el café en cápsulas aportaba las concentraciones más altas de furano en comparación con otras preparaciones tradicionales del café.

“Para tranquilidad de todos, las cantidades mostradas se encontraban por debajo del límite de furano considerado como seguro. Lo cual no significa que debamos relajarnos”, señala Sánchez.

Los furanos son compuestos orgánicos derivados del tratamiento térmico de los alimentos: es decir, su aparición aumenta con el calor.

La EFSA lleva tiempo mostrando su preocupación al respecto, ya que los furanos son componentes potencialmente tóxicos y perjudiciales para la salud humana vinculados a un posible daño hepático. Además, están catalogados como “posiblemente carcinógenos para el ser humano” por parte de la IARC, grupo de la OMS dedicado a la investigación del cáncer.

Como conclusión, el café contenido dentro de las cápsulas para máquina es café auténtico, sin embargo, las cápsulas en sí son muy contaminantes, a menos de que se traten de cápsulas reutilizables. Existen, de hecho, cápsulas recargables de acero inoxidable que no contaminan y que se puede reutilizar de 30 a 100 veces.

   

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